viernes, 30 de marzo de 2012

Muchos minutos de silencio

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, marzo de 2012
El corazón se me hace un nudo y mis ojos se humedecen, no conocí a  Daniel Zamudio pero no puedo dejar de conmoverme cuando imagino que  su cuerpo fue fracturado, quemado y marcado con esvásticas.

No hay que conocer a una víctima de un crimen de odio para solidarizarse con ella. Cualquier forma de violencia debería obligarnos a no quedarnos callados, no debemos denunciar porque sean neonazis los que lo han hecho o porque sea un chico homosexual el mártir de turno, debemos no permitirnos callar porque no podemos permitir que la violencia sea el lenguaje cotidiano para zanjar las diferencias.

Probablemente a mí este tipo de situaciones pueden emocionarme más que a otras personas: aun cuando ya no tengo grandes crisis cuando escucho una explosión, no tengo actualmente guardaespaldas que me acompañen a dar mis clases en la universidad, puedo ir tranquilo a un restaurante sin tener que pensar si hay una puerta de emergencia o si puedo esconderme bajo la mesa, ya no tengo que ubicarme en un lugar desde el cual pueda visualizar a todo el que se acerque y ya no debo dudar de un hombre que me haga propuestas sexuales pensando que pudiera ser alguien que ha sido contratado para asesinarme, no todo es tranquilidad; me emociono no solo por lo que me ha sucedido sino especialmente porque debo estar refugiado en otro país y estar lejos, físicamente, de los seres que he amado y perderme los abrazos de quienes me siguen amando.
La LGTBIQfobia llevada al extremo en las diferentes versiones de los crímenes de odio nos muestran que tan difícil es asumirse en estos tiempos homosexual, lesbiana, transexual, bisexual, transgénero, intersexual o queer y porque siguen siendo importantes las organizaciones y personas que sirven de espacio de apoyo emocional para quienes deciden hacer su coming out.

En la medida en que muchas más personas estén en su proceso de Establish It self y se autoricen a vivir plenamente su identidad sexual las derechas sexuales encontrarán muchos más motivos para vulnerar a l*s diferentes. En la medida que las minorías sexuales exijan más derechos la sociedad encontrará muchas más razones para vulnerarl*s, es por ello que las organizaciones, líderes/lideresas y personas que se autorizar a vivir su “querer ser” deben tomar conciencia de su rol político y de los riesgos de la visibilidad.

Ya me decía León Zuleta que “Prepararse para ser líder siempre significa estar dispuesto a la violencia”, solo que León no logró prever lo que a él iba a sucederle y mucho menos, que ya no hay que ser líder para convertirse en víctima y que ciudadan*s comunes y silvestres se transforman en el objetivo de cualquiera que no acepte cualquier forma de diferencia, a lo que hay que sumar el inconveniente de que en Colombia estamos tan acostumbrados a la violencia que ya no es noticia asesinar homosexuales y que estos casos no se investigan, ni siquiera los más espeluznantes como cuando travestis han sido descuartizadas y los pedazos de su cuerpo repartidos por la ciudad.

Deberíamos no olvidar algunos proverbios chinos que nos dejan importantes enseñanzas: “Cuando hay cenizas en la morada del vecino el fuego puede llegar a nuestro hogar”; “Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa”; y, “Mal acabará quien pretenda adentrarse en el futuro, ignorando lo que sucedió en el pasado, porque entonces no vivirá el presente”.

Una llama encendida en homenaje a Daniel Zamudio y a much*s anónim*as que en Colombia y otros lugares del mundo han sido asesinad*s y convertidos en víctimas en la lucha por nuestros derechos.

Los padres de familia deben cambiar la presunción de heterosexualidad

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, Marzo de 2012
Madres y padres se preguntan por qué sus hijos e hijas no les tienen confianza, por qué no hablan con ellos de cuestiones que parecen serles problemáticas, generalmente sobre situaciones relacionadas con su sexualidad. Y la situación es mucho más complicada si los padres empiezan a sospechar que sus hijos pueden ser gay, lesbianas o trans.

Sería un gran avance para los padres de familia en general que no trazaran el plano exacto de qué quieren que sean ellos en el futuro, para evitarse la frustración y el desencuentro al descubrir, por ejemplo, que no quieren ser abogados sino artistas. O que odian el nombre del bisabuelo que les pusieron como segundo nombre, y pero aún, mal combinado (“Yo no pedí llamarme Steven Otoniel”). O que no quieren ser católicos o de la religión de la familia. O que no son heterosexuales.

Presumir que los hijos van a ser de cierta manera es la fórmula perfecta para el conflicto. Sería mejor que pudieran escoger libremente su destino, pero obviamente muchísimo mejor aún si sus padres están ahí para asesorarlos, orientarlos y compartir sus experiencias. Por ello, invito a los papás futuros o actuales a que no presuman que sus hijos van a ser necesariamente heterosexuales.

Esto es lo que llamo la “Presunción de heterosexualidad” y me parece sano deshacerse de esa carga social, porque cuando alguno de sus hijos resulte gay no significa el acabose del apellido de la familia, sino un aspecto más de la personalidad de su hijo sobre la cual vale la pena dialogicar: es decir, se requiere más que un “logo entre dos” (diálogo). Lo que le digo a mis alumnos es que se en estos casos se requiere una dialógica, un intercambio de ideas e inquietudes en el que la lógica de cada uno se pueda expresar con honestidad, respeto y sin temor a cualquier forma de violencia o rechazo.

Si se cree que la descendencia está preparada para hablar, entonces ese logos o conocimiento debe ser de doble línea, quiero decir que los padres que ya consideran madur*s a sus hij*s deben también compartir sobre sus propias situaciones, dudas, temores, incluso prejuicios. La dialógica no se sustenta en el poder sino en la necesidad del acuerdo.

Cuando se decide dialogicar es conveniente estar listo para recibir cualquier respuesta. Padres y madres tienen la esperanza de que aquello que se sospecha como negativo nos va a ser confirmado - y no hablo solo de sexualidad porque esto aplica para otras situaciones cotidianas -. En la lógica de la vida las respuestas pueden ser muy variadas, desde una rotunda afirmación hasta una negación frontal a pesar de que lo que se interroga merezca una respuesta positiva.

