domingo, 13 de diciembre de 2009

Se prestan Libros Vivientes

Construir la convivencia en la diversidad implica un trabajo arduo pero no por ello poco gratificante. La exclusión social parte de la indiferencia, del rechazo al otro y la falta de su reconocimiento como un auténtico otro. La biblioteca viviente es una estrategia no gubernamental que busca que los jóvenes construyan un mundo en el que todos seamos posibles.
Colectivos con estereotipos como un cura, un gay, un inmigrante y un discapacitado se transforman en cuentos para que los alumnos les conozcan y rompan prejuicios.

«¿Has tenido alguna vez un libro-homosexual sentado a tu lado?», pregunta Manuel Velandia a un alumno de etnia gitana y con dificultades de integración en las aulas. El adolescente le mira de reojo y con la cabeza le responde que no. «Bueno, pues ahora soy tu libro durante los próximos veinte minutos, ¿qué te gustaría saber?»

Velandia, coordinador general de Decíde-T, (Asociación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), participó ayer en la primera Biblioteca Viviente que nace en Alicante. Una iniciativa importada de Dinamarca y que pretende romper los prejuicios sociales que tienen los jóvenes sobre determinados colectivos por razón de su raza, ideología, condición sexual o profesión.

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos del colegio Emilio Varela organizó esta biblioteca andante y con voz, -la segunda que se celebra en España tras una experiencia anterior en Lorca- bajo el lema «Rompe tus prejuicios, comparte tus estereotipos».

Durante todo el día se llegaron a prestar hasta 30 libros/personas sobre los que pesan estigmas: una lesbiana, una política, un sacerdote, un líder espiritual, un policía, un ex militar, una persona mayor, un ex recluso, un afectado por el VIH, una ex prostituta y un inmigrante llegado en patera fueron algunos de los encargados de contar sus historias. Por la mañana, a los alumnos y por la tarde, a los adultos.

«Los chavales tienen prejuicios pero son adquiridos desde casa. Esta iniciativa les va a enriquecer», auguraban dos profesoras de del instituto Leonardo da Vinci, uno de los centros que participó por la mañana junto a estudiantes del Emilio Varela y del Gran Vía. El escenario elegido para desarrollar la biblioteca fue la Escuela para Adultos Alberto Barrios, en la zona norte, y durante todo el día registró un constante trasiego de lectores.

En grupos de dos a cuatro, los chavales fueron eligiendo sus libros y a través del diálogo conocieron su vida. Una vez finalizada la lectura y tras reflexionar, cada chaval escribía en una cartulina un anti-prejuicio. «En Argelia, mi país, no se acepta la homosexualidad. A los gays los maltratan», escribió uno de los jóvenes tras escuchar la historia de Velandia. Su profesora le dio las gracias al coordinador de Decíde-t y le explicó que no podía imaginarse hasta qué punto suponía que otro de sus alumnos -el de etnia gitana- «se haya sentado a su lado y le haya escuchado. Me he emocionado».

Los más reclamados
Velandia y Loli, una profesora lesbiana, fueron dos de los libros más reclamados. «Yo me pido un gay», se escuchó a uno de los estudiantes. Ahora bien, el policía tampoco pasó desapercibido: «Están muy americanizados y me preguntan mucho por las armas, cuando es el último recurso que se utiliza», explicaba en los descansos. Y es que más de un niño declaró que de mayor quería ser policía, mientras otros decidieron que trabajarían de funcionarios, tras leer la historia de Manuel y conocer que «le paga el Estado».

Amparo, afectada por una discapacidad, y Mari France, con esclerosis múltiple, dieron unas lecciones magistrales sobre las barreras sociales y arquitectónicas que sufren; y Emilio, sacerdote desde hace 47 años, tuvo que responder a preguntas como ¿qué piensas de los homosexuales?, ¿por qué la Iglesia no permite el aborto? La delegada municipal de coordinación de proyectos del Ayuntamiento, Sonia Alegría, no escapó a la espontaneidad de los alumnos, «¿cuánto cobras?, ni a la imagen que tienen de la política, «¿con quién te gusta pelearte?»
Fuente:

http://www.lasprovincias.es/valencia/20091031/alicante/alicante-presta-libros-vivientes-20091031.html

Estudio de Universal McCann sobre homosexualidad en Colombia ¿Mercadeo o investigación?

Por Manuel Velandia Mora
España, Diciembre de 2009

Reflexión sobre como ciertos estudio con relación a los homosexuales son utilizados por la empresa privada para tergiversar la imagen de esta población y de paso incrementar sus ventas.
En Colombia la investigación sobre sexualidad no es muy frecuente, sin embargo las agencias de publicidad en su afán por encontrar un mercado que les ha sido esquivo, el de los homosexuales, hacen “investigaciones” cuyos resultados ajustan a su propia conveniencia, con miras no a producir conocimiento sino al mercadeo, de otra forma no se comprenden los resultados obtenidos de la encuesta realizada por Universal McCann Colombia.

Representatividad no representativa
En la nota de prensa sobre el estudio presentado en artículo de El Tiempo se informa que la muestra fueron 4.470 personas, homosexuales y heterosexuales, de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Una muestra que no es representativa puesto que la población de hombres en esas ciudades, según las proyecciones del DANE para 2009, es de 3.496.153 para Bogotá, 1.090. 996, para Medellín, 1.061.607 para Cali y 570.598 para Barranquilla, que suman un total de 6.219.353 hombres. Si supusiéramos que tienen vida sexual activa tan solo los hombres que ellos investigaron, es decir las personas de los 18 a los 50 años, entonces la población de la que se debería extraer la muestra debería ser de 2.842.720 que son los con esas edades en esas cuatro ciudades. En conclusión estudiaron al 0,157 de la población.

Sería bueno que estos “genios de la investigación” explicaran cómo esta cantidad puede considerarse representativa de los hombres, pero especialmente como puede serlo de los homosexuales, que según ellos son el 10% de la población, si la muestra sería solamente el 0, 015 de la población. Cabe destacar que no es verdad que los homosexuales sean el 10% de los hombres, las investigaciones demuestran que casi nunca son más del 4,5% y que las lesbianas tampoco son más del 3%. Ese 10% fue un supuesto de investigación utilizado por Alfred Kinsey, supuesto que ningún investigador serio utiliza hace muchos años.

Homosexuales ¿ricos y buenos compradores?
Los resultados obtenidos por Universal McCann Colombia no son representativos, pero si le sirven a la agencia para vender pauta publicitaria orientada a esta población. Si los miramos con detalle observaremos que no sólo son erróneos, sino que el análisis es sesgado de acuerdo con sus necesidades comerciales.

Veamos sus afirmaciones. Con relación a los homosexuales entre los 31 a 40 años: “Para el 52 por ciento lo más importante es el conocimiento; para el 27 por ciento, el dinero; para el 39 por ciento, el estatus, y para el 48 por ciento, la apariencia física” a ello se suma la siguiente apreciación “Tienden a consumir y a invertir más en artículos que les brinde bienestar (93 por ciento) y tienen una mayor capacidad de compra que otros (82 por ciento). Los viajes, las inversiones en finca raíz, el estudio, el gimnasio y las cirugías plásticas son algunos de los rubros en los que invierte este grupo. Para ellos, la salida del clóset es directamente proporcional a su independencia económica.”

“Los gays entre 18 y 30 años fueron catalogados como la generación 'Next': son hedonistas, descomplicados, frívolos, les gusta explorar y probar lo que está por venir… El 68 por ciento procura estar a la moda y algunos suelen sacrificar la alimentación para comprar ropa o libros. De las mayores de 41 años el 37 por ciento tiene ingresos mayores de 2 millones de pesos. Su prioridad es la vida de hogar y para entretenerse prefieren viajar.”

En conclusión, lo que se pretende de este estudio realizado eminentemente con fines comerciales, es demostrar que los homosexuales son buenos compradores. Por supuesto el informe presentado no dice cuántos de esos posibles compradores homosexuales no tienen ni para el desayuno, porque los homosexuales también hacen parte de los millones de desempleados que hay en el país y están entre esos otros tantos que viven en la pobreza absoluta.

Estudios en diferentes países demuestran, como lo afirma “Gay fitness, health & life” a partir de la investigación realizada en California por “The Williams Institute at the UCLA School of Law”, que “lejos de afirmar el ideal que tradicionalmente han construido y relatan los medios de comunicación sobre el modo de vida gay, "el mito de la opulencia económica de los homosexuales y las lesbianas es justo un mito”. Las lesbianas, los gay y los bisexuales son tan propensos a ser pobres como lo son heterosexuales, mientras las parejas de homosexuales y de lesbianas, después del ajustar la investigación a los factores que explican la pobreza, muestran que dichas parejas tienen una mayor probabilidad de ser pobres que la que tienen las parejas casadas conformadas por heterosexuales”.*

Colombia paraíso de aceptación familiar a los homosexuales
Según estos “encuestadores”, de su “estudio” se desprende que “El 62% de los que están entre los 18 y 30 años cuentan ya con la aceptación familiar”. Si esto fuera verdad en Colombia el nivel de homofobia que se expresa en exclusión, separación social, estigma y otras formas de crímenes de odio, que incluso llegan a la amenaza de muerte y al asesinato no se presentaría con tal asiduidad. Los estudios sobre convivencia desarrollados, por ejemplo por las alcaldías de Medellín y Bogotá, demuestran que no hay tal aceptación.

Los homosexuales- prototipo de formación profesional
Según el “estudio”, en los gay entre 41 y 50 años su nivel académico baja frente a la franja de 31 a 40 años que tienen buenos niveles de estudio: el 50 por ciento cuenta con formación profesional y el 185 ya adelantó una especialización o una maestría”. Siete de cada 10 homosexuales entre 18 y 30 años son universitarios.

Como puede observarse la investigación está plagada de estereotipos, sus resultados no pasan de ser generalizaciones, pero sin duda ayudan a acrecentar la homofobia y sus diversas manifestaciones, ya que no se evidencia ningún análisis que como mínimo contraste las afirmaciones, que tendenciosamente son mayoritariamente negativas.
*Traducción del autor. Fuente: http://www.realjock.com/article/1386

Muchos homosexuales NO queremos ir al cielo

Por Manuel Velandia Mora
España, diciembre de 2009


Reflexión sobre la idea del cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, quien asegura que los homosexuales no irán al cielo, explicando la relación sadomasoquista que existe entre los jerarcas de la iglesia y los feligreses homosexuales, como también con algunos políticos que niegan sus derechos.

El sadomasoquismo además de una práctica erótica hace parte de la estructura del carácter de algunos individuos, en los que la aniquilación del Yo individual y la impotencia ante quienes ostentan el poder son tan sólo aspectos de su impulso masoquista, al que se suma el intento de convertirse en miembros de organizaciones grandes, sumergiéndose en ellas, a sabiendas de que allí igualmente serán vulnerados.

Es esto lo que le sucede a algunos cristianos especialmente a los católicos, y lo que le ha pasado a algunos homosexuales quienes a pesar de que los políticos y los jerarcas de la iglesia les vulneran sus derechos, siguen en las filas de iglesias y partidos sin apostatar o exigir sus derechos.

La construcción de la libertad plena del ser humano no es posible mientras se siga dependiendo de poderes teocráticos o de estados disfrazados de democracias civiles. Las efectivas libertades políticas, económicas e incluso religiosas contribuyen a fortificar el Yo y contribuyen a fortificar la racionalidad y el desarrollo de la individualidad y la independencia.

La discusión no es si Dios existe, sino el poder que se han tomado los jerarcas de la iglesia católica, quienes al igual que Hitler y con el sadismo propio de quien ostenta el poder se atreven, aprovechándose de la debilidad emocional manifiesta de sus “ovejas”, a construir y reforzar imaginarios en quienes de alguna forma se han autorizado a vivir su propia libertad de cuerpo y relacional, pero que igualmente se niegan a ser libres del todo, abandonando esas estructuras de poder con las que de alguna forma encuentran la satisfacción propia de su masoquismo emocional.

De otra forma no se comprende cómo algunos homosexuales entran en crisis por el hecho de que el cardenal honorifico presidente del Consejo Pontificio para los Operadores Sanitarios del Vaticano, Javier Lozano Barragán, asegurara que “los transexuales y homosexuales no entrarán nunca en el Reino de los Cielos”.

También cabe aclarar que si se nace homosexual pues habría que darle gracias a Dios por aproximarnos a la felicidad y si es una construcción de la libertad, en el supuesto de que Dios existiera, habría que darle gracias por la posibilidad de construirnos como seres realmente humanos posibilitando el ejercicio de nuestra libertad.

