lunes, 24 de septiembre de 2007

Escribir en femenino y para quienes están en tránsitos identitarios.

Pareciera ser que la creación de pensamiento es una cualidad de la masculinidad, que la inteligencia fuera propia de este genero y que la cultura fuera netamente masculina, pero si en el mundo estamos todas, todos y todes, la cultura es universal y la inteligencia no depende del sexo o del genero, entonces debería escribirse en y para las femeninas, las personas en los tránsitos identitarios y no solo para los masculinos.

Recordemos lo que suele pasarnos: cuando leemos un texto en masculino y se es femenin@ nos ocurre un shock mental que nos impide seguir leyendo, pero para quien es masculino o transita a la masculinidad este problema no se les presenta porque el poder de la masculinidad es tal que el mundo se explica generalmente en este genero.

Cuando se escribe usando la @ esto les dificulta la lectura a las personas con una masculinidad muy acentuada y puede sucederles por muchas razones: pudiera ser un(a) cuadriculatura cerebral que le cause una dificultad emocional cuando de usar la lengua se trata, e insisto además en que hablo de usar la lengua en la escritura, o simplemente que la persona es un(a) purista del lenguaje.

Debo decir que la lengua como la identidad sexual de los seres humanos es móvil. Dice mi amiga la Filóloga española Angie Simonis “La lengua está viva y evoluciona según las necesidades del uso de los hablantes, igual de galimatías nos parece ahora el castellano antiguo y tuvo que cambiar para adaptarse a los tiempos. Afortunadamente nuestra sociedad está cambiando para incluir en la lengua a personas que fueron marginadas como las mujeres y las personas transgénero”.

Y digo yo y a la vez reflexiono: si sólo existe lo que la palabra nombra ¿no es una vulneración al derecho a la vida negarle a alguien la posibilidad de existir en el lenguaje? Nuestra lengua castellana tiene algunos artículos en sus formas de singular en masculino, femenino y neutro (el, la, lo). En expresar lo que no necesariamente es neutro precisamente está uno de los problemas gramaticales en la comprensión de los géneros y el uso del lenguaje.

Por ejemplo, cómo se nombra a quien no construye para sí una identidad en masculino o femenino sino lo hace en una posibilidad en la que ha transitado desde los vericuetos de la masculinidad a asumirse en algunas de las posibilidades de la feminidad pero sin asumirse tampoco como femenino. Es evidente que dicha persona no es un el o una ella. Para ser respetuoso de esa identidad pero también en la búsqueda de alternativas comunicativas y de reconocimiento a su existencia yo le he denominado en alguna de mis publicaciones “les chiques”, porque no son los chicos ni las chicas sino algo distinto.

De esta discusión del lenguaje, el género y los derechos sexuales, me preocupa además que sean precisamente algunas mujeres, siendo éstas las mas vulneradas con el lenguaje y su reconocimiento como uno de los muchos géneros, a quienes les moleste que se hable y escriba en masculino y femenino para recalcar la presencia de la mujeres pero también de las personas con identidad que han transitado hacia y se asumen en la feminidad.

Se requiere cortar muchos árboles para obtener el papel en el que se imprimen las revistas, los periódicos, los libros...; así que, además de alcanzar una actualización del lenguaje a las necesidades sociales y culturales es del más mínimo sentido ecologista ahorrar papel y tinta.

Se gasta mucho de ambos cuando en una frase se debe escribir por ejemplo: reconocer al otro como un verdadero otro (que se refiere solo a los seres masculinos), a la otra como una verdadera otra (es decir de igual manera a las seres femeninas) y a les otres como autentiques otres (porque se es un “otre” si se desea diferenciar que no se es un otro ni una otra) si en cambio, desde una convención gramatical, se puede dar reconocimiento a todos, todas y todes al escribir: reconocer al(a) otr@ como un(a) verdadera otr@.

Por supuesto tendríamos la tendencia inicial a leer arroba en donde está el símbolo @, pero la situación es más sencilla de lo que parece, si usted desea leer el testo en femenino pronuncie la @ como una "a" y si prefiere hacerlo en masculino pues léalo como una "o" y si usted esta transitando en el genero y hoy se siente en masculino lealo en este genero y si decide leer en un día en que se siente en masculino pues lea así, ya que usted lee pensando en sus necesidades.