Muchas veces se obtiene una negativa porque situaciones previas en que se ha sido vulnerado, agredido verbal, emocional o físicamente, crean precedentes y se teme se repita la situación; porque se sabe de antemano el rechazo, ya expresado, que hacia la situación tienen el padre, la madre o ambos e incluso los herman*s mayores; porque preocupa la incomprensión; porque la persona aún no está preparada para hablar o simplemente, porque lo que a otros parece un problema, para el chico o la chica solo es una cuestión que no merece tanta importancia. En especial cuando la sexualidad ahora, para los jóvenes, se contempla y vive de otra manera.

La controversia nunca será el camino para llegar al acuerdo, menos cuando esta se expresa de manera tajante, insultante o conlleva otras formas de violencia. Un error frecuente es iniciar las frases diciendo NO, porque esta negación ya crea una alerta que es el principio del desacuerdo.

Mi idea es que hay que preguntar con amor, con respeto y sin rodeos, y que las respuestas deben darse de la misma forma. Apóyese en ideas positivas tales como: te pregunto porque te amo; quiero saber, no para condenarte sino porque quiero acompañarte en cualquier decisión que tomes para la vida porque esto es importante para nuestra relación; te pregunto porque cualquiera que sea la respuesta quiero tenerla de ti y no de otras personas; no temas responderme que tú sabes que respetaré tus decisiones.

Pero no es suficiente preguntar positivamente, sino que además los planteamientos deben ser reales. Es decir, si no amamos, si no respetamos, si sabemos que no seremos solidarios , es mejor no saber o esperar a que haya más madurez de nuestra parte para hablar del tema y ser respetuos* con la otra persona.

En algunas ciudades hay grupos de apoyo para padres y madres con hijos homosexuales, lesbianas, trans, entre otros, puede llegar a ellos ya sea de forma personal o en la Web. Infórmese previamente pero no busque confirmar su presunción sexual si esta es heterosexual o concordante con el género asignado, porque si su sospecha es real, suele serlo, entonces no podrá comprender la opción que ha tomado su hij* o familiar.

También se puede buscar apoyo en la literatura, el cine, la televisión. Es allí donde chicos y chicas suelen apoyarse, pero debemos recordar que tener a alguien con quien hablar de manera explícita es probablemente lo más importante.

Cuando vaya a dialogicar es mejor hacerlo en un lugar neutral, con muy buen estado de ánimo y con una emoción positiva. No diga jamás algo de lo que posteriormente pueda arrepentirse, no presione la respuesta, permítase expresar sus sentimientos sin culpar a la otra persona de lo que usted siente porque solo usted es el dueño de sus propias emociones, de sus actos y de las explicaciones que da sobre ellos.

Por último, el error más frecuente es presuponer la respuesta y esta cuando es sobre sexualidad, no siempre se corresponde con el “deber ser” (que se expresa en frasecitas tenaces como “¡¡¡usted tiene que llevar en alto el apellido Rodríguez dándonos hijos, y ojalá varones!!!”), porque todas las personas en algún momento de nuestra existencia nos negamos a vivirlo para optar por nuestro “querer ser” (no estudiamos lo que el padre quería, no nos vestimos como la madre deseaba, no establecimos relaciones con quien a otros les parecía el mejor partido), que es la mejor opción para ser felices; y, en ultimas, es nuestra felicidad y la de los seres que amamos la que debe cimentar muestras relaciones afectivas, sociales, laborales.

lunes, 26 de marzo de 2012

Matar maricas no es noticia

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, marzo de 1012

Colombia es un país que se ha acostumbrado a la violencia, un país en el que las diferencias de opinión se resuelven con asesinatos y este no solo sucede en la guerra interna sino que además viene afectando a la población en general. 

Esta guerra se ha extendido a otros sectores poblacionales que no hacen parte del conflicto pero cuyas vidas y opiniones parecen afectar no solo a los tres ejércitos sino también a otros sectores de la población. En este conflicto sociocultural las minorías sexuales se han transformado en botín de guerra entre las izquierdas, el centro y las derechas; entre laicos y no laicos, entre  los defensores de los derechos humanos y quienes consideran que los derechos sexuales no son humanos y que todo derecho debe ser visto a la luz de la biblia.

En Colombia desde mediados de los 80 ya había grupos que tenían como uno de sus objetivos la limpieza social. Entre 1986 y 1989 unos 640 asesinatos fueron reportados por la prensa. El ambiente era más que macabro, grupos como Manonegra, Amor a Medellín, Amor a Manizales se adjudicaban los crímenes. Se pensaba socialmente que la cosa solo era contra los travestis pero pronto el ámbito de dominio de las víctimas se amplió con un grupo que directamente se autodenominó muerte a homosexuales.

No todos los que expresan desacuerdo asesinan, pero para muchos los crímenes de odio se han vuelto una forma cotidiana de construir el “dialogo”.

En Cali se asesinó a Jairo Zuñiga, un asistente del grupo de reflexión Aguacatal, un hombre algo mayor, funcionario bancario y con poca visibilidad.

Las “Águilas negras" que se anuncian como “un grupo de limpieza social, al margen de la ley, y vinimos a desterrar la putrefacción del pueblo” circulan panfletos en  Santo Tómas y Sabanagrande que ponen en riesgo la vida de la población LGBT y de las personas que viven con VIH. Al respecto, en uno de los panfletos se lee “que se abran de aquí porque acabaremos con ustedes como cucarachas”… “…mal ejemplo para la sociedad por lo que había que exterminarlos del sector”.

Los panfletos también circulan en Valledupar, Santa Marta, Barranquilla, Puerto Colombia, Baranoa, Sabanalarga, Malambo, Arjona, Morroa, Sincelejo, San Onofre, Montería, Planeta Rica y Cartagena. Es esta última, el pasado 17 de marzo, en el barrio Nelson Mandela se golpeó con una piedra en su ojo izquierdo a un joven gay, luego de ser agredido verbalmente por cinco personas, según informa la Corporación Caribe Afirmativo.

También en la región Caribe el pasado 8 de diciembre fue asesinada Shakira, mujer Trans en  el municipio de Montería (capital de Córdoba) y Wilmer un hombre gay de 57 años, quien presentaba múltiples impactos de arma blanca en sus brazos y laceraciones en su cuello, apareció muerto en su residencia de Barranquilla  (capital del Atlántico) el 21 del mismo mes.

El 9 de marzo fueron asesinadas dos chicas Trans en el área Metropolitana de Cali. En Yumbo, “La Zimba” fue asesinada en su casa con 5 impactos de arma de fuego; en el barrio Alfonso López fue asesinada Vicky, con múltiples heridas con arma blanca; según ha informado Santamaría Fundación.

