El hecho de que los, las les LGBT hayan ganado ciertos derechos en Colombia, no implica que ellos mismos y la sociedad les reconozca como sujetos de tales.
Sólo en la medida en que estas personas nos hagamos más visibles en todos los espacios sociales, culturales, económicos y políticos, y la sociedad pueda tener la oportunidad de conocernos mejor, deshacerse de mitos y creencias, aumentando su capacidad de comprender y disfrutar la importancia de la diversidad que la conforma, será posible que se nos acepte y respete como sus iguales.
Aún cuando Colombia no es un paraíso, no puede negarse que la convivencia para los homosexuales en las grandes ciudades en más fácil que en la zona rural. A pesar de que esto es así, en Bogotá las milicias de las FARC, durante 2003, obligaron al maestro Manuel Gaviria a renunciar a su cargo como maestro en una escuela primaria teniendo como excusa para el “boleteo” su homosexualidad.
En una encuesta sobre convivencia ciudadana en esta misma ciudad, realizada en las dos oportunidades en que Antanas Mokus fuera alcalde de la ciudad, un alto porcentaje de ciudadanos expresó no estar interesado en tener un homosexual como vecino, hecho que motivó que durante la alcaldía de Lucho Garzón se haya creado un programa que tiene como fin alcanzar una “Bogotá sin indiferencia con la población LGBT”. La violencia homofóbica en Colombia no es un hecho reciente, entre 1986 y 1991 los grupos denominados de “limpieza social” asesinaron a más de 680 homosexuales.
León Zuleta, cofundador con Velandia del Movimiento homosexual colombiano, fue asesinado en 1994 por razón de sus trabajos en derechos humanos y con minorías sexuales. El machismo al interior del militarismo, ya sea este de derecha, centro o izquierda siempre ha estado presente en Colombia. Es frecuente la violencia policial contra homosexuales y muy especialmente, contra los/las transgéneros y transvestis que trabajan sexualmente.
En las zonas en las que en Colombia es más marcado el conflicto con los paramilitares y con la guerrilla, especialmente con las FARC -Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-, estos actores sociales se han convertido en los nuevos guardianes del orden moral. No es de extrañar el radicalismo de los grupos cristianos y conservadores que atacan verbal y emocionalmente a los homosexuales; ahora bien, para muchos es sorprendente que los paramilitares y la guerrilla hayan obligado a algunas personas homosexuales a desplazarse fuera de sus territorios e inclusive, que la guerrilla lograra que se realizara la prueba diagnostica de la infección por el VIH a todas las personas de una pequeña ciudad del Llano, discriminación que en Colombia tuvo la complacencia de las autoridades de salud, civiles y militares, quienes igualmente permitieron el desplazamiento forzado de las personas cuyo diagnóstico fue reactivo.
En estos grupos armados existe una doble moral con relación a la población LGBT; por ejemplo, en algunas zonas de conflicto los transvestis y/o transgéneros que trabajan sexualmente se les permite estar en la zona si prestan “favores sexuales” o son informantes, de lo contrario se les obliga al desplazamiento cuando no es que se les asesina por causa de su identidad y su actividad laboral.
Durante muchos años el ejército colombiano puso en las libretas militares, documento que informa sobre la prestación del servicio militar obligatorio, un texto en el que se leía profesión: homosexual; siendo esta la razón por la que se les excluía de prestar el servicio militar.
A partir de fallos de la Corte Constitucional a tutelas (mecanismo constitucional que se usa en caso de buscar protección estatal si hay amenaza o vulneración de los derechos fundamentales), ya no se puede excluir a alguien de las instituciones militares en razón de dicha “profesión”, como tampoco del lugar de trabajo, de estudio o de vivienda, sin embargo los homosexuales siguen siendo rechazados, vulnerados y estigmatizados en el ejercito colombiano, inclusive se les expone públicamente ante sus compañeros, se les maltrata físicamente, encierra en calabozos y agrede o menosprecia diciéndoles “mariquitas”.