Usar el signo arroba como una letra más del lenguaje permite hacer conciencia de que se habla de todos los géneros, darles existencia y por tanto presencia. Esta es precisamente parte de las búsquedas realizadas para avanzar en el reconocimiento de las diferencias y unicidades; falta de lo cual conduce a violencias como las expresadas por varios de l@s lectoræs que en la estreches de sus ideas y emociones no pueden exigir a sus atrofiados cerebros la posibilidad de usar una “letra” adicional en el alfabeto o de ampliar su capacidad lectora y escritural.

Cabe anotar que cuando la palabra no existe se requiere crear una nueva para decir justo aquello que queremos decir, o es que palabras como Internet, blog, chat, no son precisamente creaciones en el lenguaje que actualmente son de uso cotidiano y sobre las cuales, por no tener un contenido sexual, no nos preocupamos dilucidar.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Del extremismo al asesinato

En Bogotá la convivencia ciudadana se ha vuelto cada vez más difícil, una muestra de ello es el asesinato de Julián Javier Prieto Herrera, guitarrista del grupo musical Pitbull, causado con tres puñaladas propinadas por miembros de un grupo de 30 jóvenes, hombres y mujeres, presuntos 'skinheads' de entre 15 y 20 años, armados con navajas, dagas y bisturís.

Los “cabezarapadas” son uno de los grupos extremistas radicales que hay en la capital colombiana. Se reúnen en diferentes zonas de la ciudad y entre ellos y otros grupos suele haber eso que los jóvenes llaman tropeles; encuentros callejeros que están pasando de algunas magulladuras y moretones a graves lesiones físicas; alteraciones de orden publico que las alcaldía mayor y menores, y las autoridades de policía deben enfrentar antes de que la situación conduzca a nuevos asesinatos.

En el desfile de la comunidad LGBT con motivo del orgullo gay, tanto este año como el anterior, los 'skinheads' amenazaron a varias personas e incluso intentaron entorpecer el normal desarrollo de la actividad en una demostración de homofobia que igualmente ya ha tenido a personas LGBT como victimas de abusos de diferente índole.

Nuestro país ha sido abierto a la diversidad de opinión, incluso la expresada en contra del Señor Presidente de la republica, otra cosa es que a quien piensa distinto y se atreve a abrir la boca se la tapen permanentemente y lo guarden bajo tierra o lo manden de "paseo por el mundo".

Es necesario no sólo poder opinar distinto sino además poder hacerlo, entre la idea divergente y las manifestaciones de violencia hay un gran trecho que no debemos permitir acortar mas y menos que se creen condiciones adicionales para que, ya sean guerrilleros, paramilitares, cabezarapadas, candidatos, funcionarios en cargos públicos o agentes del Estado, repitan situaciones tan lamentables como los crímenes de odio que vienen sucediendo a nombre de la defensa de ciertos pensamientos.

Entre las voces divergentes a las políticas de la Alcaldía de Bogotá, por ejemplo, me ha llamado la atención, por lo homofóbica, la propuesta política del señor Héctor Ospina, candidato a Edil en la localidad de Chapinero por la organización Convergencia ciudadana.

Según Ospina, en la ciudad se han “desviado recursos para promover la homosexualidad”, grave acusación que merece la pena investigarse. Si esto es verdad el Alcalde o quien haya hecho tal malversación de fondos debiera ser investigado y sancionado; pero de no ser cierto, valdría la pena reflexionar si acusaciones de tal magnitud y que son falsedades pueden usarse para obtener votos o si los ciudadanos son tan incautos para dejarse convencer por una propuesta sin argumentos serios que la soporten, o cómo alguien que conoce del “desvío de recursos” no ha demandado ante las autoridades competentes tal situación, quedarse callado no es acaso ¿cohonestar el delito?