Los medios no suelen escribir sobre estas formas de violencia y cuando lo hacen sus titulares y contenidos rayan con el amarillismo, por otra parte no siempre se investigan estos asesinatos y casi nunca se contempla que el móvil es el crimen de odio.
Qué dicen a nivel internacional sobre esta situación
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su Segundo Informe sobre la Situación de las Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en las Américas (6 de marzo de 2012) analiza especialmente la situación de especial riesgo en la que se encuentran los y las líderes de los derechos de las lesbianas, los gay, y las personas trans, bisexuales e intersexo (LGTBI.

El Informe anual de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos -OACNUDH- hace dos referencias acerca de la población LGBT: 107. La Policía formuló una política de enfoque antidiscriminatorio hacia las personas lesbianas, gay, bisexuales y personas transgénero. Sin embargo, esta población continúa enfrentando un alto grado de intolerancia y discriminación. 2. g.  En Medellín (Antioquia), el 27 de mayo el líder de una organización LGBT recibió amenazas por haber denunciado la venta de drogas y la prostitución infantil en el sector de la ciudad donde habita.
Qué se hace para remediarlo
No todo es negativo en varias ciudades se trabaja sobre el tema de políticas públicas PP para el sector LGBT. En el Programa Antioquia con diversidad sexual, se orienta al reconocimiento y respeto de la diferencia sexual y su vinculación a la vida productiva y social en condiciones de equidad y respeto. 

Se pretende Incluir en la PP de las instancias administrativas del Departamento los criterios y providencias pertinentes al concepto de diversidad sexual, dando cumplimiento a la normatividad vigente en materia de inclusión de la población LGTBI en las PP del gobierno departamental y las instancias que interactúan con la institución. Igualmente, se propende por el Acceso a la educación, la salud sexual y reproductiva, al trabajo, entre otros a las necesidades humanas sin diferencia de su condición, generando condiciones adecuadas para facilitar la inserción de la población LGTBI a las actividades sociales, al SSSA, la generación de ingresos y una vida laboral acorde a las necesidades humanas sin diferencia de su condición.

La Dirección de Diversidad Sexual de la Secretaría Distrital de Planeación organizó el “Seminario internacional "Buenas prácticas  en políticas públicas para lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas” el 22 y 23 de noviembre de 2011.

Este 28 de marzo la Corporación Red Somos lanza en la capital colombiana la “Guía de incidencia política para los sectores LGBTI de la ciudad de Bogotá”, en ella, les cuento, en el capítulo denominado “Lecturas de contexto” aparece un escrito de mi autoría denominado “Incidencia política”.

¿Para ser Militante LGBT Hay que ser machista y misógino?

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, marzo de 2012

Se suele creer que a los homosexuales solo les interesa comprar productos de diseñador, machificarse en el gimnasio y endiosar el tamaño del pene, sin embargo creo que hay que agregar que hay mucho marica que además es sexista, machista y misógino.

Parte de exagerar su sexismo y de evidenciar su misoginia es una marcada aversión a ser relacionados en cualquier sentido con las mujeres, incluso las lesbianas. Claro está que cuando de aparentar ser machos se trata, entonces pasan de rechazarlas a utilizarlas para su beneficio.

Dirán muchos lectores que eso era antes, que cada vez hay más militantes y que las organización es LGTB promueven relaciones diferentes. Esto es cierto pero no es verdad. Primero, los militantes son pocos; segundo, muchos entre ellos suelen comportarse como cualquier marica no militante; y, tercero, son pocos los que tienen trabajos comunes con otras organizaciones que luchan por los derechos de otras minorías como indígenas, trabajadores, mujeres, campesinos, desplazados, trabajadores/as sexuales, sindicalistas…

Tal vez por ello las feministas que antes veían en la gente gay como a sus aliados (hombro a hombro iniciamos con ellas la lucha por los derechos sexuales), han visto que es necesario organizarse por aparte y así dedicarse a sus propios problemas, situaciones que no son solo de mujeres sino de la comunidad LGTBI. En Colombia las mujeres LBT han expresado esta situación de muchas maneras pero es también evidente que no siempre son escuchadas.

En muchas reuniones con mujeres he oído siempre la misma queja por parte de ellas “los hombres hablan y no oyen”. Es verdad que la estructura cerebral de hombres y mujeres tiene algunas diferencias, pero también lo es que no es verdad que unos sean de Marte y las otras de venus. Se dice que las mujeres son más emocionales que los hombres pero los estudios más recientes han demostrado que no es verdad que los hombres sean más lógicos, sino que ambos somos seres emocionales que actúan y - algunas veces, no siempre - pensamos.

La construcción de la convivencia entre los seres humanos y especialmente entre las minorías de diverso orden requiere no solo de apertura mental sino específicamente de un ejercicio positivo del lenguaje (de ahí la importancia de la reciente discusión sobre la Academia de la lengua y el uso del lenguaje en lo relacionado a los géneros) y de unas actitudes emocionales en las que prime más el amor, nada el rechazo y menos aún, la indiferencia.

Además, la unión hace la fuerza: la voz de las organizaciones feministas, sumada a la de las lesbianas, de las trans en conjunto con todos los grupos que luchan contra el machismo en Colombia si lograran pronunciarse al unísono, retumbarían mucho más duro que la de un puñado de hombres gay haciendo "sindicato" un sábado en la tarde en un bar.

sábado, 17 de marzo de 2012

De maricas, nenas y gallinas

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, Marzo de 2012

Aunque es preocupante, no sorprende el hecho de que hay mucho marica misógino, sexista, lesbofóbico y machista. Lo que sí es contradictorio es que esta situación también la vivan algunos de los llamados militantes y más extraño aun, algunos de los llamados líderes gay.

En los jóvenes la cosa es diferente. Los que tienen entre 21 y 25 años, andan con las nenas (así llaman a las mujeres) de arriba para abajo, conversan todo el tiempo con ellas en facebook y son ellas las que los mariquean a ellos, hasta los tratan en femenino. Salen al cine, a las rumbas y se toman fotos juntos y se taggean. A nadie le preocupa que un “man” llegue de la mano con otro “man”. En los menores de esta edad la cosa es mucho más ligera.

Misoginia y endodiscriminación














Los homosexuales entre más mayores más han separado la vida gay de la vida social, incluso en sus épocas de juventud y aún ahora sigue siendo raro que anden con mujeres. En este post me refiero en especial a los que pasan de los 30 o se comportan como tales.

