Por Manuel Antonio Velandia Mora.
España 19/11/2014, Publicado inicialmente en: https://m.facebook.com/notes/manuel-antonio-velandia-mora/no-es-lo-mismo-crimen-pasional-que-asesinato/10152557470723865/
Los delitos de odio tienen lugar cuando una persona ataca a otra y la elige como víctima en función de su pertenencia a un determinado grupo social, según su edad, raza, género, identidad de género, religión, etnia, nacionalidad, ideología o afiliación política, discapacidad u orientación sexual. Así que no hay que ser marica para que se determine que este asesinato es un crimen de odio.
Un crimen pasional hace referencia, en el habla popular colombiana, a un delito en el que el perpetrador comete un crimen, especialmente un ataque o asesinato a causa de una repentina alteración de la conciencia, causada por sentimientos como los celos, la ira o el desengaño, y no es, por lo tanto, un crimen premeditado. Que a la persona la amordacen, haya signos de violencia y sevicia producidas por arma blanca no es producto de una “repentina alteración”.
Usualmente el robo no requiere violencia, menos como la ejercida en este caso, pero este hecho sería un crimen agravado, ya que además de la tortura y asesinato, me informan, que hubo robo.
Si la venganza lleva a los actos cometidos el motivo que me interesa no es la causa, sino aclarar que a la persona se le asesinó. Decir que es un crimen pasional es quitarle fuerza y sentido al hecho. Yo quiero saber, por ejemplo, si cuando el muerto es un heterosexual los comentarios de los periodistas son los mismos… esto es lo que hace a estos casos diferentes, lo que hace que no se investiguen y hasta que los mismos maricas crean que el otro se lo merece por marica.
Este chico no era mi amigo, yo mismo dejé de hablarle por cuestiones de su actuar que no me enorgullecían, pero eso no viene a colación, porque como militante, defensor de derechos humanos y derechos sexuales y líder en una comunidad estigmatizada y vulnerada debo exponer públicamente mi protesta.
Esto es el asesinato de un líder homosexual, de un defensor de derechos humanos y por tanto, le corresponde al Estado brindar las garantías suficientes para que se conozca la verdad y se pueda acceder a la justicia de forma veraz e imparcial.
En Colombia los homicidios de líderes sociales pertenecientes a las minorías sexuales no se investigan, para la muestra están los casos de Fredys Darío Pineda, Álvaro Miguel Rivera y Wanda Fox, quienes fueron asesinados y todavía sus crímenes permanecen en la impunidad.
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