Por Manuel Antonio Velandia MoraEspaña, diciembre de 2012
¿Cómo se masturban los hombres? Es la pregunta sobre la que se
reflexiona en este post. La respuesta ayuda a desarrollar otras posibilidades y
enseña a quienes no tienen mucha experiencia sobre cómo hacerse un/a mejor
amante… ellas si son heterosexuales o bisexuales, cristianas o no, también
deben aprender a masturbar a su pareja.
La masturbación es probablemente la práctica erótica con más
mala fama. Se decía que a los hombres que la practican les sale pelos en la
palma de la mano, se vuelven locos, pueden quedar ciegos o impotentes. Por otro
lado, se dice que es una conducta inmadura, que quien la practica permanece en
la adolescencia mental y que lleva a la negación de la pareja.
La masturbación es una forma de encontrarse con sigo mismo,
de reconocer-se el cuerpo, de preparar-se para el intercambio sexual e incluso
de aprender a retardar la eyaculación. Se practica desde niños, se acentúa con
la juventud y se disfruta hasta la misma muerte; favorece las relaciones de
pareja en cuanto regula y equilibra los ritmos de deseo, erotismo y genitalidad
de los hombres con parejas estables.
¿Cómo se hace?
La masturbación en los hombres consiste en estimular el pe_ne
para lograr la eyaculación (venirse, botarse, irse) y disfrutar el placer que
la acompaña. Se realiza desde el momento en que el pe_ne está en estado de
flaccidez, (blando, en reposo) pasando por la erección (aumento de volumen y endurecimiento)
hasta el orgasmo, acompañado o no de eyaculación (expulsión o emisión de se_men).
El ritmo del movimiento se incrementa hasta que el orgasmo y/o la eyaculación
son irremediables. Se pueden tener orgasmos sin eyaculación y también viceversa,
esto último es lo más frecuente.
En general, los hombres son bastante elementales y/o
tradicionales en cuanto a la masturbación se trata, pero hay muchas maneras de
hacerlo.
La más simple y tradicional es acariciar el tallo del pe_ne
(balano; cuerpo cilíndrico del pe_ne) de arriba hacia abajo, o de la base (raíz)
hacia el glande (la cabeza), haciendo que el prepucio (repliegue de la piel que
cubre el glande) se mueva cubriéndolo y descubriéndolo; si no se está
circuncidado el movimiento se hace friccionando directamente el glande.
Formas más creativas de masturbar-se
Vale la pena trascender los aprendizajes juveniles y
autorizarse a experimentar otras formas de pajiar-se
Hay sensaciones diferentes si se masturba con la mano
humedecida con un lubricante o con la mano seca; la masturbación agresiva suele
ser placentera para algunos, aun cuando puede terminar siendo molesta,
especialmente para los circuncidados.
La sensación es diferente si se masturba con la mano más
desarrollada o con la poco utilizada, los movimientos difíciles de controlar
provocan sensaciones extrañas que pueden ser muy placenteras.
Se puede masturbar colocando el pe_ne (el balano y/o el
glande) entre las dos palmas de las manos, abiertas, una frente a la otra,
desplazándolas en sentido contrario produciendo fricción.
Otra manera de hacerlo es rozando el glande, haciendo
pequeños círculos sobre él ya sea con los uno, dos, o con la palma de la mano que
puede estar extendida, algunas veces, y otras, algo recogida.
Acaríciese/le el glande con tres, cuatro o cinco dedos,
cubriéndolo con ellos, desplazándolos hacia arriba y abajo, en círculos o
combinando los dos movimientos; cambie la sensación haciéndolo con lubricante o
una crema suave (las pastosas son algo molestas para algunos).
Otra forma de hacerlo es con un anillo formado con los dedos
pulgar e índice, que se desplaza sobre el balano y el glande, de arriba hacia
abajo o de abajo hacia arriba. El anillo puede hacerlo con tres, cuatro o los
cinco dedos.
Una forma menos frecuente es practicarla con un solo dedo. Poniendo
lubricante sobre la yema del dedo pulgar, llevando y presionando suavemente el pe_ne
hacia su barriga y friccionándolo desde la base del frenillo hasta la uretra (orificio
para orinar).
Con las palmas de las manos bien lubricadas, envolviendo el balano
a dos manos simultáneamente y girándolas un cuarto de vuelta, de forma suave,
de tal manera que los dedos pulgares se encuentren y separen, y luego
ejerciendo el movimiento de regreso. Acto que se repite las veces que se
considere necesario.