En el reciente día de la mujer trabajadora escribí un artículo denominado Corrección gramatical Versus reconocimiento de las mujeres y otras minorías sexuales el cual envíe a mi lista de correos, por supuesto esta se amplía a los grupos Yahoo y ahí es donde ha aparecido la situación que quiero comentar.

A pesar de que el texto hablaba de las minorías sexuales, algunos que de política sexual solo conocen la sigla LGTB no lograron ir más allá del título y se vinieron lanza en ristre poniéndole su energía misógina, sexista, lesbofóbica y machista a una serie de insultos que me fueron remitidos por llenarles el correo de “cosas de mujeres”, “problemas de género que no me interesan” y de “discursos españoles que traslado a Colombia”, eso sí en varios el denominador común fue llamar gallinas a las mujeres. Precisamente en este tipo de actitudes he sentido la brecha generacional.

Ah carajo, como si en el país no tuviera peso el diccionario de la RAE y la exclusión de las mujeres no fuera un problema propio del que se padece aun en muchas organizaciones mal llamadas LGBT. Porque creo que la “L” la ponen de adorno y para no desentonar con la “competencia”.

Por otra parte, el problema no solo es gramatical, sino que es mucho más sustancial, es de comprensión del mundo, de la manera de contemplar las relaciones de poder y de vivir la convivencia con nuestras congéneres. En los más jóvenes probablemente es que no se evidencia en la escritura porque no tienen ahora el lio del género al escribir porque todo lo escriben resumido, sin vocales... ps n s marik.

Incluir a las mujeres en la gramática cotidiana y especializada es una forma de reconocer que mujeres y hombres tenemos los mismos derechos, ya sean estas mujeres biológicas o neomujeres transitadas; es especial cabe recordar que estas últimas son aún más estigmatizadas y vulneradas al interior de las asociaciones, en especial cuando resumen en su existencia identitaria el reconocerse translesbianas.

Mientras ellas, las mujeres, esas “otras” (si, con a, en femenino) no sean reconocidas como seres auténticos que no merecen ser excluidas del lenguaje cotidiano, las luchas de los varones GBT no tienen ningún sentido, porque no es posible construir derechos si estos excluyen a una parte significativa de la población. 

Nacen o se hacen: excusas para la exclusión y la inclusión

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, marzo 2012

Esta reflexión surge de la lectura de un artículo denominado Lesbianas, gays y trans: ¿nacen o se hacen? Escrito por Mauricio Rubio para La silla Vacía. A la publicación le he hecho algunos comentarios que aquí resumo.

Las teorías no explican el origen de las homosexualidades, de las lesbianidades, ni bisexualidades, pero tampoco de las heterosexualidades; cuando mucho, se aplican solamente a algunas personas. Pero no todos somos homosexuales (Bueno, así me definí primero), algunos somos gay (Un término más relacionado con militancia política, así me definí después); y, otros nos asumimos maricas (Una experiencia performativa y política, como me identifico actualmente).

Dependiendo de la teoría con la que la persona pretende comprender o tratar de explicar el origen de la homosexualidad, la explicación puede ser bien diferente, por ejemplo: cuando yo me di cuenta que era homosexual, pensé que había nacido así. Después leí algunos documentos científicos, y deduje que mi madre “tenía la culpa”, pero otras teorías me aclararon que, supuestamente, la raíz era la relación con mi padre, con mi madre, con ambos, con la familia o solamente con las mujeres... Posteriormente, algún libro que leí me llevó a concluir que era cuestión de hormonas. No tardé en enterarme posteriormente, de que tenía que ver con mi hipotálamo... En el momento en que creía tener una respuesta me enteré que la homosexualidad estaba relacionada con la herencia y el cromosoma “X”. Después de mucho pensarlo y con el apoyo de otros teóricos, creí que yo me había hecho homosexual…

Por suerte, a pesar de tanta ciencia y de que ninguna hipótesis me ha satisfecho, sigo siendo feliz… y creo que eso es lo verdaderamente importante.

Desde mi punto de vista ¡El origen es lo de menos!

Para algunos, la razón que escogen para explicar su homosexualidad es lo que finalmente determina qué los hace sentirse más (o menos) culpables; por ejemplo, si la persona se reafirma en la idea de que lo suyo es “natural”, es una buena estrategia para discutir con las iglesias, porque seríamos homosexuales "gracias a Dios", si es que éste existe. Pero si prefiere aferrarse con la idea de que “se volvió” gay, puede que viva siempre en estado de “placer culposo” permanente.

Si la orientación sexual es un ejercicio de autodeterminación, este origen se utiliza como fundamento para excluir a quienes no se ciñan a la norma socialmente aceptada, por ejemplo, es el más frecuentemente esgrimido por las iglesias.

Hay otras teorías que ayudan a dar explicaciones diferentes pero que son menos utilizadas para profundizar sobre el origen. Por ejemplo, si se parte de la perspectiva sistémica, diríamos que el origen no puede tener una sola causa, que el medio afecta al Ser, este al medio y que todos los seres humanos, en un mismo medio, nos interrelacionamos, interdependemos y somos interafectados pero somos únicos. Así puede explicarse que la orientación sexual emerge a nivel espaciotemporal de la interrelación, la interafectación y la interdependencia del ser humano con la cultura, el medio, los demás seres humanos e incluso consigo mismo y que la identidad es móvil.

Muchas ideas se han hecho públicas con respecto al origen de las orientaciones sexuales. Algunas se han expresado con criterio científico y se han fundamentado en investigaciones formales llevadas a cabo por investigadores cuyo reconocimiento social ha surgido a partir de las mismas.

En algunas de las investigaciones que sustentan las teorías las unidades de observación han sido, en muchas ocasiones, presidiarios y enfermos vivos o muertos cuyas patologías o conductas los hicieron elegibles como sujetos de investigación. En general se ha investigado con grupos poblacionales poco numerosos, cuyos miembros no son representativos de los diferentes individuos y sus procesos.

Cuando las muestras con las que se investiga no son representativas, los resultados de dichas investigaciones no cobijan a toda la población, sino tan solo a aquellos que fueron investigados.

A pesar de la poca seriedad científica de algunas de los llamados investigadores, sus “teorías” han sido retomadas y difundidas por medios masivos de comunicación y publicaciones especializadas, masificando la información y trasladando a las comunidades informaciones poco contrastadas.

El caso es que sea que “nací” o que “me volví”, la sociedad no debería otorgarme menos derechos ni vulnerármelos “en nombre de la normalidad”.