Los radicalismos extremos ya sean neonazis, paramilitares u homofóbicos no contribuyen a la construcción de la convivencia solidaria y democrática que Bogotá y Colombia necesitan. Recordemos nuestro compromiso ético con el país al momento de escoger candidatos.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Fashion Prevention

A diferencia de los animales los seres humanos tenemos la posibilidad racional de poder decidir sobre nuestra vida. Muchas especies animales en el mundo están protegidas pero la especie humana a la hora del goce sexual se le olvida que tiene la alternativa placentera de protegerse usando un condón.

A partir de esta reflexión, el activista colombiano en VIH/Sida Fabián Betancourt, diseñó una serie de ilustraciones que fueron impresas en camisetas que hicieron parte del “Fashion Prevention”, desfile de moda diversa que se llevó a cabo en el marco del Primer Encuentro Transgenerista organizado por la Activista Charlotte Schneider Callejas de la ONG Transcolombia y la Secretaría Distrital de Salud, y que se repitió en la entrega de los Premios a la No Homofobia que otorga la mesa LGBT de Bogotá.

Iniciativa estetita y creativa que buscó incluir el condón en la vida de hombres y mujeres proponiendo su imagen como un elemento integral en prendas y accesorios de uso cotidiano.

Las camisetas fueron elaboradas llamando así la atención de la población juvenil respecto al involucramiento del preservativo en su vida cotidiana.
“Buscamos formas y lenguajes nuevos que permitan hablar del condón con las actuales generaciones y con las diferentes poblaciones, incluyendo la diversidad de identidades y orientaciones sexuales; hoy debemos hacer esta tarea con elementos más lúdicos, pues las formas tradicionales como se han venido haciendo las campañas están desgastadas y los mensajes no llegan de manera eficiente” expresó Fabián para este medio, enfatizando también su preocupación por incluir este tipo de estrategias en entornos pedagógicos y de salud.

Las ilustraciones que acompañan esta nota se publican por cortesía de Fabian Betancourt.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Sexofobia Ministerial

La vida sexual de los niños, niñas y adolescentes colombianos parece no preocuparle a nadie, a pesar de las graves situaciones de violencia sexual que día a día nos cuentan los medios que suceden en el país. Aun cuando de todos es sabido que estos comunican una mínima parte de lo que sucede en realidad.

Debemos hacer un alto y reflexionar. El caso de las niñas de 10 a 12 años, estudiantes de un colegio de Neiva quienes informaron ser “prepago” y además tener manifestaciones de una infección de transmisión sexual; los preocupantes resultados sobre el embarazo adolescente presentados por una ONG con la seriedad de Profamilia; y, los estudios de la Fundaciones Barco y Renacer, sobre la explotación sexual comercial de menores, son tan solo la punta del iceberg del un amplio y profundo problema colombiano.

El Gobierno posee cifras actuales y reales sobre dicha situación, el DANE realizó el año anterior un estudio sobre explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en cuatro ciudades colombianas y lo mismo hizo en una muestra bastante representativa de lo que sucede en los colegios bogotanos, estudios que son además fruto de un proyecto piloto mundial y cuyos resultados aun no se han hecho públicos, pero que son bastante alarmantes para quienes hicimos parte del equipo de investigación.

Todo lo anterior demuestra la imperiosa necesidad de la educación para la sexualidad. Al respecto ya se han realizado significativos avances, una prueba de ello es la “Propuesta pedagógica” del “Proyecto piloto de educación para la sexualidad y construcción de ciudadanía: hacia la formación de una política pública” trabajado conjuntamente por el Ministerio de Educación Nacional y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, que tiene como propósito contribuir al fortalecimiento del sector educativo en el establecimiento y sostenibilidad del Programa de Educación para la Sexualidad, desde un enfoque integral de construcción de ciudadanía y ejercicio de derechos humanos, sexuales y reproductivos.

Para logarlo, en el 2005 se realizaron acciones para la construcción participativa del Proyecto, en la que tuve la oportunidad de poder participar, y en el 2006 se inició el pilotaje de la propuesta en siete entidades territoriales como áreas demostrativas, que permitieron ajustar y validar los diferentes productos.

