No tenemos en Colombia una tradición en la utilización comercial de la imagen del cuerpo desnudo de los hombres. El primero que se atrevió a salir en una revista mostrando sus atributos fue el pintor Germán Tesarolo en un revista gay bogotana llamada Hombres de Mundo, publicada a finales de los 70; pero todo el mundo recuerda al Tino Asprilla en la Revista Soho como el antecedente mas prominente y sonado al desnudo de Juan del Mar, que recientemente apareció en esa misma revista en su edición para mujeres.
El desnudo masculino tradicionalmente se ha relacionado con las revistas gay; recordemos que la cultura del cuerpo masculino como objeto comercial está directamente relacionada con el hecho de que en algunos países, antes de los años 60, era delito mostrar una fotografía de un hombre desnudo y se consideraba un agravante que se le viera el pene, así que los editores de materiales para homosexuales se las ingeniaron y produjeron un buen número de revistas con modelos atléticos, aun cuando poco explícitos.
La mas famosa de esas revistas en todo el mundo fue “Physique Pictorial” que inició su circulación en 1951 y cuyos antecedentes se remontan a las primeras ilustraciones de Bob Mizer. Sus hombres fornidos siempre estaban “cubiertos” con una ondeante tela o la crin de un caballo que la cubría en ese preciso “punto” en donde la imaginación tenía que volar, como sucede en las fotos de Juan del Mar con la capa de torero o la media pantalón.
Con el tiempo el pantalón ajustado, la rodilla adecuadamente doblada y las imágenes en escorzo fueron cambiando por imágenes vistas de frente y cubiertas por un pedacito de tela (lo que ahora llamamos hilo dental), una hojita de parra o una mano adecuadamente dispuesta.
Al caer la prohibición, las imágenes fueron algo más directas y aparecieron los penes flácidos que se fueron irguiendo al mismo ritmo del destape visual. Apareció en escena un genio del dibujo a quienes todos recuerdan: Tom de Finlandia. Primero se autorizó con los torsos desnudos que fueron aumentando de volumen y se llenaron de músculos, luego lo hizo con los penes pequeños como “chitos” que fueron creciendo con el destape hasta crecer a tamaños insospechados. A partir de Tom las imágenes fueron cada vez más explícitas, tanto que Physique Pictorial cerró a principios de la década pasada.
En Colombia las revistas para homosexuales no han tenido éxito, pero por varios años los shows de estripers para mujeres lo han tenido, en especial para las despedidas de solteras. Las mujeres no se han acostumbrado a la estética frontal y explicita del cuerpo masculino, a ellas les cuesta trabajo admitir que obtienen placer de ello y se les hace mucho más difícil comprar una revista “para mujeres”.
Ellas prefieren esas imágenes que dejan algo a la imaginación, esos “desnudos” que muestran poco e insinúan mucho, esos vestidos de baño forrando al cuerpo que ayudan a imaginar la intumescencia que crece y se desborda entre la tela. No compran las revistas como "Soho para mujeres" porque sen mojigatas, sino porque culturalmente los objetos sexuales siempre han sido ellas, se les hace difícil pararse al otro lado de la línea y mucho mas aun, discutir explícitamente sobre el tamaño del pene; bueno, por lo menos esto sucede cuando hay hombres presentes, porque cuando están a solas las mujeres de “Sex and the city” y sus diálogos explícitos, se les quedan cortos.
Tal vez por ello, la comidilla de los últimos días entre las mujeres y algunos gay haya sido sobre las proporciones anatómicas en las imágenes de Juan del Mar, aun cuando muchas alegan que tanta belleza es otro "paquete" conseguido a punta de PhotoShop. Las comparaciones son odiosas, pero algunas prefieren la larga trayectoria del Tino. ¿Será que a los otros modelos les dio pena mostrar?