Una última alternativa que propongo es masturbarse con la
mano en posición inversa, de tal manera que el dedo meñique sea el más cercano
al glande, simulando una llave inglesa: haciendo un anillo con los dedos pulgar
e índice, rodeando el pe_ne, cerca de la base del balano y con los otros tres
dedos envolviendo el balano.
Algunos que gustan de sensaciones fuertes se excitan dándose
golpes con el pene en la palma de la mano o golpeándose la barriga con su
propio falo, hasta lograr la eyaculación.
Evitar y/o retardar la eyaculación
Hay varias formas de hacerlo. Las siguientes variaciones
requieren entrenar los músculos pélvicos, para tener total dominio sobre dicha
zona:
Practique el controlar del flujo de orina, interrumpiéndolo
y reanudándolo a voluntad; de paso con el ejercicio fortalece toda la región
púbica.
Un ejercicio que le ayuda bastante en la preparación es el
siguiente: siéntese en una silla rígida, en la que sus rodillas queden a la
misma altura de sus nalgas, coloque las piernas a noventa grados (paralelas a
las patas del asiento si este las tiene perpendiculares), afirme
permanentemente las plantas de sus pies contra el piso. Dele a su organismo la
orden mental y haga igualmente la actividad física correspondiente: intente
levantar sus genitales centrando toda su fuerza mental y física en la base de
estos, muévalos y observe como su esfínter anal se contrae y distiende, repita
este ejercicio en varias oportunidades hasta que lo controle apropiadamente.
Con esta técnica se logra el control ya demás si hace el
movimiento mientras penetra la pareja sentirá una mayor estimulación.
Cambie la velocidad y la presión con la que se hacen los
movimientos de la mano, parando y retomando la estimulación las veces que sea
necesario.
Presione el conducto seminal, colocando uno o dos dedos
durante unos segundos debajo del balano, justo debajo del surco prepucial (la
parte más hendida del balano, justo bajo del glande) y el dedo pulgar sobre el
balano. No lo repita muchas veces, pes produce algo de dolor aguantar tanto
para eyacular. Al principio, si se hace por un tiempo prolongado (eso depende
de cada uno) se pierda total o parcialmente la erección, pero con la práctica
cada vez le ocurrirá menos.
Pare el movimiento de fricción que ejerce para masturbarse
por unos segundos y continúe la masturbación con una técnica diferente a la que
venía practicando..
Los orientales favorecen la retención del semen presionando
el punto Hui Yin, ubicado en lo que popularmente algunos llaman el “nies” el
lugar intermedio entre los testículos y el ano.
Respire profundamente y relájese durante la masturbación de
igual forma retarda la eyaculación.
Las técnicas para retardar la eyaculación se aplican durante
el período de excitación y antes de que aparezca el deseo de eyacular.
Pero como decía en un blog anterior, quien no se conoce, no
puede manejar su sexualidad. Es necesario reconocer los tiempos internos para
poder adelantarse al reflejo eyaculatorio y poder frenarlo. La técnica hace al
maestro, entre más repita y maneje apropiadamente los ejercicios mayores serán
sus séxitos.
La pareja se masturba
Para algunas personas, descubrir que su pareja se masturba en solitario, es
tomado como una ofensa, una infidelidad y como la expresión de que la pareja
está dando señales de que no somos suficientes para ella; tal vez por ello
cuando se tiene pareja y se comparte la vivienda, las personas suelen
masturbarse a escondidas, sin mucho ruido y a puerta cerrada.
La masturbación se adapta perfectamente a los estados de ánimo de quien la
realiza, así que en general nadie se masturba en contra del otro, se hace por
placer y beneficio propio. Busque hablar del tema, antes de descubrir a su
pareja masturbándose, es muy seguro que lo haga. Parta de la comprensión y no
de la acusación, sea sincera a pesar de que le parezca incomodo hablar del tema
y recuerde, que muy seguramente usted igualmente se masturba, incluso sin
razón, tan solo por pasar el rato.
Si en el proceso de masturbación mutua siente que su pareja
va a eyacular y es demasiado pronto para hacerlo, practique algunas de las
técnicas arriba recomendadas; hay una algo más radical: cuando note por los
movimientos del cuerpo o por el ritmo de la respiración que su pareja se
prepara para eyacular, haga una pregunta o comentario que lo obligue a ocupar
su mente en un terma diferente al placer sexual, por ejemplo, interróguele
sobre qué desea cenar o desayunar.
Me pregunto por qué preocuparse por la paja ajena si bien
puede gozarse con la viga propia; bueno, así no dice exactamente el texto
bíblico pero igual ayuda a comprender lo que deseo decir: No digas de esa agua
no beberé si no sabes que al probarla querrás siempre tener el vaso lleno.