Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, diciembre 1 de 2012
Apenas quince meses después de que el Instituto Pasteur, de
Paris, bajo la dirección de Luc Montagner, lograra aislar e identificar el
virus del sida, se presentó en Cartagena Colombia la primera defunción a causa
de este síndrome. El nombre de la víctima era Marleny, una mujer vinculada al
trabajo sexual, cuyos clientes eran cartageneros y turistas extranjeros,
quienes generalmente eran marineros visitantes de la heroica. Falleció en mayo
de 1983, en el piso octavo del Hospital Universitario de esa ciudad. Su
diagnóstico fue indirecto, realizado en Bogotá, en la primera semana de ese
mismo año, utilizando una prueba de recuento de linfocitos T4.
El 5 de junio del 1981 apareció por primera vez la
descripción de una misteriosa enfermedad en las Notas e informes de
epidemiología del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC
por su sigla en inglés), de Estados Unidos. De acuerdo con el informe, cinco
jóvenes homosexuales, previamente sanos, presentaron un cuadro severo de
inmunodepresión en tres diferentes hospitales de Los Ángeles, California. Luego
de varios análisis y confirmaciones realizados entre octubre de 1980 y mayo de
1981, el doctor Michael Gottlieb dictaminó el inicio de lo que actualmente se
conoce como Sida.
En Septiembre de 1982 llegó a manos de Manuel Antonio Velandia Mora el primero de una serie de artículos que hacía referencia a una enfermedad llamada el “cáncer de los homosexuales” y a la que científicamente se había denominado GRID Gay Related Inmuno Deficiency. Estos materiales fueron publicados luego de que aparecieran en USA los dos primeros artículos al respecto, por diferentes organizaciones de homosexuales con sede en los Estados Unidos y remitidos a la Revista Ventana Gay, órgano de difusión del MLHC Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia.
Los primeros artículos se denominaron “A pnenumonia that
strikes gay males” (Una neumonía que golpea a los hombres gay) publicado en
primera página el 6 de junio de 1981 por el “San Francisco Chronicle”;
enseguida e igualmente en primera página
el 3 de Julio de ese mismo año el diario “The New York Times” publicó una
noticia nominada “Rare cancer seen in 41 homosexuals” (Observado extraño cáncer
en 41 homosexuales), noticias que por la capacidad de difusión de estos medio
se volvió mundiales.
La historia en Colombia
En 1982, la Enfermera Esperanza de Monterroso, Profesora de
la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UN), sede
Bogotá, implementó una investigación sobre la Presencia de ETS en Población
General, en esta misma ciudad. Monterroso invitó a Velandia para que, en
calidad de Sociólogo y Filósofo, hiciera parte del equipo interdisciplinario de
apoyo a la investigación. Velandia, a partir de su experiencia como fundador en
1977 del Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia (MLHC) sugirió que se
cubriera la población homosexual como un segmento importante de la población
general, propuesta que luego de algunas discusiones y a pesar de la negativa
del representante del Programa de Epidemiología del Ministerio de Salud, Doctor
Manuel Guillermo Gacharná, fue aceptada.
En el transcurso de los acercamientos a dicha población,
Velandia se sorprendió por lo observado, en especial por cuatro situaciones:
primero, las actitudes de algunos miembros del Equipo de Salud, en especial de
hombres entre los 35 y los 50 años, profesionales de la medicina, quienes se
negaban a atender consulta a quienes explícitamente se identificaban
homosexuales, remitiéndolos al en ese entonces, Programa de Enfermedades
Venéreas del Centro de Salud Samper Mendoza de la Secretaría de salud de
Bogotá, entidad especializada en la atención a mujeres vinculadas a la
prostitución; Segundo, que algunos hombres encuestados manifestaron que se
automedicaban haciendo uso de Penicilina Venzetacílica inyectada post
relaciones penetrativas insertivas o receptivas de tipo anal, como una manera
de hacer profilaxis frente a la posibilidad de desarrollar una ETS,
particularmente Sífilis o Gonorrea; Tercero, gran temor a la presencia de
Hepatitis “B” pero total desconocimiento de la misma; y, Cuarto, el miedo que
se generaba al conocer de la existencia de una epidemia de aquella enfermedad
en la población homosexual norteamericana, especialmente por referencias de
esta situación en San Francisco.
Como resultado de la citada investigación se produjo un vídeo el cual fue considerado por el funcionario del Ministerio de Salud una
“apología a la homosexualidad” razón por la que dicha entidad se negó a apoyar
económicamente su producción. Las imágenes que hacían referencia a la
homosexualidad consistían, una de ellas, en la presencia de una pareja de homosexuales
quienes, estando sentados a la mesa de una cafetería en un barrio popular de
Bogotá, se tomaban de la mano; y la otra, la aparición de las siluetas, en
contraluz, de dos hombres que estando sentados de frente se acariciaban y
posteriormente, se recostaban el uno al lado del otro.