Pero como todo Ministro que ingresa a un cargo considera que lo que hizo la anterior persona en el cargo no valer la pena, hay que mostrar que está haciendo y por esta causa además de las religiosas, valga decidirlo, el trabajo de Cecilia María Vélez White se fue a la basura al asumir la “educastradora” Juana Inés Díaz (en la foto), la posición de Ministra de Educación.

Basta con recordar la frasecita que, no hace muchos días, ella le dijera a CM& con relación a la propuesta del representantes a la Cámara Simón Gaviria sobre el proyecto de ley que busca hacer obligatoria en todos los centros educativos del territorio nacional la cátedra sobre Educación Sexual: “Muchas niñas quieren quedar embarazadas, entonces… no es que no tengan información, hay muchas niñas que quieren quedar embarazadas porque… puede ser su proyecto de vida”.

Con esa idea sobre lo que debe ser la Educación para la sexualidad en evidente que ella afirme que “eso no es una cuestión que toque con mi cartera”. Bueno, es innegable que ella se ha creído que “cartera” y “bolso de mano” son lo mismo y desde esa concepción administra en el mismo desorden de su bolso, la educación en Colombia.

Por supuesto para ella las más alarmantes cifras como las que muestran que al año 1920 niñas quedan embarazadas en Colombia no le dicen nada porque al igual que a este gobierno, ninguna de las preocupantes cifras de violencia, asesinatos, desplazamiento, secuestros o violencia sexual… como “posición política” no les dicen nada; ya que como parte de su “política ministerial” sobre la vida sexual de los niños, niñas y adolescentes no hay que trabajar en la escuela pues, a su decir, “son ellas los que deciden”.

Educación para la sexualidad
Es un proceso de preparación de las personas, a lo largo de su vida, para el encuentro libre, responsable y pleno con su sexualidad y con la de los/as demás. Dicho proceso conlleva la apropiación de experiencias, emociones y conocimientos que redundan en habilidades, actitudes, valores, prácticas y comportamientos que favorecen el ejercicio de los derechos sexuales y los derechos reproductivos, a partir de un desarrollo integral como personas, ciudadanos y sujetos de derechos que viven su sexualidad de una manera plena, enriquecedora, placentera y saludable, desde una perspectiva de derechos, es decir, en equidad, sin discriminación, violencia, estigma, exclusión, separación social o abuso de sí mismo/a o de los/as demás.

La educación para la sexualidad debe apoyar la construcción de subjetividad y posibilitar el re-conocimiento de las propias capacidades, la asunción de los derechos, la preparación emocional para asumir los diferentes procesos particulares, relacionales y sociales, y la obtención de servicios cuando ello sea necesario.

Lea documento citado sobre Proyecto piloto de educación para la sexualidad, en: http://colombia.unfpa.org/documents/Proyectopilotodeeducacionparalasexualidadyconstrucciondeciudadaniahacialaformaciondeunapolit.pdf

domingo, 2 de septiembre de 2007

Demasiado jovenes para ser viejos(as)

En Colombia cuando se tienen 35 años ya se es mayor, a los 50 se es viejo, a los 65 un anciano, en Europa porque el numero de mayores de 65 años es tan alto las percepciones de la edad son otras: un adulto joven tiene entre 55 y 64 años, un adulto 75 a 74 años, una persona mayor entre 75 y 84 años y un viejo es alguien mayor de 85 años.

Tradicionalmente se contempla que la vida sexual activa se ejerce de los 18 a los 45 años, pero la realidad la vida sexual activa se inicia mucho más temprano, hacia los 9 a 12 años y culmina a los 85 años o más.


Un reciente estudio de la Universidad de Chicago dirigido por Stacy Tessler Lindau, publicado en el New England Journal of Medicine, corrobora esta información en Estados Unidos, con ello se desvirtúa la creencia popular de que la sexualidad en edades más avanzadas decrece en un ritmo mas rápido que el crecimiento en la edad.

Más del 50% de las 3000 personas sexualmente activas del estudio reconocieron mantener relaciones sexuales con una pareja dos o tres veces al mes, incluso entre los 75 y 85 años; el estudio no profundiza sobre qué sucede con la vida sexual de las lesbianas y los homosexuales.