Por otra parte, cabe aclarar que esta misma relación sadomasoquista se da con aquellos políticos y homosexuales que creyendo en el matrimonio se permiten negar el cielo o buscarlo, pensando que con esta gloria alcanzarán lo que realmente importa, que son sus plenos derechos civiles.

Con estrategia del avestruz se mira el sida en Colombia

Por Manuel Velandia Mora
Diciembre de 2009, España


Colombia es el único país del mundo en que el número de casos de personas infectadas no sólo no aumenta, sino que además disminuye; por lo menos esto es lo que se desprende del análisis de las cifras epidemiológicas distribuidas por estos días a los medios masivos de comunicación por los genios de la salud que laboran en el Ministerio de Protección Social y la Cruz Roja Colombiana.

El Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), grupo temático para Colombia y el Ministerio de la Protección Social de Colombia, Dirección General de salud pública, editaron el nuestro país el, probablemente, mejor informe epidemiológico publicado hasta la fecha; según el Capítulo 2, Situación epidemiológica, del libro “Infección por VIH y Sida en Colombia. 2000-2005, Estado del arte”, “El número de personas viviendo con la infección (pvvs) en el país se estima en un rango entre 170.000 y 220.000, de los cuales cerca de 4.000 podrían corresponder a personas con menos de 15 años de edad. Para el año 2010, el número estimado de casos podría pasar de 800.000 personas, de los cuales cerca de 16.000 corresponderían a personas con menos de 15 años de edad”.

Sin embargo, con motivo del 1 de diciembre de 2009, diferentes medios publicaron que "la estadística oficial Colombia tiene reportados cerca de 65 mil casos desde que comenzó la epidemia, pero hay subregistro según los estudios estaríamos hablando que casos aproximados serian entre 170 mil y 210 mil casos", según advirtió Yasid Estrada, Coordinador del Programa VIH Sida de la Cruz Roja Colombiana.

Sería conveniente que algún/a senador/a de la republica citara al Congreso al Ministro de Protección Social para que informe cuál es la razón por la que en Colombia la epidemiologia se maneja con tal nivel de mediocridad o que si realmente han logrado desacelerar le epidemia informe a la comunidad científica internacional tan importante hallazgo, que bien merece el Nobel de medicina, y así se pueda utilizar tan maravillosa experiencia a nivel mundial.

Vale la pena recordar que en la fecha en que se publicó el citado libro el ministro igualmente era Diego Palacios Betancourt y que por lo tanto, este “adalid de la salud pública” ha estado en la cabeza de tan importante equipo científico y de sus maravillosos logros.

Que no quede rastro del polvo que ya pasó

Por Manuel Antonio Velandia Mora

Andrea, que no se llama Andrea, y que tiene un popular blog en la edición virtual de Revista Soho, se refiere a sí misma como puta, algunas veces se identifica como “prepago” y nunca afirma que es una “trabajadora sexual”. Tiene claro que “esto no es para toda la vida”.

En sus explícitos relatos, entre otros temas, suele comentar ideas como “Sé que mucha gente se ha interesado en mis historias y me han brindado todo su apoyo, otros han preferido atacarme e insultarme, en fin. Solo sé que llevo muchos meses tratando de ingeniármelas para que este blog funcione. Alguna vez les dije que no era nada fácil pues finalmente mi vida es tirar y tirar y tirar, eso es todo”.

Además de tirar y tirar, esta chica estudia en la universidad y en el blog reflexiona sobre la cotidianidad; una cotidianidad poco frecuente de la que ha hecho una etnografía sobre quiénes son sus clientes, sus prácticas, la forma en que se relacionan e incluso como utilizan el tiempo contratado; también está realizando, quizás sin ser consciente de ello, una aproximación a un estudio autoetnográfico de su experiencia. Bueno, aun cuando esto suena algo técnico, lo que ella hace es contar de sus aprendizajes, experiencias y emociones relacionadas con sus clientes.

Utiliza un lenguaje explicito y no duda en centrarse en algunos detalles algo (o bastante) directos, para el gusto de algunos moralistas que la leen, disfrutan y luego la insultan. Llega a algunas conclusiones sobre las mujeres y los hombres que dejan mucho por pensar, por ejemplo considera que “si como mujer se engorda o se ve vieja y un poquito fea, a los dos segundos ellos estarán encima de otra vieja. Las mujeres debemos ser 10 en todo. No es fácil”. Sobre las mujeres con las que ha estado dice “la gran mayoría son mujeres que aceptan un trío por complacer a su pareja, pero no son lesbianas… las mujeres a veces no son lo suficientemente complacientes y se limitan a ponerse boca arriba y esperar.

Según ella “nadie busca a una puta porque sí. Inseguridad, frustración con sus parejas, soledad, en fin. Y si solo habláramos de la satisfacción sexual, me quedo con esos amantes que me tratan bien, que me invitan a una copa de vino (odio el que me va manoseando sin ni siquiera hablar), el que pone música, el que me pregunta cómo estoy. Me gusta ese amante que me mira como si se fuera a echar el último polvo de su vida, que me devora con la mirada y que deja ver su erección por encima del pantalón… algunos otros a veces se pasan de agresivos y creen que tratar mal a una mujer o decir estupideces es sinónimo de hombría”.

Pareciera por la cantidad de lectores y comentarios que le escriben a Andrea, que en Colombia hay una gran necesidad de información sobre sexo y sexualidad, en especial en los hombres heterosexuales, que ven en ella una ayuda para sí mismos y para sus relaciones. Por supuesto como en todo blog que habla de sexo suele aparecer el doble moralista cristiano que se lee todo el cuento, le da el complejo de culpa y termina agrediendo, quizás por aquello de la “caridad cristiana”.

Por supuesto que no es mi interés recomendar que las mujeres se integren al mercado sexual; no creo que sea agradable, así algunas veces se disfrute con algunos clientes; lo que hago en este blog es reflexionar sobre cómo en cualquier actividad en la vida se puede aprender y que todo aprendizaje tiene un sentido para sí mismo y para otros.

Andrea no es Xaviera Hollander, la también llamada “madame alegre”, quien además de prostituta, ha sido empresaria del sexo (madame), escritora, autora y productora teatral y empresaria hostelera, entre otras cosas. Esta mujer que frecuentemente invitada como conferencista a muchas universidades en los Estados Unidos y otros países, durante años, tuvo una columna en Penthouse, en la que daba consejos sobre sexualidad.

La Hollander vive en Ámsterdam, en donde realiza en el verano conferencias-comida por las que hace algún tiempo debí pagar 75 euros. Oír a una trabajadora sexual comunicar de sus aprendizajes y disfrutar de manera desenfadada para hablar sobre sexo, evidencia por qué algunos hombres las prefieren putas, aun cuando luego se nieguen a saludarlas y muchas de ellas prefieran que en su vida no quede rastro del polvo que ya pasó.

La maricada vende

Por Manuel Velandia Mora.

Retomando un comentario de la lectora Elvira Moreno Martínez, quien se refirió al título de este blog al no poder escribir nada para defender a los “Delfines peligrosos”, y que considera que por usar la palabra “ maricada” ya “sabe de dónde viene la bajeza del lenguaje y la perfidia de los sentimientos, que están marcando a muchos colombianos”, pues “hay una forma baja, arrabalera de expresarse”; quiero recordarle a ella y otros lectores que “Marica”, según la Real Academia Española de la lengua, es un hombre afeminado y de poco ánimo y esfuerzo, así que cuando hago referencia a “Dejémonos de maricadas”, estoy hablando precisamente de tomar la homosexualidad como lo que es, un tema serio, una cuestión de hombres.

Esto de la maricada no siempre se toma como debe tomarse y es allí cuando esta parece ser tan rentable, que se ha puesto de moda escribir sobre el tema; para la muestra un botón: la aparición próxima de publicaciones escritas por conocidas periodistas como lo son Francisco Celis Albán y Édgar Artunduaga.

Celis retoma para titular su libro una ya famosa frase que salió del reinado nacional de la belleza y que incluso circula en un video en Youtube “Hombre con hombre, mujer con mujer y viceversa: Colombia gay”.

Uno de los entrevistados de Celis entra en la tradicional elucubración mental, desde la que se piensa que se es mejor marica si se está al lado de maricas más importantes, así que para darse bombo y platillo relata que bailó con un expresidente, y claro que hay maricas expresidentes de la republica (todo el mundo cree que hablará de alguno de aquellos mandatarios de quienes se ha dicho que es homosexual, que son más de cuatro), pero también los hay de sindicatos, grandes empresas, asociaciones de padres de familia, organizaciones religiosas… maricas presidenciables hay más de uno.

Por otro lado, Francisco entrevista al político homosexual publico más conocido del país, no por su gaycidad, sino por sus propios meritos como escritor y como político; meritos que son suficientes y que muestras que ser marica no es un lastre, tal y como otros maricas políticos lo consideran; pensamiento que los ha llevado a construirse un closet tan grande como el país, eso sí con una sala de recibo tan amplia que cabe cualquier cargador de Corabastos o cantante internacional que nos visita.

Justo de políticos, esta vez lesbianas, habla Artunduaga en su libro “Sexopolítica”; y es que de chismes sexuales está lleno el congreso de la republica, así que el autor dejará entrever su maledicencia y cizaña al hablar sin nombre propio sobre dos reconocidas senadoras famosas por su largo y productivo romance, pero dando todos los elementos para que se descubra quién es quién.

El chisme mueve montañas y tal vez por ello los periodistas se aprovechan de chismes que no se consideran de vecindad, dado quienes son sus protagonistas, para enganchar lectores incautos.

El sexo, especialmente si es clandestino o bañado por la homofobia, es una fuente inagotable de información. Recordemos que Larry Flint, el magnate de la industria pornográfica, invirtió en un anuncio de página completa en el diario The Washington Post, para incitar a los lectores a contar sus más íntimos secretos, si estos se relacionaban con algún miembro del congreso norteamericano. Ya en 1998 la revista Hustler hizo una oferta similar tras el escándalo sexual de Bill Clinton de la Casa Blanca.
Otra publicación que se anuncia es la del sacerdote católico Germán Robledo, ex presidente del Tribunal Eclesiástico de Cali, quien ha dicho que está escribiendo explosivo libro sobre los escándalos sexuales de la arquidiócesis de Cali, el cual seguramente se titulará “Hacia un clero Gay”. Robledo ha dicho a Semana que “El 30 por ciento de los 120 sacerdotes que hacen parte de ella son homosexuales”.

En Colombia, a diferencia de otros países en los que los chismes del corazón y la cama mueven inmensas cantidades de dinero, tener relaciones genitales con un famoso no ayuda a tener el tan ansiado segundo de fama. Ya veremos si realmente estas publicaciones tienen éxito o si simplemente quedarán en ser “Confesiones de una puta cara”.

Velandia, gana tercer premio de periodismo

Ganador oficial del TERCER PUESTO, Categoría “Trabajo Sexual y Salud" en la quinta versión del Premio Latinoamericano de Periodismo en Salud, Red-Salud 2009

Red-Salud -red de periodistas, fuentes, medios y organizaciones de la sociedad civil comprometidos con la salud pública en Latinoamérica- y sus socios la Organización Panamericana de la Salud, La Iniciativa de Comunicación y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, ha comunicado a Manuel Antonio Velandia Mora que, con base en la decisión de los jurados calificadores José Luis Novoa, Eva Amorín y Jesús Arroyave, su crónica “Entre sueños y realidades... ¿dónde queda la salud?” ha sido seleccionada como la ganadora oficial del TERCER PUESTO, Categoría “Trabajo Sexual y Salud" en la quinta versión del Premio Latinoamericano de Periodismo en Salud, Red-Salud 2009.

El informe Ganador permite conocer como las travestis trabajadoras sexuales hacen la construcción identitaria de de su identidad de género y de su cuerpo, por medio de procedimientos invasivos realizados por ellas mismas o por otras chicas trans, relata los efectos que tiene en su salud, el uso de productos como la silicona, el aceite de cocina, el aceite mineral y la grasa para aviones. Pretende ser además informativo para la población general y un llamado de atención al equipo de salud. Permite conocer cómo las travestis trabajadoras sexuales hacen la construcción identitaria de su género y de su cuerpo, por medio de procedimientos invasivos realizados por ellas mismas o por otras chicas trans, relata los efectos que tiene en su salud, el uso de productos como la silicona, el aceite de cocina, el aceite mineral y la grasa para aviones. Pretende ser además informativo para la población general y un llamado de atención al equipo de salud.

