Manuel Antonio Velandia Mora, Colombiano de nacimiento, asilado en España por razones políticas incluyendo la orientación sexual.
Si por reclamar nuestro derecho a estar siendo lo que queremos ser como seres humanos y por tanto, seres sexuados, se nos declara enfermos, se nos quiere aplicar terapias reparativas, se nos estigmatiza y vulnera, se nos separa socialmente, se nos obliga a aislarnos, se nos fuerza al desplazamiento, se nos amenaza de muerte o se nos obliga a asilarnos políticamente, como es mi caso; entonces debemos entender que es una parte de la sociedad la que está enferma porque no es posible que el odio, el rechazo, la indiferencia, los crímenes de odio y otros daños físicos y emocionales deban ser la respuesta a quien no se asume en el “deber ser” de la sexualidad. Los gobiernos, las instituciones religiosas, los profesionales de la salud deben tomar un rol activo frente a las terapias reparativas y condenar los discursos que movilizan tal tipo de acciones.
En 2008, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo eran condenables por la muerte en 7 países y eran consideradas como una forma de crimen en otros 80. En la mayoría de países del mundo, a las personas de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transexual, intersexual, queer, etc., se les niegan sus derechos humanos fundamentales tal como estos son definidos, entre otros, por la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
El Día fue lanzado con la idea de crear una comunidad mundial de activistas y personas comprometidas, que compartan el ideal de un mundo sin homofobia ni transfobia en el cual cada persona pueda vivir libremente su orientación sexual, y la identidad sexual que él o ella elija.
Este 17 de mayo el tema de campaña es “Curas que matan”, comparto a continuación el documento publicado por el IDAHO Día internacional contra ha homofobia, la lesbofobia y la transfobia.
El 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia y Transfobia, conmemorando que en el año 1990, en un hecho histórico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aceptó oficialmente la homosexualidad como una variación natural de la sexualidad humana.
Desde entonces, la comunidad científica internacional se opone a todos los enfoques que consideran la homosexualidad como una “enfermedad” que debe ser "curada".
El consenso médico y político también viene creciendo en todo el mundo, en el sentido de adoptar el mismo enfoque hacia la transexualidad.
Oponiéndose a esto, algunas voces conservadoras todavía predican y promueven la llamada "terapia reparativa", a menudo con el apoyo de corrientes religiosas y a veces, incluso con el consentimiento de instituciones del Estado.
Estos "tratamientos" no sólo son ineficaces, sino que refuerzan los sentimientos de culpa y baja autoestima, aumentan el sufrimiento psicológico y en algunos casos extremos, llevan a las personas al suicidio. Por otra parte, al difundir la homofobia, lesbofobia y transfobia, incitan a la discriminación, la violencia y los asesinatos.
La gran campaña regional de América Latina y el Caribe "CURAS QUE MATAN" se opone a cualquier “terapia” que pretenda "curar" la homosexualidad y la transexualidad.
DEMANDAMOS que los gobiernos observen el principio de la laicidad de los Estados latinoamericanos y caribeños y tomen medidas concretas para combatir las prácticas “reparativas” de la homosexualidad y transexualidad, incluyéndose la interrupción de cualquier financiamiento público a instituciones o individuos que no estén claramente distanciados de esas prácticas.
DEMANDAMOS que las instituciones nacionales o locales de salud pública retiren de los sistemas de salud público y privado a las personas que practiquen o promuevan prácticas “reparativas” de la homosexualidad y transexualidad.
INSTAMOS a que donantes privados y financieras incluyan como criterio en la aprobación de solicitudes de apoyo, el rechazo al discurso de terapias “reparativas” que atentan contra los derechos humanos.
SOLICITAMOS que las autoridades religiosas condenen firmemente el uso de discursos que proponen y/o impulsan procesos de “reparación” de la homosexualidad y transexualidad, y que promuevan el respeto de la diversidad sexual y de la identidad de género como variaciones de la sexualidad humana.