Por qué digo que soy marica
Para mí, ser “marica”, es el acto más revolucionario que un hombre puede realizar. Es romper los esquemas de la falocracia, es mostrar que el machismo es una estructura de poder que se resquebraja en su esencia y que se puede ser feliz siendo transgresor. Pero además, asumirse marica es cortar con la homosexualidad (la primera enfermedad de origen sexual definida por agentes de salud, y también la primera en ser excluida del listado de enfermedades mentales de la OMS) y vivenciar una experiencia política y social que va más allá de las teorías LGTB, que transciende los modelos de salud-enfermedad y se imbrica con lo sociocultural.
Como marica no necesito ser aceptado, exijo ser respetado.

jueves, 8 de marzo de 2012

Corrección gramatical Versus reconocimiento sociopolítico de las mujeres y otras minorías sexuales

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, Marzo 8 de 2012                   

Un informe de la RAE redactado por Ignacio Bosque critica las nuevas guías sobre lenguaje no sexista, el documento ha creado ampolla en los colectivos feministas y en las organizaciones de minorías sexuales. Titulado "Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer", ha sido suscrito por todos los académicos numerarios y correspondientes que asistieron al pleno de la Real Academia Española celebrado en Madrid el jueves, 1 de marzo de 2012. Fue publicado en El País de España el 4 del mismo mes.

El problema se centra en que las organizaciones, instituciones e incluso gobiernos se niegan a aceptar que “el masculino es extensivo a las mujeres”, y que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua no tienen por qué hacer explícita sistemáticamente la relación entre género y sexo.

La RAE dice que su negativa es para no forzar las estructuras, pero les da ventaja a los hombres para ignorar a las mujeres. Si uno llega a un salón donde hay tres mujeres y dos hombres, por qué uno no puede decir "hola a todas" si las mujeres son mayoría. Son cosas del poder, de eso poder macho, masculino, falocrático y heterosexista del que suele hacer gala la Academia.

Un amigo me comentaba recientemente: Cómo ser hombre es el todo, entonces ser mujer es degradante y llamar a un grupo de seres humanos por "mujeres" así haya hombres, es insultante, pero decirle "señores" a un grupo de personas donde hay mujeres es elevar, o por lo menos, mantener el status quo. Por otra parte recordemos que en la escuela nos enseñaron cómo manejar “apropiadamente las estructuras de poder”, que cuando uno hacía una lista de personas o se dirigía a varios, debíamos nombrar primero a los hombres. 

En el informe se lee que las guías aludidas suelen llegar "a una conclusión injustificada que muchos hispanohablantes consideramos insostenible", que "el uso genérico del masculino para designar a los dos sexos está muy asentado en el sistema gramatical" español, que no tiene sentido "forzar las estructuras lingüísticas" y que éstas separan "el lenguaje oficial del real".

Adrián Sack publicó, al día siguiente, en La Nación de Argentina, un artículo titulado La Real Academia Española, contra el "todos y todas" en el que citando a Bosque aclara que las propuestas reformistas "no están hechas" para ser adaptadas al lenguaje común, puesto que, según entiende el académico, "se supone que los cambios que se solicitan han de afectar únicamente al lenguaje oficial". Es decir, al utilizado por quienes hablan delante de un micrófono o de una cámara y que, fuera de estas situaciones, se expresan "como todo el mundo".

Como suele ocurrir en el mundo de los medios de comunicación, ha sido más criticado el artículo de Sack (un análisis) que el de Bosque (el original), pero aquí lo que es realmente importante es que los académicos de la lengua ignoran o prefieren ignorar los argumentos que desde el otro lado se esgrimen: que el lenguaje se utiliza con una marcada perspectiva androcéntrica; que debe evolucionar de acuerdo con la sociedad y la cultura; y, que representa una posición ideológica y política que expulsa a las mujeres y a las minorías sexuales del universo simbólico. Además, que se hace necesaria una mayor sensibilidad ante la discriminación de la mujer en el mundo moderno

El uso de la lengua parece que no puede ser democrático sino impuesto desde las élites. La academia no produce documentos para una sociedad cambiante sino desde una perspectiva estática, en la que no se reconoce que las sociedades crean sus propias dinámicas comunicativas a las cuales hay una resistencia.

Las sociedades tienen el derecho a heterodesignarse pero no por ello a excluir  y las personas a autodesignarse; los colectivos deciden sobre sí mismas y cómo desean ser comunicadas en el lenguaje y si no aceptan que este sexista y excluyente de las minorías y diversidades sexuales es porque no están de acuerdo con el retrogrado patrón en que se mueven los lingüistas, que por supuesto es acorde con su propio sexismo y LGTBfobia.

Las mujeres tradicionalmente han sido subsumidas en el grupo de los varones y las minorías sexuales en el grupo de las heterosexualidades. En el Diccionario de la Real Academia española de la Lengua (DRAE), por ejemplo, se define homosexual como un adjetivo: 1.Dicho de una persona: Con tendencia a la homosexualidad; 2. Dicho de una relación erótica: Que tiene lugar entre individuos del mismo sexo; 3. Perteneciente o relativo a la homosexualidad. En la palabra lesbiana se leer ver lesbiano, en: lesbiano, a se lee 2. f. Mujer homosexual. 

La palabra género, en el DRAE se asocia con la gramática: Clase a la que pertenece un nombre sustantivo o un pronombre por el hecho de concertar con él una forma y, generalmente solo una, de la flexión del adjetivo y del pronombre. En las lenguas indoeuropeas estas formas son tres en determinados adjetivos y pronombres: masculina, femenina y neutra. Cuando se habla de género femenino se usa en los nombres y en algunos pronombres, rasgo inherente de las voces que designan personas del sexo femenino, algunos animales hembra y, convencionalmente, seres inanimados.

En consecuencia, las personas no tienen género. Por derivación no se puede transitar en el género, no hay violencia de género porque “la violencia la cometen las personas”, en este caso, según la Academia lo correcto sería decir “violencia sexual” ejercida por un hombre a una mujer o también proponen decir “violencia doméstica” por lo que también sería necesario aclarar que es ejercida por un hombre a una mujer.

Un argumento esgrimido por la Academia es que se hace necesario el criterio básico de economía y simplificación, que como se observa en el anterior ejemplo, la solución propuesta no solo alarga sino que demás enreda. Para la Academia, citar en una misma frase las palabras ciudadanos y ciudadanas en un “circunloquio innecesario”, un “desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina”. Desdoblamiento que por supuesto, desde la óptica académica no es económico ni simple, porque la simpleza está precisamente en ignorar la presencia de mujeres.