Los organizadores han dado a Velandia, Revista Semana.com y a AGMagazine sus cordiales felicitaciones y un especial agradecimiento por su contribución a informar y sensibilizar al público acerca de las problemáticas y necesidades de las y los trabajadores sexuales y muy especialmente, en lo concerniente a su salud. Para el jurado, esta crónica es precisa en términos de contenido y de discurso. Está bien investigada y documentada. A pesar de no abordar de manera directa el tema del trabajo sexual y la salud, da cuenta acerca de asuntos poco visibilizados como los riesgos a los cuales se expone la población trans al someterse a ciertos procedimientos para la transformación de sus cuerpos.

Como ganador del Tercer Puesto, Velandia se ha hecho acreedor a una suma en dolares, la publicación de su trabajo en el sitio web de Red-Salud - http://www.comminit.com/es/node/301288/294 - la inclusión de su nombre en el Boletín Red-Salud que se publicará sobre el premio y el diploma que encontrará adjunto.

Velandia es Sociólogo, filósofo, sexólogo, Máster en educación, Doctorando en enfermería y cultura del cuidado. Sus artículos se publican en diferentes medios nacionales e internacionales. Bloguer en revista semana.com desde 10/11/2006. Columnista en agmagazine.info y previamente en agmagazine.com.ar desde 2006. Fue columnista en las Revistas AcÉnto, Intacto Magazine y Ventana Gay. Hizo parte del equipo periodístico del programa de televisión El show del corazón RCN Televisión Colombia y fue colaborador del Programa radial Hablemos de sexo, RCN radio.

De la Intolerancia, el sexismo, la homofobia y otras formas de defender la moral como una forma de negar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Manuel Antonio Velandia Mora

En el siglo pasado en los Estados Unidos, los baños en los establecimientos públicos estaban rotulados de tal forma que se distinguiera claramente que eran para hombres, para mujeres y para negros. La discriminación, el sexismo y la homofobia han sido aceptadas socialmente como una manera de defender la “moral” que establece las normas para la “buena conducta” y así como en algún momento fue considerado de mal gusto que una mujer opinara de política o pensar que un negro era persona, ahora se considera que no puede haber una ley que soporte los derechos de algunas minorías sexuales.

Actualmente cuando dos homosexuales o lesbianas deciden separarse, generalmente, la persona que poseía mayor capital al inicio de la relación tiende a quedarse con el producto de lo trabajado conjuntamente durante los años de unión de la pareja. Pareciera ser que el dolor causado en su corazón motivara tal endurecimiento que las personas tendieran a olvidarse del esfuerzo, apoyo, acompañamiento, solidaridad y afecto expresados por quien ahora es considerado un ser casi despreciable. En el caso de una persona que fallece al interior de una pareja del mismo sexo, si quien ahora falta es la persona adinerada, la familia de ésta inmediatamente obliga a la pareja a abandonar el lugar de vivienda y a renunciar a cualquier derecho legal sobre los bienes producidos conjuntamente; si el que fallece es el pobre esto no es importante.

Los efectos patrimoniales son tan solo uno de los problemas por los que atraviesan los homosexuales que deciden unirse en pareja. Otras situaciones adicionales se suman en la actual discriminación y desprotección frente a la ley como son, por ejemplo, los derechos a la seguridad social, a heredar, a obtener la nacionalidad de la pareja, o a ser beneficiarios de subsidios y beneficios prescritos en la legislación laboral. Así mismo, a las parejas del mismo sexo no les está permitido adoptar decisiones en materia de salud cuando el compañero o compañera no pueda hacerlo, la visita de pareja en caso de internación o privación de la libertad, ser beneficiarios mutuos de seguros y el derecho a alimentos mutuos. Y aun cuando es un caso poco frecuente, incluso, no cuentan con la protección en el caso de que se presente violencia intrafamiliar.

La desprotección legal de la que son sujetos los homosexuales y lesbianas ha motivado a que en diferentes ocasiones los legisladores hayan intentado buscar la protección de los derechos de estas minorías sexuales y sociales. Una de los hechos que más sorprende en la discusión pública que ha suscitado el proyecto es que la iglesia Católica y alguno que otro despistado político consideren que una relación para ser reconocida socialmente debe contar con la bendición de un sacerdote.

El Canon 1055.1 del Código de Derecho Canónico sostiene que “La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural a bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevado por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de Sacramento entre los bautizados”. Este cano eminentemente Católico, por supuesto, no tiene en cuenta que este es un país laico, y que por tanto los bautizados practicantes no son todos los ciudadanos, y más aún que no se puede legislar para quienes tan solo son miembros de una de las muchas iglesias, aun asumiendo que ellos sigan siendo son la mayoría.
Algunos de los argumentos expuestos son bastante mañosos y caen por su propio peso. El hecho de que se considere que la conservación de la especie sea un acto natural no quiere decir que las relaciones genitales no-procreativas sean antinaturales, ya que si ello fuera así los coitos destinados al placer en las parejas heterosexuales igualmente lo serían. Afirmar que es contrario a la naturaleza porque este tipo de relaciones no son ni anatómica ni fisiológicamente viables es olvidar que la penetración anal no es un acto exclusivo de los homosexuales. Adicionalmente, considerar que el sida es una enfermedad de homosexuales es desconocer la epidemiología nacional.
Aseverar que las relaciones homosexuales atacan y compiten con la familia como comunidad de vida y amor es olvidar que el decadente modelo heterosexual de pareja y matrimonio no es en la actualidad (y tampoco lo ha sido exitosamente en el pasado) digno a seguir por los múltiples problemas que generalmente presenta, y por tanto, ni el proyecto ni los homosexuales buscan equiparar su matrimonio al matrimonio heterosexual, ya que no es su interés negar que la familia es institución básica de la sociedad. Pretender que la pareja homosexual tiene como fin ser un medio para reducir el crecimiento de la población es ignorar que si esto se deseara sería mucho más efectivo seguir haciendo lo que hasta el momento se viene haciendo, ya que la más recientes investigaciones demuestran un alto porcentaje de las mujeres en unión están usando actualmente un método de planificación familiar, y además que en un país que se aproxima vertiginosamente a la pobreza absoluta en un altísimo porcentaje de la población esto no solo sería beneficioso sino además lo apropiado.
Se expone que el proyecto adolece de un soporte cultural bajo el supuesto de que este desconoce nuestras raíces y cae en el dañino fenómeno de la transculturación desde el cual, copiando conductas viciadas y venidas de otros continentes, se considera que ser homosexual es estar en moda. Esto desconoce que en la historia latinoamericana algunos de nuestros indígenas precolombinos sostenían relaciones genitales con personas del mismo sexo, tal y como lo cuentan algunas crónicas de la época, y puede observarse en figuras antropomorfas que reposan en algunos museos antropológicos del continente y que demuestran actos de este tipo. En resumen es más transcultural el cristianismo que la homosexualidad, y además, afirmar que las antiguas culturas de Grecia y Roma se derrumbaron por la práctica difundida de la homosexualidad es hacer una lectura bastante sesgada y amanerada de la historia.

Ser más papistas que el Papa y ejercer la doble moral suele ser una expresión cotidiana en muchos católicos, el mismo catecismo de ésta denominación afirma que “…como seres humanos los homosexuales tienen los mismos derechos que las demás personas”. Recordemos que el concepto de “antinatural” proviene de Tomás de Aquino quien en su Summa Theológica escribió que la utilización de los órganos sexuales para cualquier propósito diferente a la procreación era lujuriosos y pecaminosos por estar encaminados a la obtención del placer.

La crítica es un acto que ayuda al desarrollo positivo, la discriminación se produce cuando se realiza contra la persona una distinción, cualquiera que sea, que da lugar a que sea tratada parcial e injustamente porque pertenece o se supone pertenece a un grupo particular. La discriminación posibilita la segregación, la exclusión social, la amenaza a la vida e inclusive la muerte, como le ha sucedido a cientos de homosexuales asesinados por grupos de limpieza social, paramilitares y guerrilleros en América Latina

De la Grisales, la U Pontificia de Medellín y otros monumentos a la ignorancia

Manuel antonio Velandia Mora
Noviembre de 2009, España

¿Has visto la campaña contra la homosexualidad en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín? Me preguntó un amigo vía mail. Por supuesto no pude verla, tan sólo lo logré cuando me enviaron la imagen; bueno, desde España es difícil pasear por la universidad y a nadie se le ocurrió hacerme un paseo virtual.

No puedo subir una imagen al blog, pero el texto en mención dice “No te dejes echar el cuento, ni todo el mundo lo hace, ni es normal, ni todo se pone de moda…. Promiscuidad, satanismo, homosexualismo, lesbianismo, drogadicción, alcoholismo, magia negra… Hay cuentos que te pueden enfermar seriamente”. Lo firma “Vicerrectoría pastoral Universidad Pontificia Bolivariana.

Es necesario resaltar la protesta que hicieron algunos-as estudiantes de comunicación social y otras carreras que se manifestaron y que se hicieron escuchar de las directivas, acción que propició que la valla se retirara. Eso demuestra que la sociedad civil se puede movilizar y reclamar sus derechos; y la actitud de reconocimiento de las directivas de que se cometió un error.

Por supuesto también algunas asociaciones y líderes de la población LGBT alzaron su voz de protesta, entre ellos el maestro universitario Hernando Muñoz S., quien fue recibido por la Secretaria general y la Directora de comunicaciones de la universidad, la reunión la tuvo además con el presbítero vicerrector de pastoral y un representante de bienestar universitario. Muñoz dejó claro que fue un asunto grave, que NO se puede repetir e insistió en que se entendiera que es inaudito que en un campo del saber y la ciencia se hable de la homosexualidad como una enfermedad, ya que con ese tipo de acciones reproducen discursos de odio hacia una población vulnerada históricamente.

Como él afirma, ni las iglesias, ni la familia, ni ninguna institución, ni persona tienen el derecho para reproducir discursos de odio, expandiendo la violencia que ya bastante tenemos en este País. Mucho menos puede hacerlo una universidad que se supone es la institución en la que se construye el conocimiento y el futuro del país.

La universidad se excusó diciendo que el texto lo hizo un publicista, mejor dicho culpa a alguien para intentar salir airosa de esta exclusión y crimen de odio contra las lesbianas y homosexuales. Me pregunto si el equipo de pastoral de la Universidad Pontificia Bolivariana permite que sus ideas las maneje alguien que les ajeno, que no conoce su pensamiento, sus criterios éticos y políticos.

Me atrevería a decir que esta excusa me suena a mentira, que la discriminación y la homofobia fue lo que motivo la estrategia comunicativa y que se les salió el cobre y no pensaron en las consecuencias, algo raro en una institución que le interesa más el mercadeo que la educación.
Pero si de la ignorancia se hace gala en la universidad, no es de extrañar que de ella se apropie la actriz Amparo Grisales. Hoy se publicó una entrevista con esta actriz en Elenco de El Tiempo y dice esta perla:

Con una sonrisa y mirada pícara, asegura que tampoco acepta ninguna clase de preservativos, lo que le da pie para hablar de sexo: "No como nada empacado o con preservativos, no me gustan de ninguna clase (risas)... ¡Recalco! me parece que eso se tiró un poco la espontaneidad sexual de los juegos eróticos. Sé que el uso del condón es tan importante y tan necesario, que por eso creo que lo rico es tener pareja estable".

La vida quiera que a la Grisales como a muchas mujeres en el mundo que creen que la fidelidad existe y es un método de barrera no les pase como a mas de 17 millones de mujeres que ahora viven con el virus que causa el sida, a otros millones que se han infectado con los microorganismos que causan las enfermedades de transmisión sexual y otras tantas que ya han muerto a causa de ellos; mujeres que pensaron que el amor es un antídoto y confiaron su seguridad a hombres a quienes sus vidas no les importaba.

La Grisales debería recordar que como figura pública tiene una responsabilidad social al ser un modelo que promueve conductas que ponen en riesgo la salud de las personas.


domingo, 1 de noviembre de 2009

A transexuales jóvenes se les niega el derecho al cuerpo

Por Manuel Velandia

Aun cuando se ha avanzado en el tema de los derechos de las orientaciones sexuales, poco se ha avanzado en cuanto a las personas transexuales y sus derechos. Manuel Velandia habla de los tránsitos identitarios de género, de la discriminación y el rechazo que se genera por definirla como una patología y de la situación de los y las jóvenes que buscan gozar de plenos derechos.