Con este material de apoyo, producido por las Facultades de
Enfermería y Cine de la UN, Velandia llegó a los bares de encuentro de
homosexuales en las diferentes zonas de la capital del país. Las charlas
ofrecidas a esta población generalmente terminaban con preguntas referentes al
sida a las cuales se les daba respuesta desde el poco conocimiento que Velandia
tenía al respecto.
Los medios y el sida
En junio de 1983 se publicaron los primeros artículos sobre
el tema del sida en periódicos colombianos: El Universal y El Espectador; hacían
referencia a la muerte de una trabajadora sexual en Cartagena, a causa de esta
enfermedad. Esta situación llamó la atención de Velandia por cuanto lo que él
conocía del sida hacía referencia únicamente a homosexuales y lo motivó a
proponer al MLHC, orientar los esfuerzos hacia este campo. Esta propuesta fue
negada, sin embargo, Velandia realizó en Septiembre de 1983 la primera
conferencia específica sobre el sida realizada en nuestro país y orientada
exclusivamente a hombres homosexuales.
Del sida poco se habla, incluso ya no es noticia y los
medios poco espacio y tiempo le dedican. Las cifras siguen creciendo en
Colombia aun cuando en otros lugares del mundo tienden a estancarse. Ni
siquiera los medios locales hicieron eco de que en Bogotá se celebraba la “II Semana Distrital
“Viviendo en Positivo” Contra el Estigma y la Discriminación”, porque
no puede negarse que la ignorancia es tal que aun la gente tiene miedo de tener
una persona viviendo con el VIH o el sida en su calle, y aun se les discrimina,
estigmatiza y aísla socialmente.
El sida esa cosa de la que ya nadie quiere hablar
A partir de 1984 y durante quince años ininterrumpidos,
Velandia fue vocero permanente de la prevención de infección por VIH en
Colombia, con centenares de apariciones en medios de comunicación y eventos
especiales dirigidos a poblaciones vulnerables, algunos de ellos incluso
apoyados por el gobierno de esas épocas. Una labor que continuó hasta su salida
de Colombia en 2007 debido a amenazas contra su vida, la de su familia y un
atentado en contra de su vida. Velandia ahora vive en España y allí continua
con su trabajo preventivo. Su tesis doctoral en Psicopedagogía es un estudio
sobre los modelos educativos que se usan en España para la prevención del sida.
Ya no se hacen conferencias en los bares, tampoco
espectáculos en que travestis y transformistas en medio del show explican cómo
poner un condón y menos aún se hacen talleres para explicar cómo poner el
condón con la boca, un desarrollo de Velandia que fue noticia en la V
Conferencia Mundial del Sida realizada en Montreal y en la 2ª Conferencia
Panamericana del Sida en República Dominicana.
Aún hay gente que cree que es de mal gusto hablar del sida o
del uso del condón y aún hay maestros, sacerdotes y pastores que prefieren no
hablar del tema a su feligresía o estudiantado así algunos de sus compañeros de
profesión hayan muerto a causa de las infecciones oportunistas que aprovechan
la oportunidad de que el sistema de defensa del cuerpo se halla deprimido por la
acción del VIH.
Por supuesto Colombia está lejos de la posibilidad de hacer
la Profilaxis Post-Exposición, es decir de acudir a urgencias de un hospital y
que le den tratamiento profiláctico para evitar que se infecte la persona a la
que se le ha roto el condón y teme infectarse porque sabe que su pareja vive
con el VIH o el sida o porque desconoce el estatus de infección de la persona
con quien estaba teniendo la relación sexual; mucho más lejos está la
posibilidad del lavado del virus en el semen, para disminuir así el riesgo de
que las mujeres se infecten sin restarles posibilidades de preñarse.
No aspiro a esta inversión en salud, pero la infección por
VIH se debe seguir previniendo porque su tratamiento es de alto costo económico
y social. Sus medicamentos siguen siendo complicados de tomar, se deben usar a
perpetuidad y son muy costosos.
En un
principio no había medicamentos, así que la única alternativa era morir
Murieron algunos cientos de personas a quienes acompañamos en sus duelos, en preparar su testamento y en el rito de la muerte y la preparación del sepelio; luego vivieron los medicamentos, el decreto y la ley sobre sida, luego el uso de mecanismos legales para que se les dieran los medicamentos y pruebas de laboratorio a las que tenían derecho, se crearon muchas ONG y las redes de servicio y de personas viviendo con el sida; luego me expulsaron por no estar infectado, de una organización de personas viviendo con el VIH/sida de la que yo diseñé su logo y ayudé a su conformación, luego investigué sobre adherencia y apoyé a muchas personas en Colombia y América latina en proyectos de adherencia al uso de medicamentos inhibidores.
