lunes, 23 de febrero de 2009

Creencias sexuales: fuente de discriminación

Por Manuel Velandia Mora
España, 23.02.09

La homosexualidad no es una inclinación (tampoco la bisexualidad, la lesbianidad o la heterosexualidad), no se considera que la heterosexualidad sea el modelo de la perpendicularidad y por tanto, la homosexualidad “una degeneración” de la línea recta que traza el modelo heterosexista. Sin embargo, desde esta perspectiva “conceptual” algunos pretenden “regenerar” a los homosexuales (porque la lesbofobia hace que a las lesbianas se les ignore y con relación a las bisexualidades prefieren asumir que no existen), dado que se considera que dicho comportamiento es riesgoso para la sociedad.

También se cree que la orientación sexual se aprende por imitación, pero si esto fuera verdad no habría homosexuales, lesbianas o bisexuales por cuanto el modelo más visto en casa, en la escuela, en la iglesia y en los medios masivos de comunicación es el de la heterosexualidad. La identidad de orientación sexual no es una migración de la heterosexualidad a otras posibilidades. La homosexualidad, en sí misma, es una de las posibilidades.

La homosexualidad, como cualquier otra orientación sexual es natural, tan es así que muchos animales no humanos se relacionan genitalmente con otros animales de su mismo sexo, por lo tanto no se puede aseverar el “carácter antinatural de estos comportamientos”.

La moral no puede ser el criterio “científico” para decidir en términos de derechos humanos y derechos sexuales. Tan poco es verdad que con los cambios jurídicos se pretenda “ampliar el mercado” o que los fallos en favor de los derechos de las minorias sexuales se deban a “grandes intereses económicos a los que no les conviene que el ser humano cambie sus costumbres, especialmente en lo sexual, porque es la manera de mantener dormida a la población, para poderla explotar”. No cree que los criterios que fundamenten las decisiones legales sean de este orden tan elemental.

Se afirma que “los homosexuales, bisexuales y transgeneristas deben evitar la propagación de su comportamiento”. Propagar, según la Real Academia de la lengua es “Multiplicar por generación u otra vía de reproducción” o “Extender el conocimiento de algo o la afición a ello”, desde este punto de vista, estas personas tienen todo el derecho, en Colombia existe la libertar de opinión, en consecuencia pueden comunicar sobre sus derechos, sus logros, sus necesidades.

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