El género es una noción, una construcción social y cultural sobre lo que “debe ser” y cómo debe comportarse una persona, pero el género es especialmente una construcción particular, a partir de la cual la persona asume una manera de actuar a la que se llama “rol de género”; generalmente, se espera que dicho rol acompañe en su actuación a un cuerpo que se le corresponde; es decir, por ejemplo, a un cuerpo de macho le correspondería un rol masculino.

Algunas personas experimentan un tránsito en su identidad de género -situación a la que en salud, que la sume patología, denomina “disforia de género ”-, en ellas su rol, actuar y performance del género no está en consonancia con su cuerpo, puesto que asumen una performance femenina a pesar de que su cuerpo es o fue asignado masculino o una performance masculina aun cuando su cuerpo es o sea asignado de hembra, abandonando su “género por asignación” y asumiendo un “género por opción”.

Muchos sexólogos, psiquiatras, médicos, e incluso personas que viven esta situación prefieren llamarla “disforia de género”; yo prefiero denominarla “tránsito identitario de género”, especialmente porque al referirse a “disforia” se está asumiendo que es un desorden mental, asunción con la que no estoy en acuerdo. ,

Una persona transexual es aquella que psíquicamente ha optado por un género, a pesar de haber nacido con la anatomía que se considera propia de otro sexo, en esta persona se produce una disconformidad entre su sexo biológico, su sexo social (asignado), su sexo particular (el que la persona asume para sí) y su identidad de género, tanto la asignada como la asumida. Por ejemplo, una mujer transexual es aquella persona que pertenece psíquicamente al género femenino como su género optado y que desea un cuerpo acorde con dicho genero , a pesar de haber nacido o haber sido asignada con anatomía de macho de la especie humana y en una identidad de género masculina.

Los/las transexuales tienen la convicción de pertenecer al sexo opuesto al que nacieron, con una insatisfacción mantenida por sus propios caracteres sexuales primarios y secundarios, con un profundo sentido de rechazo y un deseo manifiesto de cambiarlos médica y quirúrgicamente. Una persona transexual no desea los caracteres físicos del sexo con el que ha nacido, sino que le apetece un cuerpo que sea acorde con su género optado, aun cuando no todas las personas transexuales pueden (las leyes en muchos países no lo permiten, por razones de edad se les dificulta la situación o no tienen las condiciones económicas para hacerlo) o desean recurrir a una operación de transformación de su morfología corporal (popularmente denominada operación de cambio de sexo).

Cabe afirmar que se es transexual así la persona transforme o no su cuerpo quirúrgicamente, con aplicación de hormonas y/o con trucos o rellenos, para aproximarlo al cuerpo deseado. Uno de los problemas de considerarla patología es que se considera que para tener acceso a los tratamientos hormonales y a las cirugías la persona requiere tutela psiquiátrica.

Los estados se han tomado el derecho de decidir sobre el cuerpo de los ciudadanos hasta el punto de que en muchos países se ha legislado prohibiendo los cambios morfológicos o por lo menos haciéndolo para las personas menores de edad. No hay, sin embargo, una voz común a este último respecto; una cosa es lo que piensan los legisladores y algunos profesionales de la salud y otra, lo que entienden y viven la situación, posiciones que igualmente son dispares.

Existe legislación en materia de identidad de género en Suecia (1972), Alemania (1980), Italia (1982), Holanda (1985), Turquía (1988), Canada, Quebecq (1977); Sudáfrica (1974); Australia Meridional (1988), Colombia (1993, cambio de nombre), España (LEY 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas), Cuba (2009). En EEUU la situación es dispar según el Estado: Illinois (1961), Arizona (1967), Lousiana (1968), California (1977); hay reglamentos en Alabama, Carolina del Norte, Nueva York, Colorado, Hawai y Pensilvania.

La doctora Peggy Cohen-Kettenis, del VU Medisch Centrum holandés, explica que durante el proceso “casi las tres cuartas partes de los adolescentes se vuelven homosexuales y abandonan el programa”, así que el tratamiento completo, la operación quirúrgica a los 18 años, “sólo es para los chicos muy femeninos o las chicas muy masculinas que siguen necesitando el cambio de sexo… Con 16 años se es demasiado joven para tomar la decisión de operarse, incluso a los 18 me parece pronto, no se está preparado, es para toda la vida…
Es preferible darles tiempo hasta que estén absolutamente seguros, y preguntarles durante años si es realmente lo que quieren”.

En 1989 el Parlamento Europeo emitió una Resolución sobre la discriminación a las personas transexuales, considerando que la transexualidad es un problema psicológico y médico, pero también un problema de la sociedad, que no sabe hacer frente a un cambio de los papeles sexuales específicos culturalmente establecidos, tiene el convencimiento de que la dignidad humana y el derecho al libre desarrollo de la personalidad debe abarcar el derecho a vivir de acuerdo con la identidad sexual; y, pide a los Estados miembros que aprueben disposiciones sobre el derecho de los transexuales a un cambio de sexo de carácter endocrinológico, plástico-quirúrgico y estético, el procedimiento y la prohibición de su discriminación. Con respecto a la Operación quirúrgica considera que debe ser practicada, tras ser autorizada por un equipo de profesionales integrado por un o una médico especialista, un o una psicoterapeuta, y, llegado el caso, por un o una representante nombrado o nombrada por el afectado o la afectada.

La organización AET-Transexualia de España informa que está a favor al derecho que tiene cada persona a decidir sobre la sexualidad, independientemente de su edad. Que una operación de adecuación de sexo a una edad temprana es una cuestión todavía a debatir donde los colectivos de transexuales tienen que tomar una postura en común, y es por ello creen que una persona joven a pesar de los claros síntomas de transexualidad necesita un tiempo de reflexión ante tan importante operación.

Transexualia manifiesta que es conveniente observar la evolución en otros países pioneros como Holanda y Estados Unidos y aún es pronto para ver datos sobre la evolución con menores de edad, por ello creemos necesario un debate médico junto a los colectivos afectado frente a la intervención de reasignación en los casos de menores de edad, porque una operación como esta es irreversible y hay que asegurarse al completo que el/la menor no esté confundido con su sexualidad. Equivocarse puede llevar a un empeoramiento de la salud psíquica y física de la persona empeorando su calidad de vida. En últimas consideran, que debe dejarse la decisión final a la persona sin necesidad de recurrir a presiones externas (familia, médicos, medios de comunicación y demás).

Casos reales en menores de edad
Algunos niños y niñas y adolescentes interesados en la operación de reasignación sexual logran en algunos pises el apoyo psicológico y medico necesario; otros casos; a pesar de contar con el apoyo de sus padres, han tenido que recurrir a los juzgados para lograr ejercer su derecho a pesar de que los profesionales de la salud las apoyan en su decisión.

Este es el caso de la argentina Natalia quien nació como Marcos y del español Toni, de 16 años. Hace dos años y después de tres de lidiar con la justicia, Natalia (17 años) consiguió la aprobación de un juez Rodolfo Mario Álvarez, de la provincia de Córdoba (Argentina) para someterse a una operación para lograr la remoción del pene y la implantación de una neovagina. Este caso sentó un precedente en Latinoamérica, el juez se basó en el artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño y en el Código Civil argentino uno de cuyos artículos reconoce la capacidad psicológica de un menor para decidir sobre su cuerpo.

En España se ha llevado a los juzgados por primera vez un caso de una persona que desea cambiar de sexo antes de cumplir la mayoría de edad. Un joven catalán quien tiene 16 años y cuenta con el apoyo y consentimiento de sus padres, ha pedido al Juzgado de Primera Instancia número 15 de Barcelona, que le deje operarse.

Los casos de jóvenes son mucho más frecuentes de lo que se supone, por ejemplo en Estados Unidos, a partir de mayo del 2008, el Hospital Infantil de Boston ofrece tratamientos para niños y niñas a partir de los siete años. El mentor de esta iniciativa es el pediatra Norman Spack, según él “en el caso de los niños que tienen clara su identidad sexual, pero que nacieron en un cuerpo equivocado, lo mejor es proceder al cambio de sexo para evitar autolesiones e incluso el suicidio”. En declaraciones a The Boston Globe, ha declarado: “cuando los pequeños transexuales llegan a mí, están muy deprimidos. Lo primero es retrasarles la pubertad con medicamentos. Esto es reversible, por si más adelante el niño cambia de opinión”.

En Holanda, niños y niñas mayores de 12 años, quienes atraviesan por procesos de transito identitario superan un estricto proceso de selección en el VU Medisch Centrum, de la Universidad Libre de Amsterdam, un centro creado en 1998; allí un centenar de adolescentes son tratados químicamente, como paso previo a su cambio de sexo.

Bibliografia.

Disforia de género: Desacuerdo profundo entre el sexo biológico y el sexo psicológico. En: OMS, CIE-10: The ICD-10 Classification of Mental and Behavioral Disorders, Diagnostic criteria for research, 1992.
Parte de los discursos de estas ciencias están impregnados de postulados ideológicos que se subsumen en ciertas pretensiones sobre la verdadera naturaleza de las cosas que no responden tanto a intereses legítimos de avanzar en el conocimiento de la realidad, sino más bien en el control y en el encasillamiento de esa realidad en dichos supuestos ideológicos. Campos, Arantza (2007). La transexualidad y el derecho a la identidad sexual. Universidad del País Vasco.
En 1980 aparece el transexualismo como diagnóstico en el DSM III (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, tercera edición). En 1994 (DSM IV) el término tran¬sexualismo es abandonado, y en su lugar se usa el término trastorno de identidad de género (TIG) para designar a aquellos sujetos que muestran una fuerte identificación con el género contrario e insatisfacción constante con su sexo anatómico. El ICD 1,0 (International Classification of Diseases, décima edición) señala cinco formas diferentes de TIG.
Transexualismo se usa para designar a uno de los trastornos de identidad de género
Los sistemas sociales son sistemas de desigualdad y dominación que tienen poderosos efectos sobre las acciones desarrolladas por las personas, condicionando sus posibilidades reales de actuación. J.F. Collier & S. J. Yanagisako: "Theory in anthropology since feminist practice", Critique of anthropology, vol. 9 (2): 27-37.1989.

El temor a no ser masculino o femenina

El temor a dejar de ser homosexual o lesbiana o a dejar de serlo.
Por Manuel Velandia
España, julio de 2009


Los padres, las madres, los maestros y maestras, los sacerdotes, las monjas, chamanes, popes, pastores, científicos tienen el temor de que no seamos hombres masculinos o mujeres femeninas y heterosexuales, pero algunos/as maricones y bolleras temen que a los homosexuales se les identifique como afeminados y a las lesbianas, masculinizadas.

Su temor se fundamenta en una ideología sexista, machista, falocrática, heterosexista y misógina que ha permeado a todas las culturas, hasta el punto que en todas se ha reproducido un “deber ser” del cuerpo, del sexo, del género, de la sexualidad, del placer e incluso, del “deber hacer” con el cuerpo, los genitales, la palabra y hasta el pensamiento de los hombres y de las mujeres.

Toda transgresión a ese modelo, en el intento de “estar siendo” lo que hemos “querido ser”, se condena con la cárcel, la muerte, la exclusión social, la sanción social, el desplazamiento forzado, el asesinato y otras formas más refinadas de crímenes de odio.

Se nos ha imbuido a creer que dicha ideología es la verdadera y en consecuencia, defendemos, actuamos y exigimos que otros/as/es la asuman y la vivencien; pero el género como todo elemento ideológico es una construcción social, un acuerdo espacio temporal propio de una cultura, e incluso, construido en una subcultura. Lo que es masculino aquí y hoy, no necesariamente lo será mañana, ni lo fue ayer. Lo que está siendo masculino hoy y aquí, no necesariamente lo es en otro lugar, en este mismo país, en otro país o en otro continente. Lo que es masculino aquí, puede ser parte de la feminidad en otra cultura.

Masculinidades y feminidades tienen variaciones tan particulares que puede afirmarse que hay tantas masculinidades y feminidades como seres humanos se asumen masculinos o femeninos.

Por qué tendríamos que ser masculinos o femeninos, por qué tendríamos que jugar en ese binarismo masculino-femenino. Por qué no podemos transitar hacia la masculinidad o hacia la feminidad, por qué no vivir en la androginia, por qué no podemos ser hoy esto y mañana aquello.