Aun cuando en Colombia desde el Estado, por razón de su orientación sexual no se ha excluido de su cargo a maestros, el estatuto docente, norma que los rige, en uno de sus artículos consideraba la homosexualidad causal de mala conducta; artículo que fue derogado por fallo de tutela. En lo que va corrido del siglo XXI los homosexuales hemos participado en la actividad política, logrando, en mi caso, que el Partido Liberal Colombiano aceptara a las minorías sexuales como un sector social con pleno reconocimiento y derecho a presentar candidatos a las diversas corporaciones publicas. Hecho que también se dio mas recientemente en el grupo político denominado Polo democrático.
Siendo candidato a la Cámara en las elecciones de 2002, yo Manuel Velandia fui victima de un atentado con una granada lanzada a mi residencia por grupos paramilitares quienes han sido explícitos en considerarse opositores a mi actividad; sus reiteradas amenazas de muerte, que a finales de 2006 se extendieron a mi familia, fueron la causa de mi desplazamiento forzado a España, país en que actualmente me encuentro en trámite de asilo político por orientación sexual. John Jairo Romero (homosexual), Niyireth Reinosa y su pareja (lesbianas) y Samantha Palacios (transvesti) son las otras cuatro personas que han solicitado asilo por esta misma causa en España entre el 2001 y el 2007. Las tres primeras personas ya lo obtuvieron.
Ellos y ellas no son los únicos LGBT que han tenido que huir de Colombia, ya que también tenemos asilados en otros países. Manuel Bermúdez, Ciudadano Gay con sede en Medellín y quien fuera candidato al Senado fue “boleteado” por grupos paramilitares durante su campaña en el 2002, esto demuestra que dicha participación política no es plena y que las autoridades no investigan, sancionan o penalizan apropiadamente a quienes entorpecen el debate político democrático, tal y como se ha demostrado con las investigaciones recientes sobre la presencia paramilitar en el Senado y la Cámara, corporaciones en las que tampoco se logró la aprobación del proyecto de Ley sobre los derechos civiles de las parejas del mismo sexo (2007) a pesar de que el presidente Uribe y sus grupos políticos apoyaran esta propuesta como parte de su estrategia para conseguir votos en las ultimas elecciones.
Y como ya lo dije antes en otro blog, para que Bogotá sea realmente un ejemplo no se necesita únicamente que su alcalde tenga una actitud positiva hacia las personas LGBT como la tiene Lucho, actitud que incluso le ha quitado aceptación popular, se requiere en especial que haya recursos para llevar a cabo acciones y con estos recursos la ciudad no cuenta, porque no es verdad que los homosexuales, las lesbianas, los y las bisexuales y los, las y les transgeneristas realmente cuenten, ya que el cambio solo es posible con el desarrollo de una política.
Con lo anterior se comprende la importancia del debate que se cursó en el Consejo de Bogotá sobre el Proyecto de acuerdo número 357 de 2007 "Por medio del cual se establecían los lineamientos de la Política pública para las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas —LGBT— en Bogotá" y que se perdió con ocho votos en contra y siete a favor, en la Comisión de Gobierno del Concejo de Bogotá.
Un complemento a este tema puede encontrarlo en Revista Semana en el que se demuestra que esta es un población importante por su numero en Bogotá, así las cifras no sean precisamente las mas actuales.http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=70487
martes, 31 de julio de 2007
viernes, 20 de julio de 2007
Salir o no salir: esa es la cuestión
Son varias las preguntas que debiéramos hacernos con relación a salir del closet. ¿Quién construyó el closet, es necesario salir de él, por qué, quién lo impide, qué pasa si las personas no salen de él, a quiénes afecta que las personas lo hagan o no?
Salir del closet es una expresión popular que hace referencia a hacer pública la identidad de orientación sexual cuando se está siendo homosexual, lesbiana, bisexual o en un tránsito identitario de género o de cuerpo. Los heterosexuales no salen del closet por una sencilla razón, algunos entre ellos son los administradores del lugar y como tales están afuera.