Arturo Pérez Reverte afirma que hacerlo es una “osadía de la ignorancia”, tal vez quienes estamos seguros de que las mujeres son sujetas de derechos seguiremos prefiriendo pasar por ignorantes que negando la equidad y el reconocimiento de la diferencia.

Ya decía Allwood en 1978 que los usuarios de la lengua no solamente actúan como individuos, sino que también actúan formando parte de una comunidad, una cultura y una ideología. En importante recalcar que el lenguaje es contextual, es decir, se puede hablar del contexto lingüístico (las diversas unidades que se combinan), del contexto interaccional (la organización regular de las intervenciones lingüísticas), del contexto social (las acciones verbales de la gente situadas social, institucional, e ideológicamente), y del contexto de la situación comunicativa.

La academia actúa ideológicamente. No tiene en cuenta la función interaccional del lenguaje que es también una función política; que su contexto social no es el ámbito de la Academia de la lengua, sino el ámbito hispanoparlante en el que la mujer no tiene iguales derechos que los hombres, ni el mismo reconocimiento social, político, económico, educativo o cultural; y que, el contexto de la situación comunicativa en el que se han creado las nuevas guías sobre lenguaje no sexista es el de las universidades, sindicatos y gobiernos regionales y locales, pero que su ámbito sobrepasa sus fronteras y es una propuesta inclusiva que se sugiere a toda la sociedad.

Dice Inés Alberdi en su artículo Pero, ¿dónde estaba la RAE?: La lengua es hija de la historia y por ello no debe sorprendernos que la española sea tan sexista. Casi todas las lenguas lo son e incluso el inglés, que tiene mayor flexibilidad para adaptarse a los tiempos actuales, permite usos que reflejan la superioridad de lo masculino en nuestra cultura. Un artículo publicado el mes pasado en el semanarioThe Economist sobre la genética del cerebro se titulaba What’s a man? (¿Qué es un hombre?) para reflexionar sobre que hace humanos a los humanos. Pues bien, yo no diría, afirma Alberdi, que este semanario es sexista por usar esta forma de hablar tan arraigada, pero sí les diría, como digo a mis estudiantes (yo hago esto mismo) que procuren reflexionar sobre cómo escriben y hablan y traten de no olvidar a las mujeres al hacerlo.

martes, 6 de marzo de 2012

Sí pillo un homosexual en la Armada Nacional trato de sacarlo por las vías legales. Si salen… se les baja la cabeza

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, Marzo de 2012

No hace muchos años en el ejército colombiano se excluía a los homosexuales del servicio militar, pero este no era el único problema para ellos, pues cuando los excluían escribían en su libreta militar en el campo de profesión, la palabra homosexual.

En 1999 la Corte Constitucional entiende como una conducta reprochable la ejecución pública de actos sexuales, pero el Almirante Roberto García Márquez Comandante de la Armada Nacional, quien en entrevista en Todelar con Edgar Artunduaga Sánchez y reinterpretando a la Corte considera que “si se nota, creo que no le corresponde a la institución entrar a aceptar una condición de estas. (…) Lo que sucede es que esas conductas, esas maneras, en un militar, creo que no corresponden. Si la persona en su individualidad lo maneja completamente con la privacidad, la reserva que eso implica en todas las personas humanas, no tiene por qué afectar el servicio militar”.

En sentencia T-539/94 de la Corte Constitucional se lee: "los homosexuales no pueden ser objeto de discriminación en razón de su condición de tales. El hecho de que su conducta sexual no sea la misma que adopta la mayoría de la población, no justifica tratamiento desigual".

Con fallo del 14 de julio de 1999, la Corte Constitucional revisó una serie de disposiciones del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Militares (Decreto 85 de 1989) y concluyó que desconocía derechos consagrados por la Constitución como el de la intimidad, el libre desarrollo de la personalidad, e incluso, la defensa de la familia. De acuerdo con la corte, la homosexualidad no puede ser contemplada por sí misma como una conducta reprochable, pero sí la ejecución pública de actos sexuales, dentro de las instalaciones militares o durante el servicio. El Magistrado Vladimiro Naranjo ejemplificó afirmando: "el hecho de que un militar revele abiertamente su condición de homosexual o conviva con su compañero en las casas fiscales de la institución militar no puede dar lugar a la exclusión del servicio".

Este último fallo lo desconoce el Almirante García Márquez Edgar Artunduaga Sánchez quien ante la pregunta de Artunduaga sobre si aparece por ejemplo un transgenerista o una persona que abiertamente diga que es homosexual, lesbiana, como ha pasado en el Ejército y la Policía, ¿qué sucedería, responde: Nosotros creemos que las instituciones militares tienen una conducta, una forma de ser, que en definitiva riñe con esa situación que hoy en día hay que aceptarla, pero que de alguna forma no es conveniente.

Ahora, en orientaciones de esa naturaleza, que son propias de la persona, del individuo, la Armada en ese sentido para oficiales, para cadetes, siempre y cuando no afecte el servicio, no tendríamos ninguna objeción. No se vería bien un par de militares cogidos de la mano, besándose, eso choca contra el sentido común y contra la ética, la moral y eso más o menos es lo que nosotros siempre buscamos que sea incólume en la institución.

Artunduaga comenta: Se colige que no quiere ver homosexuales en la Armada... el Almirante comenta: evidentemente. (…) Hay algo que mi General Navas nos enseñó hace un par de días y que es sabio, que dice que Séneca en una de sus máximas en Roma, decía que el honor prohíbe lo que la ley permite. Creo que eso aplica perfectamente. Creo que las parejas homosexuales Indudablemente (…) las puede haber. Pero tienen que disimularlo muy bien… Evidentemente no pueden salir del closet. Si salen… se les baja la cabeza dice Artunduaga, el almirante opina: Así es.

La armada se ha visto obligada a rectificar, en su comunicado se lee:

Con relación a las recientes declaraciones difundidas en un medio de comunicación, el Comando de la Armada Nacional se permite hacer las siguientes precisiones:

- Las políticas establecidas por el Comando de la Armada Nacional están basadas en el respeto a la dignidad de la persona, sin importar su sexo, raza o condición.

- La orientación sexual de las personas no es un factor determinante para el ingreso a la Armada Nacional. Dentro de los procesos de selección no se contempla ninguna objeción ni discriminación para con los homosexuales.