Los pensamientos judeocristiano y positivista (aun cuando parezca redundante) nos llevan a pensar que sólo hay una opción posible, pero si fuéramos realmente autoconstruidos, autodeterminados, sujetos plenos de derechos entenderíamos la importancia que tiene experimentar otras emociones, otras vivencias, otras explicaciones en las que el único límite es la felicidad.

La sociedad rechaza a quienes transitan ya sea en el género, en el cuerpo, en la orientación sexual o en sus expresiones comportamentales sexuales, porque estos seres autónomos y autoconducidos son/somos peligrosos por negarnos a aceptar el estatus quo de la sexualidad oficial, desde el que se pretende olvidar que el género es una construcción biopolítica y cultural.
Las situaciones de discriminación por las que pasa quien transita en el género se basan en el poder que se le otorga a la masculinidad.

La sociedad acepta los tránsitos corpóreos cuando estos ratifican el imaginario popular del deber ser para el cuerpo-genero; por ello generalmente no sorprenden los tránsitos que ha hecho con sus tetas Pamela Anderson o el cuerpo machificado de Cristiano Ronaldo, pero por esa misma lógica tampoco ha de asombrarnos que ni los/as mismos/as LGB acepten los tránsitos de aquellos/as a quienes identifican/mos como “trans” o las diversidades de sus congéneres LGBTTTIQ.

Hay una multiplicidad de posibilidades en el cuerpo. Como afirma Beatriz Preciado, no hay dos sexos, sino una multiplicidad de configuraciones genéticas, hormonales, cromosómicas, genitales, sexuales y sensuales. Algunos autores consideran que decidirse por una orientación sexual, un sexo, un género o por una forma específica de obtener placer sexual coarta la libertad para “estar siendo” lo que se desea ser. Yo me ubico en esta posición teórica y experiencial: para mí la identidad es cultural, política, relacional, por tanto móvil y se transforma en el tiempo, en el espacio, con el tipo de relaciones y re-descubrimientos que hacemos.

Desde la otra óptica, la lineal positiva, se considera que se es homosexual, lesbiana, bisexual o heterosexual y que se es para toda la vida; sin embargo, la sexualidad es tan móvil y tan única como el ser humano. En nuestro continuo “estar siendo” estamos en la posibilidad y en la necesidad de probarnos a nosotros/as mismos/as y esa permanente ansia de descubrir-se nos lleva a darnos cuenta de que aquello que creemos que somos puede dejar de serlo en un siguiente momento.

Los/as seres humanos somos deseantes… algunos estaremos siendo homodeseantes, bideseantes, heterodeseantes o lesbicodeseantes, pero no por estarlo siendo somos homosexuales, lesbianas, heterosexuales o bisexuales. La identidad de orientación sexual es una construcción en la que la persona va re-descubriendo-se poco a poco; algunas veces ese proceso se hace muy rápido, otras es demasiado lento, pareciera que hay un punto final en el que la persona conoce hacia quien orientar tus afectos, erotismo y genitalidad y que ya tiene definida su orientación sexual.

En dicho momento se considera que se han definido cuatro aspectos -deseo, erotismo, afectividad y genitalidad- que se conjugan hacia alguien del mismo sexo, y a partir de ello si a dicha persona se le ha identificado socialmente como mujer y se orienta por un hombre, entonces su orientación sexual será hetero y se le hetero-etiqueta heterosexual, pero si su sujeta es otra mujer entonces se asume que es lesbicodeseante, lesbicoafectiva, lesbicoerótica y lesbicogenital, y en consecuencia se le hetero-etiqueta lesbiana, pero aun esta persona tan solo se auto-identificara lesbiana hasta cuando se asuma identitariamente y para sí misma como tal. Igual sucede con un hombre al que se le hetero etiquete homosexual porque se le asume homodeseante, homoafectivo, homoerótico y homogenital, tan solo será homosexual hasta cuando él se asuma a sí mismo e identitariamente como tal.

Sin embargo no todos los seres humanos se auto-identifican bajo uno de los rótulos de las orientaciones sexuales, porque no se identifican como homosexuales, lesbianas, bisexuales o heterosexuales, sino que pueden experienciar-se en posibilidades tan diversas como por ejemplo, auto-identificarse bideseantes, homofectivos/as, bieróticos/as y heterogenitales
y ser auto y hetero-definidos como heterosexuales o simplemente, no auto-definirse en una orientación sexual determinada.

Entonces cabe preguntarse, por qué la necesidad de definirse homosexual, lesbiana, transexual, transgénero o bisexual. En algunos casos la necesidad pareciera ser mas externa que particular, en otros es a la inversa, en algunos mas no existe esa necesidad. Yo, por ejemplo, hay días en los que estoy siendo una mariquita, loquita, con plumas y algo femenina; otros días estoy siendo un maricón machificado, pero a la largo hay días en que ni siquiera estoy siendo algo concreto; es más, ni siquiera tengo tiempo, deseo o necesidad de hacerlo. Hay periodos, días o momentos en que permanezco de forma algo constante en un estar siendo aun cuando también tengo claro que me planteo una especie de horizonte, un querer ser, aun cuando también vislumbro que dicho querer ser igualmente está siendo móvil, tan móvil como yo mismo y mi identidad.

Cuando me he definido, por ejemplo homosexual sé que mi vivencia no es similar a la de otros que se asumen homosexuales, ello me lleva a comprender que no existe la homosexualidad como tal sino que hay tantas homosexualidades como personas se están asumiendo homosexuales, pues las homosexualidades, las lesbianidades, las heterosexualidades, las bisexualidades son construcciones conceptuales, emocionales y experienciales únicas y particulares.

Cuando se folla con alguien (o como se desee llamar a ese acto genital y algunas veces afectivo y erótico) se está construyendo una relación única que no repite experiencias previas, pero que si se basa en construcciones particulares edificadas a partir de referentes externos; nuestros orgasmos tan sólo pueden tener como referencia a nuestros propios orgasmos, en tal sentido la vivencia de la orientación sexual de cada sujeto es tan única como el sujeto mismo, aun cuando al explicación sea similar en algunos de sus elementos a las de otros en su entorno geopolítico.

La construcción identitaria es tan cultural, tan momentánea y tan ecosistémica como lo somos nosotros/as/es mismos as/es, pero queremos que el nombre y la explicación permanezcan, como si la identidad fuera la denominación y esta su explicación.

Analizar e interpretar la construcción de la identidad sexual ha implicado partir de la reconstrucción del texto sobre la sexualidad, que es elaborada básicamente por Psicólogos, especialistas en sexualidad, sexólogos y educadores sexuales como una manera de interpretar la realidad sexual y sobre todo poder clasificar a los/as/es usuarios/as de sus servicios o posibles pacientes en sus imaginarios particulares y profesionales.

Las denominaciones y las percepciones sobre las identidades igualmente son tan móviles como las vivencias particulares; solemos ver relaciones homosexuales en las ánforas y platos griegos, pero las relaciones entre los filósofos mayores y los jóvenes no se construían como muchos siglos después las imaginaba en su tiempo Karl María Kertbeny al acuñar en 1869 el concepto “homosexual”, tampoco como muchos de los traductores que suelen encontrar pasajes eróticos claramente “homosexuales” en los textos de la filosofía griega, como por ejemplo en “El Symposium” y “El Banquete” (Platón) o como lo explican la OMS, la Asociación Psiquiátrica Americana o las organizaciones LGTB en España, Argentina, Colombia, cualquier país asiático o africano, que a decir verdad, cada una lo explica de una manera única y particular, sin por ello lograr definir a quienes en sus espacios se ponen dicho rótulo.

Cómo puedo saber si mi esposo es bisexual

Por Manuel Antonio Velandia Mora

Este blog no es para reponder a consultas, pero este es un tema del que frecuentemente me hacen preguntas, así que aprovechando la oportunidad, escribo.

Mi pregunta es:
Cómo puedo saber si mi esposo es bisexual. Hace tiempo me entere de que él práctica el travestismo fetichista, al menos eso fue lo que me dijo, pero en los último días he sospechado que le gustan los hombres, pues los ve de reojo e incluso encontré un día en la casa una camiseta que no era de él, claro que él niega todo. Qué hago para saberlo a ciencia cierta, ya que considero que es peligros para mi esta situación, ya que él ha sido un hombre que ha consumido drogas y por ende algo despreocupado, auque actualmente ya no lo hace, lo que me hace suponer que en un momento dado lo haga con hombre de una manera irresponsable y eso me traiga a mí alguna enfermedad o algo. Por favor ayúdenme estoy desesperada y no sé qué hacer. Cree que exista algún test en el que se pueda saber si el es bisexual, no sé he estado tentado a someterlo a la prueba del polígrafo para saber si me dice la verdad de que no lo es, ésta prueba podría servir. Por favor dígame algo de cómo lo podría saber o que aspecto poder identificar en él para saberlo….

Encuentro en tu carta tres grandes temas: la bisexualidad de la pareja, el travestismo y el temor a las enfermedades de transmisión sexual. Son temas bien distintos y se deberían tratar de manera distinta y en diferentes oportunidades.

En cuanto a la bisexualidad no está relacionada con el travestismo, el travestismo fetichista no tiene que ver con la homosexualidad, y para complementar la idea le recuerdo que la mayoría de los transvestis son heterosexuales. Un hombre bisexual es alguien cuyo objeto de afectividad, erotismo y genitalidad son tanto hombres como mujeres. Los temores sobre nuestras parejas logran que pequeñas sospechas se conviertan en evidencias, debes tener claro si realmente le gustan los hombres. Debes reflexionar sobre cuál es la razón por la que deseas saber si es bisexual porque si es para la prevención no es necesario que conozcas dicha información, ya que si usas condón y tienes los cuidados básicos necesarios para su uso adecuado y a eso sumas la higiene genital apropiada dicho riesgo prácticamente no existe.

Con respecto al polígrafo me parece la manera más agresiva de resolver la cuestión, suponiendo que tales artilugios tecnológicos funcionen y sean realmente concluyentes, de lo que tengo mis dudas. Este sería el último recurso legal y probablemente un elemento para usar en caso de buscar la separación legal si en tu país tiene validez científica y jurídica tal criterio. Solo proponerlo implica manejar muchas dudas y temores que pueden generar otras formas de violencia verbal e incluso de agresión emocional y física. Considero que si tal duda extrema existe deberías pensar no en averiguar sobre el tema sino en el divorcio. Cuando dudamos de nuestra pareja no importa la respuesta que la persona nos de, si lo que nos dice no está de acuerdo con aquello que creemos y esperamos oír, siempre nos sonará a negación, así la persona nos diga la verdad.

Cuando alguien ha consumido substancias psicoactivas (drogas) tendemos a dudar del resto de la vida de la personas, pareciera ser que los adictos no pudieras cambiar y que ninguna terapia fuera realmente terapéutica. Ahora bien, drogadicción y problemas en la construcción de identidad de orientación sexual pueden ir juntas y la una (la primera) motivar el consumo pero no siempre es así. Aun cuando si esto sucede el consumo puede variar la situación emocional y en consecuencia variar la conducta. También bajo el efecto de las substancias psicoactivas algunas personas disminuyen el temor y pueden exponerse fácilmente a una enfermedad de transmisión sexual.

No conozco ningún texto que pueda afirmar o negar la orientación sexual de alguien, considero que todo test es leído por un profesional y son sus propias creencias, temores y expectativas los que aparecen en la interpretación de la información.

En resumen, la mejor alternativa es hablar, ser explicito, presentar los temores pero tener en cuenta que no se desea herir. Pero si no se puede confiar en al respuesta no tiene sentido pensar en dialogar, mas si no estamos preparados para escuchar ciertas verdades. Recuerda que el otro no habla o no actúa en contra tuya, que actúa pensando en sí mismo, en sus necesidades, temores y expectativas y que pudiera ser tanto que tu hagas plena parte de ellas o simplemente no cuentes en nada para ello.

Todos Somos Víctimas

Por Manuel Velandia
España, Agosto de 2009


El Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP) de Colombia denunció el asesinato de 97 jóvenes en lo que va de 2009, por parte de escuadrones que ejecutan a travestis, transexuales, indigentes, prostitutas, homosexuales, o todo aquello que consideran delincuentes o contrarios a su "sociedad perfecta" en el país sudamericano.

En un reporte difundido por CINEP en agosto de 2009 la Organización No Gubernamental (ONG) señaló a los departamentos de Santander y Norte de Santander como los más afectados por asesinatos selectivos, y a Bogotá como la ciudad con más muertes por la condición de orientación sexual o identidad de género.