El closet se fue construyendo en la medida en que se concretaron los discursos teóricos que fueron haciendo las veces de bases, pisos, paredes y techo; pero somos nosotros mismos quienes decidimos poner cerradura a la puerta, cerrarlo con llave y guardar ésta en lo mas recóndito de nuestro corazón o mas precisamente, de nuestro cerebro.
La iglesia católica tiene un rol fundamental en la construcción de la homofobia, de la base del closet. La iglesia logró por medio de Tomas de Aquino que nuestras prácticas fueran consideradas antinaturales.
Sobre dicha base se construyó el piso, este se fue consolidando con los aportes hechos desde la medicina, la psiquiatría y la psicología, que definieron a la homosexualidad como una enfermedad y que condujeron a que la obtención del placer fuera una aberración sexual.
Las paredes se fueron levantando en la medida que las diversas culturas fueron asumiendo como verdades absolutas los planteamientos de las iglesias y del sector salud. La cultura trazó el deber ser para la sexualidad, se debe ser un hombre macho, masculino, heterosexual, falocrático y misógino, y si se es mujer se debe ser todo lo contrario.
Pero fuimos nosotros(as) mismos(as), incapaces de levantar la mirada y enceguecidos por la posibilidad de salir a la luz quienes decidimos poner techo y puerta con cerrojo a nuestras aspiraciones y a los de otros y otras.
La homofobia no solo es cultural sino que además es interiorizada y reforzada en la escuela, la familia y la sociedad en general.
La cultura determinó transgresores del “deber ser” a los y las LGBT, y estos, asumieron el cuento y se sintieron sucios, pecadores, enfermos e incluso antisociales. Esto ha marcado e influenciado de tal forma la construcción de la identidad sexual que no solo nos negamos a nosotros(as) mismos(as) nuestra propia sexualidad sino que además, el peso que llevamos dentro, nos obliga a vulnerar, estigmatizar y separar socialmente a quienes al igual que nosotros(as) deciden estar siendo en una experiencia sexual, mas cuando esta nos parece transgresora del “deber ser”, y en consecuencia nos asumimos los guardianes de la moral y las buenas costumbres heterosexuales.
Pero lo mas preocupante de esta situación social-cultural es que el closet no está terminado aún, sino que se sigue construyendo día a día y cada uno(a) de nosotras(os) apoya dicha construcción; somos parte de la cultura y desde ella construimos nuestras relaciones sociales, por eso no es de extrañar que como defensores del orden preestablecido pretendamos no dejar salir del closet a aquellos(as) transgresores(as) del genero y del cuerpo transexuales, transgéneros y transvestis), quienes se nos antojan tan distintos(as) a nosotros(as) que nuestra propia percepción limitada y sesgada del mundo no logra darles cabida ni siquiera para compartir nuestro propio armario.
Saliendo del closet
Antes de salir del closet para otros es conveniente salir del encierro para sí mismos. Romper el closet, salir de él se imposibilita si no logramos deconstruir el fortín al que hemos sido relegados y en el que muchos(as) de nosotros(as) nos sentimos tan a gusto.
Como todo proceso de emancipación, salir del closet produce dolor, en este caso dolor emocional, porque el miedo está tan metido dentro de nosotros(as) mismos(as) que nos lacera a cada momento, en especial cuando se nos hace imposible considerar y mucho más asumir que somos ciudadanos en ejercicio y por tanto sujetos de derechos, y que por tanto, podemos y debemos estar siendo nosotros(as) mismos(as) en cada uno de los espacios cotidianos en los que se nos ha restringido la posibilidad de Ser.
La vida es más difícil si se es gay, lesbiana, bisexual o transgénero, porque la historia de nuestra propia negación nos requerirá desarrollar la valentía necesaria para honrarnos y reconocernos a nosotros(as) mismos(as) por medio de nuestra propia experiencia de amor y autoconciencia de nuestra identidad y para comprender que a pesar de los juicios de cualquier otra persona en nuestra familia, escuela, barrio, lugar de trabajo, deben ser nuestros propios juicios los que determinen el sentido y valor que demos a nuestra vida.