- En la normatividad interna de la Armada Nacional, que es aplicada a todos los integrantes de la Institución sin discriminación alguna, no se contemplan las manifestaciones de afecto en actos de servicio, dado que ello puede afectar la disciplina.

Ahh... ¡Ya estoy calientico!

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, Marzo de 2012

¿Cómo quieres que te llame? Dime pepe.
Y tú ¿cómo te llamas? Enrique
Dime cómo estás vestido Enrique. Llevo puesto un bluejean y una camiseta negra.
¿Usas pantaloncillos? Sí.
¿Tienes pantaloncillos ahora? Sí
¿De qué color? Blancos.
¿Tanga? No, bóxer.
Que rico meterte la manita por la manguita de tu bóxer... ¿Estas calientico? Sí.
¿Qué quieres que te haga? Lo que tú quieras.
¿Cómo te gusta? ¿Cómo así?
¿Sadomasoquismo, zoofilia, pedofilia, coprofilia… Te gustan las relaciones dolorosas, con objetos, animales, menores, materia fecal? Noooo, normalito.
¿Cómo deseas hacerlo? ¿Cuánto es que vale el minuto?
No papito, no te preocupes por eso, mejor autorízate a ser feliz... Papito estoy muy arrecho, me encanta tu voz, no sabes cómo me excitas... quiero hacerte feliz. Pídeme lo que quieras...
¿Pepe, usted cómo es? Alto, rubio, de ojos claros...

Por supuesto, el interlocutor que es negrito, bajito, barrigón y feo, pero que tiene una voz agradable e insinuante, hará todo lo posible porque estés en la línea todos los minutos posibles. Tú no importas mucho. Bueno, importas como cliente no como persona. Tú eres su fuente de ingresos. Ser operador de una línea telefónico erótica parece ser divertido o por lo menos rentable. El recibe un salario básico y más o menos 100 pesos por cada minuto que tú estés en la línea. El hará todo lo posible porque te sientas satisfecho, llegues al éxtasis e inclusive, porque llegues al orgasmo. ¡Tus orgasmos son dinero!

Los jadeos, respiraciones profundas, exhalaciones y soniditos que en el auricular se oyen como un “pajaso” a todo dar (masturbación que llaman), la mamada del siglo o una loca penetración están fríamente calculados y son parte del entrenamiento y de la creatividad particular. Que él chupe un bombón o su dedo puede sonarte a mamada (fellatio si lo prefieres), chuparse el canto de la mano suena parecido a sonará muy parecido a cuando te dan un beso de esos que llaman negro y así sucesivamente...

Mario, operador de una línea de sexo, me contó que su sexualidad se transformó con su actividad laboral. Ahora es más creativo, más lúdico, más erótico, pero también puede fingir un gran interés por alguien quien ni siquiera le mueve la aguja. Los clientes se entusiasman con su príncipe telefónico. Llaman inclusive varias veces al día y durante varias semanas, meses. Su éxito radica en lograr que el cliente se sienta satisfecho, que sobrepase sus propios límites y se sienta reconocido, valorado…importante.

Mario no es un personaje oscuro sino un joven alegre, jovial, de buena presencia, atractivo y según se ve por encima, anda muy bien por abajo. Cuando se le observa inspira bajas pasiones y profundas necesidades pero él prefiere hacerse el desentendido, pues lo suyo por lo general es meramente telefónico.

Consultando con algunos amigos descubrí que varios de ellos se han masturbado por lo menos una vez mientras hablan telefónicamente con un conocido. Quienes experimentaron la posibilidad en una línea de sexo terminaron dolidos con sus billeteras pero casi siempre plenamente satisfechos. Yo mismo tuve alguna vez un amiguito telefónico y no puedo negar que los encuentros fueron súper agradables y bastante eróticos. Tampoco puedo negar que cuando logré conocerle alabé la maravilla de la tecnología y me felicité por lo creativo que es mi cerebro.

Mario, quien mientras no tiene clientes lee permanentemente, generalmente estudia documentos turísticos con cuya lectura puede “hacerse más internacional”. También conoce sobre expresiones comportamentales sexuales, ya que los clientes son muy diversos y tienen necesidades bien especiales. Por supuesto, no todos los que trabajan son homosexuales, así que algunos heterosexuales deben relacionarse con clientes homosexuales y los homosexuales deben atender a mujeres e improvisar sobre aquello que no conocen e inclusive detestan.

Inicialmente Mario creía que todos los clientes eran viejos y feos, y aun cuando le está prohibido, de vez en cuando se cita con alguno de ellos. Casi nunca cumple pero le parece divertido y hasta excitante saber con quien comparte en la línea. Por supuesto, después tiene que darles mil excusas diferentes para explicarles por qué no llegó al compromiso, pero parece ser que inclusive esta “indiferencia” agranda su atractivo para quienes son sus amantes telefónicos.

Sentirse morboseado durante una llamada es algo que le atrae a Mario. Es un juego que le gusta jugar, pero siente que a otros homosexuales les molesta cuando se enteran sobre cuál es su actividad laboral, inclusive aquellos que se gozan las llamadas no laborales pero sí bastante sexuadas. No pretende negar que, de vez en cuando, algunos clientes son tan creativos que logran envolverlo, de tal forma que, por un momento, deja la revista o apaga el televisor y se concentra y disfruta aquello que generalmente hace casi como robot.

Considera que el erotismo es una necesidad del ser humano y que la soledad es una mala compañía. A veces se siente  terapeuta y se excusa con quienes lo atacan diciendo que él es un profesional de su trabajo, ya que sus clientes obtienen toda la satisfacción que desean y él la respuesta a sus necesidades económicas. De pronto lo que a algunos más les molesta de él es que no se arrepiente de ser considerado un objeto sexual, incluso le gusta reconocerse en la capacidad de excitar a hombres que en otras circunstancias no le prestarían mucha atención.

¿Por qué los homosexuales hablan como hablan?

Por Manuel Antonio Velandia Mora Ph. D.
España, Marzo de 2012

Esta pregunta me la encontré en un foro en Internet. Quien pregunta afirma: Ya saben, ese tono tan peculiar…  no es exactamente por imitar el tono de las mujeres, lo puedes distinguir en cualquier idioma ¿será algo hormonal, genético o algún código de iniciación?

Bueno, para ser honesto yo también me he preguntado algo similar, porque no son todos los homosexuales, sino solo algunos entre ellos. He llegado a la respuesta de que los amaneramientos de género tienen un gran contenido cultural.