El CINEP indicó que el 75 por ciento de regiones denunciaron la existencia de panfletos amenazantes de violentos contra personas que consideran "indeseables" para las comunidades.

"Nos parece preocupante que el miedo y la amenaza se hayan convertido en el país en herramientas de control social, como si la justicia se hubiera tomado por mano propia", dijo este martes a la prensa Jorge Mejía, del programa de Paz del CINEP.

"En Bogotá, donde la mayoría de las víctimas son jóvenes prostitutas y miembros de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales), los habitantes dicen que por los barrios circulan carros con vidrios polarizados como amedrentando", dijo Mejía.

En Colombia los habitantes de suburbios en las ciudades y de poblaciones con presencia de armados son amenazados por guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y redes de la delincuencia organizada.

Al respecto, el Cinep encontró que, a pesar de la desmovilización paramilitar, son estos actores los que más fueron señalados como autores de amenazas en barrios populares.

Según cifras del Banco de Datos del CINEP, en 2009 se han reportado además dos desapariciones y 67 amenazas.

La ONG añadió que el problema de panfletos y campañas de "limpieza social" aqueja a 67 municipios de 24 departamentos colombianos

ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES… ¿DÓNDE QUEDA LA SALUD?

Una aproximación al mundo de las trabajadoras sexuales y su salud
Por Manuel Antonio Velandia Mora
Informe Especial


Este informe especial nos posibilita conocer cómo las travestis trabajadoras sexuales hacen la construcción identitaria de su género y de su cuerpo, por medio de procedimientos invasivos realizados por ellas mismas o por otras chicas trans, relata los efectos que tiene en su salud, el uso de productos como la silicona, el aceite de cocina, el aceite mineral y la grasa para aviones. Pretende ser además informativo para la población general y un llamado de atención a los psicólogos y al equipo de salud.

Tema: La construcción identitaria de género y corporal de las travestis trabajadoras sexuales y los efectos en su salud del uso inyectado de siliconas, aceites de uso doméstico y grasa para aviones, en procedimientos realizados por ellas mismos o personas no profesionales de la salud.

Devora Dora y otras neomujeres trabajadoras sexuales en Bogotá (Colombia) y en Alicante (España) han accedido a contar su historia conscientes de que, al hacerlo y permitir su publicación, apoyan a otras transmujeres al facilitar que por medio de sus testimonios otras personas en la comunidad y miembros del equipo de salud, conozcan sobre el tema de la identidad trans y su vivencia cuerpo.

Devora Dora es su nombre de combate, el sobrenombre con el que la conocen en la calle sus clientes y compañeras. Ella, quien desaparece día a día, hace parte de un grupo de chicas transmujeres (como las llaman algunos teóricos queers); travestis para algunos profesionales de la salud, transexuales para ellas mismas y “transvestis” como ellas mismas le dicen a las que tienen más caché y a las de los Estados Unidos. Neo-mujeres que se dedican al trabajo sexual.

Putas sucias… cochinas” para las mujeres que pasan en los buses y les gritan éste y otros improperios. Prostitutas para algunos proxenetas y chulos, e incluso para algunas de ellas mismas quienes no consideran su actividad económica como un trabajo, pero que les permite mantener vivo su sueño más importante, como dice Devora: “ser una mujer de verdad, no sólo con tetas, sino también con vagina y con papeles, pa´que nadie me joda”. Sí. Para quien supone una confusión, ella nació hombre. Su nombre de pila: Juan.

Él, ahora una transmujer, que mide casi dos metros con sus tacones de 18 centímetros, es blanca, delgada, de pelo rubio y con raíces negras, de cintura y pechos pequeños, manos extremadamente largas y uñas sin color pero brillantes, tiene claro lo que desea hacer cuando consiga su sueño. “Te juro que cuando lo logre me retiro del puteo, me consigo un marido y me vuelvo una señora de casa, que es lo que siempre he querido… Me bautizaré María… María cualquier cosa, pero María, como la virgen, como mi mamá, así ella no me acepte y hasta haya querido matarme a golpes; María, así el cura ni quiera verme y una amiga me tenga que bautizar”. Pero, éste, no es sólo el caso de Devora. Así suenan otras voces que, para algunos, nacieron en el cuerpo equivocado.

Las travestis, en su ejercicio genital, ya sea laboral (trabajo sexual), de pareja establecida o en una relación ocasional, incluyen generalmente la penetración a otros hombres como una forma de obtener o proveer placer, sin que esto afecte la vivencia que tienen de sí mismas como féminas. Ellas viven la “trasgresión” de las relaciones de poder tradicionalmente establecidas entre quien penetra (supuestamente el macho) y quien recibe la penetración (supuestamente la mujer), pero, sobre todo, tienen identidad femenina.

La vivencian de forma permanente aun cuando, inicialmente, esta identidad solo ocupaba algunos periodos de su existencia. Se consideran, quieren y buscan ser tratadas como mujeres, pero no todas quieren dejar de tener su pene, porque a diferencia de las transexuales, las travestis no buscan cambiar su morfología genital.

Son consideradas marginales por la forma como resuelven sus necesidades económicas y en razón de su sexualidad; suelen ser víctimas de crímenes de odio porque vivencian y construyen relatos sobre su cuerpo, la percepción de sí mismas y sus relaciones con una singularidad incomprensible para el status quo, que en lugar de aceptarlas y darle servicios adecuados de salud, son discriminadas.

Un sinnúmero de transmujeres -desconocido por las encuestas- dedicadas al trabajo sexual y que tienen el acceso a un sistema de salud, reciben la respectiva atención en caso de accidente o de padecer alguna enfermedad, pero el proceso de transformación corporal y emocional de la masculinidad a la feminidad, en la mayoría de países en el mundo, no es parte de los servicios de la salud pública y, por tanto, tiene que ser costeado por las interesadas.

En algunos casos, la hormonación y algunos cambios estéticos son realizados por ellas mismas y en otros, efectuados por personas no capacitadas, quienes ofertan servicios a muy bajo costo y con graves consecuencias que, incluso, llegan a provocar la muerte.

Cómo construyen el cuerpo femenino
Algunas neo-mujeres se forman la cintura con cinta autoadhesiva o esparadrapo, material con el que también se fijan el pene al perineo. Se rasuran continuamente todo el cuerpo cuando tienen abundante vello, o lo hacen con cera cuando tienen cómo costear el procedimiento. Para evitar “pérdida de tiempo”, lo hacen en cada ocasión, en grandes porciones de piel, incluyendo la cara.

El desprendimiento de estos productos les produce dolor, irritación permanente, quemaduras, daño en el tejido del pene, el perineo, la cara y a algunas, lesiones en todo su cuerpo. Más recientemente han empezado a utilizar cremas depilatorias y lo hacen especialmente en piernas y brazos.

La mayoría de las entrevistadas se hormonan por automedicación y con el apoyo de alguna amiga, igualmente travesti o transexual, a quien llaman “madrina de hormonas” y quien previamente ha realizado el mismo proceso. Las hormonas, que consiguen de manera ilegal, son las utilizadas para tratamientos de anticoncepción; también utilizan dosis de esteroides sexuales femeninos para inducir el desarrollo de características sexuales femeninas.

Cuando viven en España, como algunas entrevistadas de origen ecuatoriano, tienen la posibilidad de recibir apoyo emocional y tratamiento hormonal con el seguimiento de un endocrinólogo, pero un buen número de ellas, por estar ilegalmente en el país, temen llegar a los servicios de salud o no lo hacen porque desconocen sus derechos.

La gran mayoría de las entrevistadas inició su hormonización entre los 12 y los 15 años. Como resultado, en la medida en que avanza su proceso, la "libido" o deseo sexual disminuye paulatinamente, las erecciones se vuelven infrecuentes y con el paso del tiempo casi imposibles. Este es su gran temor “que no se me ponga duro, porque muchos de mis clientes vienen a que yo los penetre, y por más que uno quiera engañarlos con otro servicio, todos terminan boca abajo”.

Con el tratamiento hormonal provisto por un médico, las respuestas corporales son algo diferentes y más rápidas. Después de 6 meses y ante la falta de "uso", tanto el pene como los testículos se atrofian dando la impresión de ser cada vez "más pequeños", apareciendo impotencia y esterilidad.

El desarrollo de los senos se inicia con una notoria sensibilidad en los pezones, su contacto produce cierto dolor y reaccionan ante cualquier estímulo; a los dos meses en promedio aparece un pequeño abultamiento en el seno, la areola se agranda y toma un color encarnado que se oscurece con el paso del tiempo, algunas reportan producción espontánea de leche lo que les demuestra “que ya son mujeres de verdad”. Una de ellas comenta que “estas tetas son pequeñas y no cumplen con la fantasía corporal, por eso se termina recurriendo a los implantes de silicona”.

Del otro lado del Atlántico
Las que viven en Bogotá, en algunos casos, se inyectan hormonas para engorde del ganado vacuno. La más común se conoce comercialmente como "Vacanol", su efecto es descrito como “engrosamiento marcado de las caderas”. Lograr formas femeninas en el pecho, las caderas, las piernas e incluso los tobillos, es un proceso que muchas veces se hacen ellas mismas.

Entre ellas se realizan operaciones en las que se infiltran silicona líquida, grasa para aviones o aceite de cocina. Generalmente, prefieren el aceite de girasol tratado, para que sea incoloro. Según algunas de ellas, prefieren este “porque es más puro y produce menos daño”.

En otros casos, utilizan silicona líquida comprada ilegalmente en Venezuela. Con las infiltraciones, simulan implantes con los que dan formas femeninas a su cuerpo. Martina, a quien llamaremos así para proteger su seguridad, dijo que había oído comentar a una de sus compañeras que se había vuelto cirujana después de ver algunas operaciones junto a un médico venezolano. “Ella dijo que con él aprendió a recortar los testículos y a poner la silicona líquida”. Lo más grave es que una de las entrevistadas sería la próxima paciente de su compañera.

Al interrogarlas con respecto a si sentían temor de que otra chica no profesional de la medicina les inyectara silicona liquida, al saber que por dichos procedimientos ya habían muerto dos compañeras en la misma zona de prostitución, una de ellas respondió “ellas eran de malas, yo sé que a mí no me va a pasar nada”. Una semana después, su amiga “cirujana” le realizó el procedimiento tal y como estaba planeado.

Intervenciones quirúrgicas realizadas sin previos estudios por parte de médicos no especializados, tanto en clínicas de prestigio como en lugares clandestinos en el mundo, han cobrado la vida de 240 mil mujeres y travestis en los últimos cinco años.

En la parte baja
Las infiltraciones en tobillos son poco frecuentes, pero lo hacen porque “se es femenina si se tiene tobillo de monja”. Hacerse los tobillos se puso de moda porque una de las chicas las convenció con la idea de que los tobillos de las mujeres eran diferentes a los de los hombres. Ella fue la primera en hacerlo y como aseguró Perla*, “las demás no quisimos ser menos femeninas que ellas, así que varias nos los hicimos, ahora las chicas de otras ciudades se los hacen también”.

Otra chica transexual pidió a su cirujano plástico que le pusiera implantes a lado y lado de sus muslos para tener “pistoleras”. Lo hizo porque, según ella, “me hacía ver más femenina… pude despertar la envidia de mis amigas al poder contarle que yo era tan femenina, que me hasta me quité lo más feo que tiene una mujer”.

Las mayores de 35 años, todas se infiltraron en algún momento aceite mineral. Luego de algunos años del proceso, el aceite se va infiltrando en el tejido y desplazándose de sus nalgas y cartucheras, bajando a sus muslos y de estos a sus tobillos, produciendo deformidades, e incluso, la muerte. Algo similar sucede con quienes recibieron inyección subcutánea de silicona liquida.

El médico Héctor Javier Salvatierra, en un boletín publicado por el Secretariado Trans de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, ILGA (por sus siglas en inglés), informó que “los estudios realizados en la década del 70 demostraron que la inyección subcutánea de siliconas con fines estéticos puede ocasionar complicaciones inflamatorias locales y sistémicas severas (pulmonares), al evidenciarse su migración al tejido linfático regional y distante, también a sitios más alejados a través del torrente sanguíneo, es por ello que la organización norteamericana que regula la administración de alimentos y drogas (Food and Drug Administration, FDA) limitó el uso de las mismas en 1965 y lo prohibió en 1976. Esta práctica ilegal sigue efectuándose con los riesgos y complicaciones que ocasiona, hecho agravado por la actuación de personal no médico para su aplicación. La inyección subcutánea de siliconas con fines cosméticos podría ocasionar tromboembolismo pulmonar el cual desencadena la muerte de la víctima”.

