martes, 1 de septiembre de 2009

¿La homosexualidad se tomó el cine?

Por Manuel Antonio Velandia Mora
Martes 7 Febrero 2006

http://www.semana.com/noticias-opinion-on-line/homosexualidad-tomo-cine/90663.aspx

No existe 'cine gay'. 'Brokeback Mountain', 'Transamerica' y 'Capote' fueron nominadas por ser buenas películas, no por su temática.

Esta que pareciera ser una inocente pregunta lleva detrás la carga sexista y homofóbica de quienes pretenden comprender que el cine es solamente para divertirse y no tiene por qué entrar a tratar esos temas sociales que no se quieren ver porque son un "peligro para los niños". Claro que no es cierto que la homosexualidad se tomó el cine, tampoco lo es que hay cine gay como tampoco literatura o arte gay; cuando mucho hay realizadores, productores, directores, guionistas, actores que sí lo son pero su trabajo no determina la clase de cine que ellos hacen.

Por supuesto que Capote, Brokeback Mountain y Transamérica tienen una relación directa con la sexualidad, más explícitamente con las homosexualidades y los tránsitos en la identidad sexual, mas no por ello son películas sobre lo gay.

Truman Capote era homosexual pero la película no gira en torno a su orientación sexual sino a como escribe "A sangre fría". Brokeback Mountain es sobre una relación afectiva, en la que quienes se aman son dos hombres, y el peso social en sus existencias de la homosexualidad. En "Transamérica" los pocos conocedores de los estudios sobre la sexualidad ven en la protagonista a un hombre homosexual, aun cuando realmente sea la historia de un hombre quien se acepta a sí mismo en su tránsito de la masculinidad a la feminidad, del cuerpo del macho a lo que ella ahora considera su cuerpo de hembra. Las dos últimas tienen en común que son también historias de amor y sobre los valores familiares.

Si no es cine gay, entonces qué es. El cine siempre ha tomado de la vida cotidiana y de los valores culturales para construir sus guiones. Sin embargo puede decirse que la ficción se ha vuelto tan real que bien pareciera que la tendencia del cine norteamericano fuera hacer películas con contenido social. Varias de las buenas películas que buscan actualmente los diversos premios en los festivales del cine se orientan hacia temas sociales, dado que en sus guiones retoman elementos de algunos hechos que aun cuando suceden en la realidad no son propiamente acontecimientos históricos.

Brokeback Mountain y Transamérica nos muestran la homofobia, el sexismo, la brutalidad, la intolerancia y la discriminación sexual, algo de lo cual puede verse igualmente en "Capote"; situación similar en referencia al racismo se observa en "Crash". A este listado debe sumarse "Good nigth and good luck", un filme sobre la cruzada del periodista Edward Murrow contra la cacería de brujas impuesta por el senador gringo Joseph McCarthy, un oscuro personaje en la historia de los derechos civiles y los derechos sexuales en los Estados Unidos. También vale la pena recordar otro filme cuya temática tiene un alto contenido social, "El jardinero infiel" que muestra los intríngulis económicos y políticos de la industria farmacéutica y que además nos hace reflexionar sobre lo que hay detrás de los altos costos que ha tenido el sida en América Latina y África.

Pero, si es cine social, entonces debiéramos interrogarnos sobre por qué tanto revuelo en torno a lo que algunos "críticos" han llamado "cine gay". Veamos los hechos: todas son películas realizadas en un país cuya doble moral y mojigatería en torno a la sexualidad es evidente. Basta recordar las luchas presidenciales y de las iglesias en contra de los derechos civiles de las minorías sexuales.

Fueron realizadas bajo el peso cultural de un discurso médico que ha incrementado la homofobia, el sexismo y la intolerancia. Tengamos presente que hasta hace muy pocos años, para la Sociedad Psiquiátrica Americana, la homosexualidad era una enfermedad y que para dicha entidad científica la "Disforia sexual" (identidad de rol de género opuesta a la del sexo biológico) que suele relacionarse con el transexualismo y el transvestismo, es actualmente una "enfermedad mental grave".

Generalmente las películas sociales suelen ser bastante panfletarias. En los casos que nos atañen debe destacarse que las películas retratan de una manera magistral y positiva temas que bien pudieran ser tratados con imágenes sórdidas o que si fueran una "apología a la homosexualidad" tendrían discursos orales y visuales totalmente diferentes.

En ellas se comprende plenamente el dolor, la soledad, la incertidumbre y en general, los problemas emocionales por los que atraviesan quienes por su color de piel, su manera de pensar o de actuar no siguen los patrones de la norma o de quienes no han logrado tan siquiera ubicar aquello que quieren ser, como puede observarse en el caso de Toby, el hijo de Bree, la transexual de "Transamérica". Todos los hombres que se ven representados en estas películas igualmente logran transmitir al espectador la situación afectiva y emocional que se encierra en quienes se ven condicionados, en la construcción de sus masculinidades, a vivir en un mundo en el que cualquier asomo de afectividad o debilidad los ubica más cerca de lo "femenino" pero igualmente, más cerca de sí mismos.

Asumir estos temas sociales en el cine como los ya citados, para muchos moralistas, es la aprobación de la existencia en el seno de la sociedad de "problemas sexuales", pero sobre todo, la aceptación social de la presencia de seres "enfermos" y de "esas enfermedades" como un hecho normal.

Las películas son sociales porque dejan además una ganancia para la sociedad: el reconocimiento de la importancia que tiene para las personas el poder asumir plenamente su identidad ya sea étnica, política o sexual, y la evidencia de que la única posibilidad de ser plenamente felices es aproximarnos a la aceptación plena de eso que queremos ser, así nos toque abandonarlo y ocultarlo por momentos y autorizarnos a vivirlo en aquellos escasos o múltiples momentos en que estamos siendo aquello que en realidad queremos ser.

Dejan igualmente una reflexión, que tal vez sea la suya luego de ver cada una de las películas, la importancia vital que tiene el reconocimiento de la diversidad, de la unicidad de los seres humanos como también la imposibilidad, si somos realmente solidarios y democráticos, de trazar para los otros los caminos para la búsqueda de su propia felicidad.

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