Recordemos que los hombres bogotanos típicos suelen ser algo “amanerados” en el movimiento de sus manos y que para quienes somos oriundos de otras regiones del país y recién llegamos a Bogotá, solemos imaginar que ellos son homosexuales, sin embargo no es así, hay muchos más amaneramientos de ese tipo en los heterosexuales; es lógico, son la mayoría.

Cuando yo llegué a España lo hice a San Sebastián, en el País Vasco. Yo pensé que había un número mayor de lesbianas comparativamente con otras ciudades en muchos otros países del mundo que he visitado (39 exactamente), pero luego de unos pocos días pude darme cuenta que era una falsa apreciación, que culturalmente las mujeres suelen vestir y usar accesorios que en mi lectura cultural eran considerados algo o bastante masculinos. Es decir la lesbianidad de la lectura estaba en mí y no en la vivencia de esas mujeres.

Lo mismo me sucedió con los hombres en Madrid. Fue evidente que esos Amaneramientos femeninos no eran tales sino que en Colombia no es tan frecuente que los hombres se depilen las cejas o vistan pantalones y camisas en colores rosados, amarillos… mejor dichos en colores propios del verano y más específicamente en colores propios de una temporada en la moda que es estacional.

Ahora bien, con la entonación en la voz creo que es aprendida en el gueto. Cuando los homosexuales no han construido su proceso del coming out (salir hacia afuera en su proceso identitario de  orientación sexual) junto a otros homosexuales que ya previamente han tenido una aprendizaje similar, no aprenden dichos amaneramientos.

Por otra parte algunos teóricos consideran que también se puede aprender cuando se convivido exclusivamente con mujeres. A lo que yo agregaría que dicha situación se incrementa en el contacto con el gueto.

Esto de la maricada además es ecosistémico, es decir la pluma es local. Aun cuando hay ciertas plumas que parecen ser universales.

En conclusión si el amaneramiento se aprende, igualmente se puede desaprender, ah carajo pero bien difícil que es; bueno tan difícil como puede ser para algunos machificarse en el gym, que es también otro amaneramiento gay. 

Buscando placer

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, marzo de 2012

Ayer entré al baño de una universidad y vi a dos hombres mirándose el pene mientras orinaban. Por supuesto esto también se ve en los  baños de cines, centros comerciales, saunas, videos, bares e inclusive cerca de los árboles del Parque Nacional en Bogotá, Madrid o Ámsterdan. No es un hecho extraño, desde que me conozco marica he visto una y otra vez esta actividad erótica. El voyerismo y exhibicionismo son tan solo algunas de la gran cantidad de Expresiones Comportamentales Sexuales (ECS) que existen.

Los seres humanos en la medida en que nos desarrollamos y nos complejificamos solemos buscar formas de encontrar y provocar un mayor disfrute; sin embargo, en algunas ocasiones se le suman a las ECS algunos elementos adicionales que parecen hacerlas aún más excitantes; por ejemplo, es común que algunos homosexuales le adicionen a la búsqueda del placer la clandestinidad, el anonimato y/o que lo hagan en espacios no permitidos como los ya citados.

Esta búsqueda tiene que ver con que el placer parece ser aún mayor en circunstancias en las que podemos producir una más elevada cantidad de adrenalina; en esos momentos se incrementan el ritmo cardiaco y el de la respiración, se siente que la sangre se sube a la cabeza (a ambas), y las personas se asumen más osadas, lanzadas, atrevidas... pero no siempre es así; muchos de quienes lo hacen no buscan estas emociones y sensaciones adicionales, sino que se hacen clandestinos como parte de su propia autodiscriminación, en sus  temores particulares fundados en el miedo a asumirse plenamente como homosexuales.

En otras ocasiones, cuando la ECS es llevada al extremo, es decir se convierte en la única forma que tiene la persona de obtener placer, negándose incluso a relacionarse afectivamente con otras personas, entonces es necesario que se le apoye psicológicamente, ya que sufre un daño emocional que requiere ser tratado.

A las Expresiones Comportamentales Sexuales las han llamado de muchas maneras desviaciones, aberraciones, anormalidades, enfermedades o parafilias, como una manera de discriminar a quienes han encontrado en ellas una forma de obtener o proveer placer.

Un hecho que parece contradictorio es que generalmente los hombres heterosexuales no suelen realizar algunas prácticas como el exhibicionismo o el toque genital en los baños públicos, y solo suelen lanzarse a las prácticas clandestinas en aquellos momentos en que ponen “los cachos” con alguien cercano al lugar de trabajo o deciden intercambiar con una trabajadora sexual. Esto ha llevado a que en la moral publica encuentre en las ECS una razón para discriminar aún más a los homosexuales, por considerar que estas prácticas son un acto propio de todos y no de algunos, como realmente sucede.

En algunos bares en Bogotá, pero también en muchas otras ciudades del mundo las ECS se han vuelto parte del espectáculo cotidiano. Es común ver travestis y transformistas (sí, estas también son maneras de obtener placer), show nudistas, hombres que se masturban en publico, personas que se acarician mientras rozan explícitamente sus genitales, y alguno que otro toqueteo genital y mirada clandestina en un orinal del lugar, cuando no, es que se encierran en el cuarto de baño para gozarse el impulso y no perder la “oportunidad”.

En algunos lugares del mundo algunas de estas expresiones en público son delito, en Colombia también. Inclusive, en algunos países se penaliza el hecho así el acto sea consentido y entre mayores, pero el tema no es si es correcto o no para la moral judeocristiana y el pensamiento oficial, el hecho en cuestión, el que me preocupa, es que algunas personas deban recurrir a este tipo de actos porque los homosexuales no contamos con organizaciones que se preocupen por el apoyo emocional para aquellos que hasta ahora comienzan o se encuentran confundidos.

Cada vez más las organizaciones de hombres homosexuales se centran más en la política, en la rumba, el vestido de la reina, el bazar, el grupo de oración, en pelearse unos con otros que en aquello que es realmente importante: los homosexuales somos seres políticos y sexuados, nuestra sexualidad es un hecho político y la convivencia social en armonía tan solo será posible cuando todos tengamos los mismos derechos y oportunidades, y en especial cuando podamos contar con el apoyo profesional e institucional para apoyarnos en el proceso de construcción de nuestra identidad de orientación sexual, alguien con quien hablar de nuestros temores, necesidades, conflictos y expectativas y cuando para ser felices no tengamos que escondernos.