En Colombia, las transféminas no suelen tener seguimiento de un endocrino. Refieren no haber hablado nunca con una enfermera sobre la hormonización y aun cuando visitan frecuentemente un centro de salud, dice una de ellas que “allí solo nos revisan por si tenemos una venérea”.

Sus testimonios aseguran que se sienten rechazadas por el equipo de salud; “no, nos tratan como personas, no aceptan hablarnos en femenino a pesar de que me ven así, más femenina que cualquiera de ellas… casi nunca nos miran la garganta… yo no sabía que daba “gorronea” o “sefilis” en la garganta y aún cuando saben que ponemos el culo, es como si para ellos el culo no existiera”.

Pero este comentario no sólo es dicho por una de ellas. Otras transmujeres también lo afirman, así como su propia feminidad. Refieren sentir la menstruación y el temor a quedar embarazadas; situación que incrementa la autopercepción de su identidad femenina. Algunas de ellas se han cortado los testículos “porque eso hace que la piel se ponga más suave”. Quienes lo han hecho, aseguran que “con posterioridad al momento del orgasmo, fluye por el meato una secreción más liquida que el semen… es más clarita, huele distinto y uno no puede controlar que salga”.

La construcción identitaria
La identidad se entiende como “la idea y la sensación de seguir siendo lo mismo a través del tiempo”. Los procesos identitarios no existen fuera de contexto, se realizan a partir de retos precisos que están en juego y pueden ser verificados a nivel local, con otras transmujeres que laboran en la misma zona o que son compañeras de vivienda. Según expertos en el tema social “Los retos son parte de la identidad y son fundamento de redes. La identidad se pone en relación, es reconocida individualmente y reafirmada por otros”.

Las personas que transitan identitariamente vivencian y construyen relatos sobre su cuerpo, su salud, sus relaciones y la percepción de sí mismas, con una singularidad tal, que al tratar de clasificarlas se les excluye, porque su movilidad identitaria de género o de cuerpo no se concibe, desde el discurso lineal medicalizado e intitucionalizado, como una posibilidad de, en y para la sexualidad.

Sus experiencias identitarias trascienden las construcciones teóricas de especialistas de la salud que pretenden ser interpretativas de las sexualidades y que se elaboran desde un esquema mecánicamente predeterminado, fijo y lineal. Sería importante comprender que la identidad es la emergencia de una construcción, no siempre consciente, que afecta los procesos de socialización del sujeto.

La identidad igualmente emerge de la vida cotidiana, más específicamente de la educación (formal y no formal) y especialmente de la cultura, que provee a la personas los referentes del “deber ser” de la identidad; dichos referentes están basados en la cultura, son propios de una sociedad y tiempo determinados, y están afectados por los procesos de interrelación e interdependencia del individuo.

La atención integral de estas neomujeres debe trascender los imaginarios sobre la identidad, ya que su situación identitaria origina en el equipo de salud conflictos con relación a su comprensión sobre lo que es la feminización de sus comportamientos, vestido, accesorios y en especial, con su vivencia del cuerpo y la ruptura que representa el ejercicio de su genitalidad.

La falta de conocimiento, comprensión y especialmente de respeto, genera estigma, discriminación, separación social, aislamiento y otras formas de violencia que llegan inclusive hasta la negación de la asistencia. Se hacen necesarios en el equipo de salud elementos conceptuales que permitan entender identidades experienciadas en formas más complejas y que a su vez posibiliten acoger variaciones en las construcciones, manifestaciones y vivencias de los géneros y la salud.

Los profesionales de la salud deben reconocer la identidad de sus usuarias, sin olvidar que el reconocimiento implica re-conocer al otro en su particularidad y unicidad y en aquellos elementos identitarios en los que con los pacientes confluimos y nos separamos, pero también involucra reconocer las construcciones teóricas, vivenciales y emocionales en las que los otros y nosotros mismos nos movemos, como una manera de poder acompañar el proceso de la construcción identitaria y la convivencia solidaria y democrática que todos merecemos.

Algunas consideraciones conceptuales
Las personas transgéneros acompañan el rol de género optado con los accesorios, vestidos y maquillajes (cuando ello se considera culturalmente necesario) propios del género al que han “transitado”.

Se les denomina “transformistas” a los hombres que asumen por momentos los accesorios, vestidos y maquillajes propios del género femenino pero que éste lo hacen como parte de una actividad artística.

A los hombres que asumen por momentos o permanentemente los accesorios, vestidos y maquillajes propios del género femenino, pero que éste no es su género por opción, y esto es una expresión comportamental sexual que les produce placer y en consecuencia lo asumen como parte de su identidad sexual se les denomina “travestis”.

Una mujer transexual es aquella persona que pertenece psíquicamente al género femenino como su género optado, a pesar de haber nacido con anatomía de hombre. Una persona transexual no desea los caracteres del sexo con el que ha nacido, sino que le apetece un cuerpo que sea acorde con su género optado. Se es transexual así la persona quirúrgicamente, con aplicación de hormonas y/o con trucos o rellenos, transforme o no su cuerpo, para aproximarlo al cuerpo deseado.

Reconocerse único e irrepetible es supremamente importante en la construcción y reconocimiento de la identidad sexual particular, pero reconocerse miembro de una comunidad es supremamente importante para la transformación social, cultural y política y el reconocimiento social de nuestras identidades.

El autor: Manuel Antonio Velandia Mora. Sociólogo, filósofo, sexólogo, máster en educación, doctorando en Enfermería y cultura del cuidado (Universidad de Alicante), doctorando en en Psicopedagogía (Universidad del País Vasco). Miembro Titular de la Sociedad Colombiana de Sexología. Ex Director de la Revista Latinoamericana de Sexología, ex Vicepresidente de la SCS. . Sus artículos se publican en diferentes medios nacionales e internacionales. Bloguer en revista semana.com desde 10/11/2006. Columnista en agmagazine.info y previamente en agmagazine.com.ar desde 2006. Fue columnista en las Revistas AcÉnto, Intacto Magazine y Ventana Gay. Hizo parte del equipo periodístico del programa de televisión "El show del corazón" RCN Televisión Colombia y fue colaborador del Programa radial "hablemos de sexo" RCN radio.


Bibliografía
• Velandia Mora, Manuel Antonio (2006). Identidades sexuales móviles. El derecho a estar siendo o la posibilidad emocional, teórica y experiencial de comprender las masculinidades en las Minorías Sexuales En Saberes, culturas y derechos sexuales en Colombia. Tercer mundo editores/ Centro Latinoamericano de sexualidad y derechos humanos CLAM/ Centro de Estudios sociales CES/ Instituto de Medicina Social, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 2006: 295:320
• Velandia Mora, Manuel Antonio (2005). Los, las, les seres. En Bioética y Sexualidad. Colección Bios y Ethos. Ediciones el Bosque, Bogotá 2005: 23:163-182.
• Asier, Michel (2000). La antropología de las identidades en las tensiones contemporáneas, en Revista Colombiana de Antropología. Bogotá. 2000: 36: 6-19.
• Velandia Mora, Manuel Antonio (2007). De la identidad sexual como experiencia y concepto fijo a la identidad sexual como construcción vivencial y conceptual en la movilidad. Revista Sexología y Sociedad. Nº 33. Editada por Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX).La habana, Cuba.
• Secretariado Trans de ILGA - T- (2009) Salvatierra Flores. Héctor. Centro de Salud Barton del Callao, en el PROCITS (Programa de Control de Infecciones de Transmisión Sexual). Uso del silicón. En: Boletín No. 013, Año 2, enero 2009. http://trans_esp.ilga.org/

martes, 8 de septiembre de 2009

COMPRENSIÓN DE LA EXPLOTACIÓN SEXUAL

Manuel Antonio Velandia Mora[1]
investigadormanuelvelandia@gmail.com
España, septiembre de 2009

Como se abusa de la situación de indefensión, de la carencia de oportunidades y de la dificultad para optar libre y autónomamente que tienen los niños, niñas y adolescentes es determinante definir cuándo hay explotación, abuso o violencia sexual. A continuación profundizaremos sobre esos conceptos.

Violencia, en el diccionario de la Real Academia española de la Lengua RAE, es “aplicar medios violentos a cosas o personas para vencer su resistencia, su repugnancia a hacer algo”. Cuando se habla de violencia sexual se entiende que es una situación en la que hay un atentado a la integridad y dignidad humana, en el que están presentes relaciones de poder desequilibradas entre un(a) agresor(a)-vulnerador(a) y una víctima, en este caso un niño, niña o adolescente. El/la gresor(a)-vulnerador(a) no necesariamente es una persona considerada legalmente mayor de edad, también puede ser otra niña, niño o adolescente. Toda violencia sexual es una vulneración de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, en la que se atenta contra la dignidad al tratar a estos y aquellas como objetos sexuales, mercancías, cosas y no como personas.

Al interior de la Violencia sexual de niños, niñas o adolescentes se presenta tanto el abuso sexual como la explotación sexual. [2]

El abuso sexual es cualquier conducta de un(a) adulto(a) u otro(a) niño, niña o adolescente hacia una persona cuya edad es menor, con la intención de estimular sexualmente a la persona agresora-vulneradora. Este abuso puede ser tanto con contacto físico (masturbación, tocamiento o frotación del cuerpo o específicamente de los genitales, besos, sexo orla, penetración vaginal o anal) como sin él (hostigamiento, acoso verbal, exhibición de los genitales por parte de la persona adulta, mostrar imágenes de video, fotografías o revistas sexualmente explícitas).

El abuso no siempre conlleva violencia física, en algunas ocasiones los(as) vulneradores(as) se aprovechan de los vínculos afectivos y emocionales para ejercer formas sutiles de presión como el chantaje, la amenaza, el soborno o la manipulación; en otras ocasiones se aprovecha la relación de autoridad y confianza para acceder al cuerpo o a partes de este en la persona vulnerada.

El concepto “explotación”, según la RAE, se entiende como “acción y efecto de explotar”. En este mismo diccionario “Explotar” hace referencia a “utilizar en provecho propio, por lo general de un modo abusivo, las cualidades o sentimientos de una persona, de un suceso o de una circunstancia cualquiera”, dicha explotación puede estar relacionada con la sexualidad.

En el caso de los niños, niñas y adolescentes la explotación sexual es además una forma de violencia y maltrato.[3]

Con respecto a la idea de que la explotación sexual puede llegar a ser comercial, considera la Fundación Renacer, con sede en Colombia, que “se dice comercial porque implica en todos los casos una transacción de carácter económico; se establece un intercambio entre una persona adulta (cliente-abusador) y el niño-a o una tercera o terceras personas que directa o indirectamente se lucran o benefician de dicha transacción; aquí prima el interés comercial, la búsqueda de ganancia, la conversión del niño-a en una mercancía, en un objeto con valor de cambio”.

La RAE define en una de las acepciones de la palabra “comercio” como la “comunicación y trato secreto, por lo común ilícito, entre dos personas de distinto sexo”. Es evidente que desde nuestro conocimiento y experticia el “comercio sexual” no solo se realiza entre personas de diferente sexo sino que también se lleva a cabo entre personas del mismo sexo. En el citado diccionario igualmente puede entenderse “comercio” como la “negociación que se hace comprando y vendiendo o permutando géneros o mercancías”.

Uniendo las dos acepciones, en este caso, la mercancía se relaciona con la sexualidad de las personas involucradas en la negociación. Si partimos de que la definición en la RAE de “mercancía” es “cosa mueble que se hace objeto de trato o venta” podemos concluir que la sexualidad es asumida como “cosa” que se hace objeto de trata. En tal sentido, como lo veremos mas adelante al hablar de la sexualidad como una condición propia del ser humano que te hace humano, la cosa mercadeada es la persona misma. Es decir, la persona es asumida como mercancía.

Puede además concluirse a partir de lo anterior que existe un “mercado sexual” ya que, como lo afirma la RAE mercado es el “estado y evolución de la oferta y la demanda en un sector económico dado”, y es claro que en torno al sexo se ha desarrollado desde tiempos inmemoriales un mercado, y por tanto otra de las características que hace un mercado, es decir que exista un “conjunto de consumidores capaces de comprar un producto o servicio”.