Las lesbianas mas cercanas a sus propios cuerpos que los hombres, homosexuales o no, han prestado atención a esta situación y en varios de sus estudios se evidencia que para ellas su vida sexual se enriquece con el paso del tiempo y la autoaceptación de su identidad de orientación sexual.

Los hombres homosexuales han perpetuado en sus medios de comunicación la imagen de la eterna juventud ilustrada con cuerpos machificados, negándose a aceptar una estética que reconoce que con los años el cuerpo sufre transformaciones.

Sin embargo, con arrugas, canas, músculos flácidos y con poco dinero para darse la gran vida que el estereotipo comercial propone como la “vida gay”, la vida sexual continua a pesar de que ya no sea tan fácil circular como “mercancía apetecible” en los círculos de los guetos comerciales ofertados para la población homosexual.

En Europa he descubierto que la vida de los homosexuales adultos mayores es bastante diferente a la de los latinoamericanos, pues no diverge en mucho de lo que los heterosexuales adultos hacen: es mas común que lleven una vida de pareja estable, que posean un circulo de amigos, balanceen el ocio con los compromisos laborales, sociales, culturales y políticos, tengan cubierta su salud por medio de la seguridad social.

También su participación activa y permanente hace que se reconozcan como importantes sus aportes en la comunidad LGBT y en la construcción de las organizaciones y su lucha por los derechos civiles. Es más, a diferencia de Colombia y Latinoamérica en general, es poca la presencia de jóvenes militantes en estas organizaciones, pues en ellas prima la presencia de personas con más de 40 años.

En Latinoamérica la crisis sexual de los homosexuales se agudiza al llegar a los 55 años; el mito de la eterna juventud los aleja de las posibilidades de encontrar una pareja, el machismo imperante les dificulta la autoceptación identitaria necesaria para convivir con alguien del mismo sexo, y no son muchos los jóvenes “gerontofilicos” interesados en relacionarse afectiva y sexualmente con alguien mayor.

Por supuesto la negación de sí mismo y la exclusión social tienen repercusiones emocionales difíciles de manejar apropiadamente, mas aun cuando las organizaciones LGBT no se han interesado en crear grupos de apoyo o autopoyo que soporten emocional, relacional, social y culturalmente a estos hombres y mujeres en las crisis de la tercera edad.

Las dificultades son aun mayores para aquellos/as quienes han sido transgresores/as de la masculinidad; las personas que han transitado en la identidad de genero tienen un adultez mas difícil de sobrellevar porque es muy poca nuestra aceptación hacia ellas y el rechazo a la diferencia en los/las mismos/as LGTB las separa aun mas de los intereses organizacionales ya que el desconocimiento sobre esas identidades se transforma en rechazo y negación de su presencia e incluso de su existencia, mas si son mayores.

Es el momento de flexibilizar al interior de las organizaciones LGBT los criterios de convivencia, de asumir los cambios de la vida que se suceden con la construcción identitaria del sexo, el genero, el cuerpo, la orientación sexual y las expresiones comportamentales sexuales delos adultos mayores, de que nos permitamos y se nos posibilite abandonar la juventud sin perder nuestras oportunidades, de recuperar los beneficios de la experiencia y de acompañar a aquellos/as que siguen siendo sexualmente activos con el avance de su edad y a quienes no lo son para que aun sin ello sigan siendo felices.

Ahora bien, si realmente hay problemas de erección que dificultan la vida sexual activa, tengamos en cuenta que no siempre la viagra es la alternativa, que mucho más importante es el hombre que cuelga detrás del pene y que el apoyo emocional es más efectivo que el tratamiento químico, que en caso de que este se necesite la seguridad social está obligada a dárselo, y que lo que más debemos recordar en que mientras la sociedad no cambie sus patrones para analizar la sexualidad, los hombres y mujeres mayores de 45, sin distingo del sexo, el genero o la orientación sexual seguirán siendo ignorados en sus cuerpos, deseos y necesidades sexuales y sociales.