Murieron algunos cientos de personas a quienes acompañamos en sus duelos, en preparar su testamento y en el rito de la muerte y la preparación del sepelio; luego vivieron los medicamentos, el decreto y la ley sobre sida, luego el uso de mecanismos legales para que se les dieran los medicamentos y pruebas de laboratorio a las que tenían derecho, se crearon muchas ONG y las redes de servicio y de personas viviendo con el sida; luego me expulsaron por no estar infectado, de una organización de personas viviendo con el VIH/sida de la que yo diseñé su logo y ayudé a su conformación, luego investigué sobre adherencia y apoyé a muchas personas en Colombia y América latina en proyectos de adherencia al uso de medicamentos inhibidores.
Es imposible trabajar sólo. Son muchas
las personas que estuvieron y siguen estando porque sin el apoyo emocional,
teórico y el trabajo de un equipo nada
es posible. Por eso luego del GAI (grupo de ayuda e Información frente al sida,
1983) creada con Luis Eduardo Moreno, vino FIASAR (Frente para la investigación
y la anticipación social al riesgo, 1989) creada con Alicia de Waldeford y la
enfermera Martha Lucía Alzate P, y continuamos con Apoyémonos Fundación
colombiana de apoyo en sida, hepatitis y enfermedades de transmisión sexual
ETS, 1990)
Apoyémonos fue la primera ONG con un
equipo interdisciplinario, trabajando conjuntamente sin distingo de orientación
sexual, sexo o género con (cuatro mujeres en una junta de cinco personas, en la
que se reunieron personas como la periodista Gloria Ortega/ Bunker; la
directora de cine Margarita Carrillo; la antropóloga María Yaneth Pinilla; la
traductora, maestra universitaria (Ana María Civetta; un sacerdote (cuyo nombre
no era público), el historiador Fabián Betancourt; el abogado Alejandro
Balaguera; el Psiquiatra Néstor Torres; los psicólogos Carlos Rojas M., Larissa
Varela, Ana Paola Fonseca; los trabajadores sociales Rommel Rojas R. y Zandra
Liliana Páez E.; el publicista Álvaro Ricardo Molano, el diseñador Jorge
Rodríguez, entre muchos otros y otras cuyos esfuerzos, trasnochos, interés,
conocimiento y trabajo lograron cambiar la cara del sida en Bogotá y Colombia.
El trabajo de
Apoyémonos fue reconocido nacional e internacionalmente, las imágenes de los
carteles y revista que aquí se presentan fueron producidas con fondos de USAID/
FHI–AIDSCAP evaluado a nivel mundial como el mejor proyecto del año 1992/1993
por dicha entidad, proyecto en el que trabajamos
conjuntamente con Luz Amparo Pinzón (quien me introdujo de lleno en la
investigación cualitativa) y Luis Rodríguez. Con UNDCP- Naciones Unidas, DAPC-
Programa japonés de prevención de la drogadicción hicimos investigación y
publicamos libros.
En la historia del sida han pasado y me han pasado muchas
cosas. Aún recuerdo a una mujer que llegó una mañana a mi casa, luego de que su
hermano había muerto y sido sepultado, para agradecerme con dos empanadas en
una bolsa de papel el acompañamiento que di a su hermano y su familia,
recuerdos que aún me emocionan al máximo y me siguen recordando lo importante
que es dar para crecer como ser humano. También recuerdo las familias que me
negaron ir al sepelio de sus familiares por temor a que al veme allí, alguien
pensara mal del muerto: situación que siempre entendí a pesar del dolor de no
poder estar en esos últimos momentos de personas a las que en el transcurso del
trabajo de acompañamiento aprendí a amar.
Follar es un placer que no hay que dejar de tener
Sé que no todos están preparados mentalmente para el
siguiente texto, pero si usted es de las personas que considera que no tiene
riesgo, muy seguramente debiera leerlo por si requiere darle apoyo con buen
conocimiento a alguien que realmente lo necesite. Tenga en cuenta que ésta es
una guía de prevención para hombres gay, si se decide a leerla haga click en el
siguiente link: GUÍA DE SEXO DURO, GUARRO Y + SEGURO
Si usted es de esos cristianos que culpabiliza a quienes se
han infectado con el VIH, solo me resta decirle que es mejor mirar la viga en
el ojo propio que la paja en el ojo ajeno.
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