Se trata de un fenómeno en donde la persona adulta visualiza a la persona legalmente considerada menor de edad como un objeto o producto comerciable (susceptible de ser comprado o vendido) para la satisfacción de sus propios deseos y fantasías.[4] En todos los casos, existe una relación de poder, de subordinación y de abuso, ya que niñas, niños y adolescentes no tienen la madurez necesaria para decidir sobre su cuerpo y sexualidad. Hay alguien que explota y alguien que es explotado.[5]

La explotación sexual comercial de los niños, niñas y adolescentes, es una actividad lucrativa e ilícita que obedece a un conjunto de prácticas sociales propias de una cultura de ejercicio abusivo del poder y violencia frente a quienes, por su condición histórica de subordinación, o bien debido a sus circunstancias de vida, suelen ser más débiles y vulnerables.

Si comprendemos que el “cliente” es en este caso un vulnerador dado que violenta a la niño, niña o adolescente puesto que estos(as) se ven obligados(as) a “vencer su repugnancia a hacer algo”, que es como la RAE define el término “violentar”.

En el mismo diccionario, la palabra “victima” es comprendida como la “persona que se expone u ofrece a un grave riesgo en obsequio de otra” y también como “persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita”. De lo que se concluye que los niños, niñas y adolescentes explotados(as) sexualmente son víctimas dado que al vencer su repugnancia para hacer aquello que no desean hacer, así lo pareciera, se exponen a padecer un daño por culpa ajena.

Si la actividad o mercado al que hacemos referencia es el de la sexualidad, si la mercancía es la persona sexuada que la realiza y si dicha actividad de mercado es comercial, entonces puede afirmarse que en las transacciones pertinentes hay alguien que es el/la comprador(a) y otro(a) alguien quien es el objeto comprado. Recordemos que “comprar”, según la RAE, es “Obtener algo con dinero”. Quien obtiene ese algo es quien a la vez utiliza ese alguien que es la mercancía, en este caso es el cliente, dado que “cliente”, en el citado diccionario, hace referencia a una “persona que utiliza los servicios respecto del que ejerce una actividad, profesión u oficio”.

Las niñas, niños y adolescentes víctimas de la explotación sexual sufren un fuerte rechazo social, son estigmatizados y padecen daños psicológicos y emocionales muchas veces irreversibles. Tienen muy bajos niveles de autoestima y viven un desencuentro con su propio cuerpo, pues han sido tratados como objeto sexual, mercancía y bien de intercambio.

No siempre el/la cliente-explotador(a)-victimario(a) paga directamente el servicio a quien se lo presta, sino que puede pagarlo a quien hace las veces de intermediario(a), ya sea un/a proxeneta o un(a) familiar cercano(a) al niño, niña o adolescente explotado(a) sexualmente de manera comercial. Si bien se puede señalar a proxenetas y clientes como el eslabón primario de esta compleja cadena, distintas investigaciones realizadas en diferentes países del mundo incluyendo Colombia concluyen que se trata de una actividad desarrollada al amparo de redes u organizaciones delictivas altamente especializadas y con soportes tecnológicos de avanzada, en las que participan diversos actores.

Intermediarios(as), reclutadoræs (incluida la familia), taxistas y propietarios de hoteles, son solo parte de la vasta gama de personas involucradas en las distintas transacciones ilícitas subyacentes, tales como el soborno, la falsificación de documentos, inmigraciones ilegales, para mencionar solamente algunas”[6].

Acerca de las causas por las que las personas niño, niña y adolescente se ven involucradas en esta actividad, debemos señalar que son variadas y complejas.

“Van desde la desintegración familiar y la violencia intrafamiliar, así como la apremiante situación económica y de desventaja social en que se encuentran -frente al espejismo de una mejor vida, ofrecida por los proxenetas- hasta el desgaste o distorsión de valores, donde aquellos más sublimes han sucumbido frente al materialismo y al bombardeo incesante de comerciales, transmitidos en los medios de comunicación colectiva, que invitan al consumo desmedido. A todo lo anterior debemos agregar arraigados patrones culturales y actitudes históricas, propios de una sociedad de estructura patriarcal, que ubica a la niñez y a la mujer en un nivel de inferioridad con respecto al varón adulto, quien mira en aquellas personas, un objeto de su posesión”[7].

Las condiciones de miseria o pobreza por si solas resultan insuficientes al explicar las causas. Está demostrado que no todas las víctimas de explotación sexual provienen de familias pobres. Puede tratarse también de niños, niñas y adolescentes que por distintos motivos se fugan de sus hogares de clase media y que ven en la prostitución el único medio para poder sobrevivir por su cuenta, o sencillamente para poder adquirir más bienes de consumo.

Lo realmente importante es comprender el fenómeno dentro del contexto social en que se desarrolla, para así orientar las acciones requeridas en la dirección correcta y evitar caer en la tentación -como comúnmente sucede- de involucrar prejuicios en la toma de decisiones, y juzgar a la persona menor como quien busca soluciones fáciles a su realidad.

Es preciso tener conciencia de que, sin importar las causas que motivaron u obligaron a un niño, niña o adolescente a ser partícipe en este vergonzoso negocio, que lesiona y degrada su cuerpo, capacidades y autoestima, éste, lejos de ser un cómplice, es víctima de personas inescrupulosas que se aprovechan de su circunstancia, vulnerabilidad y necesidades.

Hablar de explotación sexual comercial es referirse a una situación que se adueña de manera violenta de la vida de las niñas, niños y adolescentes, alterando su normal desarrollo a partir del uso de su cuerpo y del abuso de su situación de indefensión. Lejos de ser una opción de vida, es un callejón sin salida al que muchas niñas y niños son vinculados por proxenetas, clientes-explotadores, que se aprovechan de su vulnerabilidad, causada por una infancia traumática caracterizada por la violencia en sus familias, el abuso sexual y la insatisfacción de sus necesidades más básicas.

La Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes –ESCNNA- constituye una violación de los Derechos Humanos fundamentales y de los derechos sexuales de niñas, niños y adolescentes.

Una ventaja de usar el término explotación sexual comercial radica en que no excluye la posibilidad de ser tratado(a), es decir, reclutado(a) o llevado(a) por terceras personas con propósitos de explotación con fines sexuales.

La explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes no conoce de fronteras ni de clases; existe prácticamente en todos los países del mundo y está presente en todos los estratos sociales y, contrario a lo que comúnmente se cree, también -y principalmente- se asienta y echa raíces en el nivel nacional y local[8].

No se tratan estos de problemas exclusivos de países en desarrollo o de grupos minoritarios, ni de actividades de trasiego desigual donde los países más pobres proveen a los más ricos de un mercado libre de niños y niñas para su utilización y consumo, aunque es bien conocido que sí se establecen vínculos estrechos entre países en desarrollo y países industrializados.

La explotación sexual comercial es considerada por la OIT como una de las “peores formas de trabajo infantil” que responde a múltiples causas y su dinámica trasciende el ámbito de un contexto social particular, de una clase socioeconómica determinada o de un grupo social específico. No es un fenómeno nuevo ni local, ni exclusivo de uno u otro país.[9]

Según en Convenio 182 de la OIT, la expresión “peores formas de trabajo infantil” hacer referencia diversas formas de explotación económica de personas menores de 18 años, y que entre ellas se incluyen explícitamente las tres modalidades de Explotación Sexual Comercial Infantil –ESCI-, que son: trata de niños y niñas, utilización, reclutamiento u oferta de niñas y niños para la prostitucion y utilización, reclutamiento u oferta de niñas y niños para la producción de pornografía o actuaciones pornográficas. Estas modalidades de ESCI se consideran formas de violencia contra la niñez y por lo tanto son intolerables, ilícitas y delictivas.[10]

No utilizo el concepto de “peores formas de trabajo infantil” dado que asumimos que la actividad realizada por los niños, niñas y adolescentes no debe ser considerada trabajo.

Con respecto a las modalidades de ESCNNA estamos en acuerdo sobre estas son la trata de estas personas; su utilización, reclutamiento u oferta para la producción de pornografía o actuaciones pornográficas y estamos en desacuerdo en usar el concepto “utilización, reclutamiento u oferta de niñas y niños para la prostitucion”, dado que nos negamos a utilizar el concepto de prostitución por las razones expresadas previamente.

Recomiendo que en los proyectos se manejen los conceptos:
· Utilización de niños, niñas y adolescentes en actividades sexuales a cambio de remuneración o cualquier otra forma de retribución.
· Trata de niños, niñas y adolescentes con fines sexuales: para hacer referencia a niños, niñas y adolescentes (victimas) que son reclutados(as) o llevados(as) por terceras personas (traficantes) con propósitos de explotación sexual comercial en sus diversas modalidades, utilizando para ello la fuerza u otras formas de coerción (amenaza, engaño, fraude, violación, etc.) para someterlos(as) y controlarlos(as). En Colombia es delito promover, inducir, constreñir o facilitar la entrada o salida del país de una persona con fines relacionados con la ESC tanto de niños, niñas y adolescentes como de personas legalmente adultas.
· Pornografía de niños, niñas y adolescentes: cuando niños, niñas y adolescentes son representados(as) en fotografías, libros, revistas, películas, cintas de video, tiras cómicas, etc. realizando actividades sexuales o mostrando sus genitales., utilizaciones de la Internet tales como audio o sonidos simulados que sugieran actividad sexual, relatos, reportajes, testimonios figurados.
· Turismo sexual: Es otra forma de ESCNNA, analizada desde los(as) clientes-vulneradores(as); con este concepto hacemos referencia a cuando las personas viajan fuera de su país o localidad para tener actividades sexuales con niñas, niños y adolescentes. Esta modalidad incluye la promoción de actividades turísticas en las que se incluyen la actividad sexual con ellos y ellas.
El eje sobre el que quisimos centrar la atención es la grave vulneración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, en la que fundamentalmente se atenta contra la dignidad individual de cada ser, recordando que, "ser digno implica ser merecedor de moverse por el mundo sin que nadie nos pueda cosificar o reducir a la condición de medio".[11]

Pienso, así mismo, al igual que OIT-IPEC[12], que el enfoque de derechos tiene que partir de la certeza de que los niños, niñas y adolescentes son sujetos(as) de derecho y no objetos de protección, por lo tanto son las experiencias y las voces de la propia niñez y adolescencia victimas de ESCNNA las que deben ser escuchadas primero. Creemos que los derechos son irrenunciables e indivisibles y que todo modelo de prevención y atención debe conducirse hacia la garantía y la exigibilidad de los mismos. También opinamos que el enfoque de derechos facilita otros puntos de vista como la psicosocial, la política, la cultural y la jurídica misma.

Citas
[1] Manuel Antonio Velandia Mora. Sociólogo, filósofo, sexólogo, máster en educación, Doctorando en Enfermería y cultura del cuidado, Doctorando en Psicopedagogía. Miembro titular y exVicepresidente de la Sociedad Colombiana de Sexología, Ex Director Revista Latinoamericana de Sexología.
[2] Caro Gómez, Lucrecia. ESCI: Conceptos básicos, Cartas de navegación para la prevención y erradicación de la explotación sexual comercial infantil –ESCI-. OIT-IPEC. Sudamérica. 2005
[3] Caro Gómez, Lucrecia. ESCI: Conceptos básicos, Cartas de navegación para la prevención y erradicación de la explotación sexual comercial infantil –ESCI-. OIT-IPEC. Sudamérica. 2005
[4] http://www.binasss.sa.cr/adolescencia/explotacion.htm
[5] http://www.mimdes.gob.pe/dgnna/explotacionsexual/definicion.htm
[6] www.binasss.sa.cr/adolescencia/explotacion.htm
[7] www.binasss.sa.cr/adolescencia/explotacion.htm
[8] http://www.binasss.sa.cr/adolescencia/explotacion.htm
[9] http://www.oit.org.pe/ipec/pagina.php?seccion=6&pagina=167
[10] Caro Gómez, Lucrecia. ESCI: Conceptos básicos, Cartas de navegación para la prevención y erradicación de la explotación sexual comercial infantil –ESCI-. OIT-IPEC. Sudamérica. 2005
[11] Quintero, Catalina. Carta de navegación 2. Vulneración de los derechos humanos de las niñas y los niños. Cartas de navegación para la prevención y erradicación de la explotación sexual comercial infantil -ESCI-. OIT/1PEC, 2005, Pág. 9.
[12] Quintero, Catalina. Navegar con rumbo. Cartas de navegación para la prevención y erradicación de la explotación sexual comercial infantil -ESCI-. OIT/1PEC, 2005, Pág. 12.