Por supuesto, que salir del closet puede ser un proceso doloroso no sólo para nosotros(as) mismos(as) sino en especial para aquellos(as) quienes dicen amarnos, Porque al igual que nosotros(as) ellos prefieren que estemos en el closet, ya que nuestra salida los obliga a plantearse sus propios temores y a considerar el rechazo para nosotros(as) como una posibilidad en la existencia común como familiares o amigos.
En algunas oportunidades tememos salir porque nos preocupa el dolor que podamos causar olvidando que el dolor que ellos y nosotros(as) mismos(as) hemos causado por años de existencia y negación es superior a cualquier dolor propio o externo que se cause en beneficio de nuestro bienestar. Por supuesto que es difícil asumirse el eje de la propia existencia y toma de decisiones, pero también es cierto que bien vale la pena descentrarse para reacomodarse en una nueva existencia en la que ya no tendremos que ocultarnos y en cambio gozaremos del beneficio de ser plenos y auténticos(as).
Al salir del closet recordemos que lo nuestro no es un “estilo de vida”, no permitamos que una frase elegida para negar nuestra unicidad nos masifique y cosifique hasta el punto de aceptar un “deber ser” que ni siquiera para quienes pretenden excluirnos es real; todos sabemos que cada gay, lesbiana, bisexual y transgénero posee un mundo tan único y particular como lo es el de cualquier heterosexual y que dicha orientación sexual no es la panacea de la felicidad sino tan solo una de las múltiples posibilidades que los seres humanos tenemos al construir nuestra identidad.
Para quien no lo recuerde y para que lo tenga en cuenta, El once de octubre ha sido determinado por la fundación Human Rights Campaign (Campaña de Derechos Humanos) como el “Día mundial para salir del closet”.
Salir del closet es una expresión popular que hace referencia a hacer pública la identidad de orientación sexual cuando se está siendo homosexual, lesbiana, bisexual o en un tránsito identitario de género o de cuerpo. Los heterosexuales no salen del closet por una sencilla razón, algunos entre ellos son los administradores del lugar y como tales están afuera.
El closet se fue construyendo en la medida en que se concretaron los discursos teóricos que fueron haciendo las veces de bases, pisos, paredes y techo; pero somos nosotros mismos quienes decidimos poner cerradura a la puerta, cerrarlo con llave y guardar ésta en lo mas recóndito de nuestro corazón o mas precisamente, de nuestro cerebro.
La iglesia católica tiene un rol fundamental en la construcción de la homofobia, de la base del closet. La iglesia logró por medio de Tomas de Aquino que nuestras prácticas fueran consideradas antinaturales.
Sobre dicha base se construyó el piso, este se fue consolidando con los aportes hechos desde la medicina, la psiquiatría y la psicología, que definieron a la homosexualidad como una enfermedad y que condujeron a que la obtención del placer fuera una aberración sexual.
Las paredes se fueron levantando en la medida que las diversas culturas fueron asumiendo como verdades absolutas los planteamientos de las iglesias y del sector salud. La cultura trazó el deber ser para la sexualidad, se debe ser un hombre macho, masculino, heterosexual, falocrático y misógino, y si se es mujer se debe ser todo lo contrario.
Pero fuimos nosotros(as) mismos(as), incapaces de levantar la mirada y enceguecidos por la posibilidad de salir a la luz quienes decidimos poner techo y puerta con cerrojo a nuestras aspiraciones y a los de otros y otras.
La homofobia no solo es cultural sino que además es interiorizada y reforzada en la escuela, la familia y la sociedad en general.
La cultura determinó transgresores del “deber ser” a los y las LGBT, y estos, asumieron el cuento y se sintieron sucios, pecadores, enfermos e incluso antisociales. Esto ha marcado e influenciado de tal forma la construcción de la identidad sexual que no solo nos negamos a nosotros(as) mismos(as) nuestra propia sexualidad sino que además, el peso que llevamos dentro, nos obliga a vulnerar, estigmatizar y separar socialmente a quienes al igual que nosotros(as) deciden estar siendo en una experiencia sexual, mas cuando esta nos parece transgresora del “deber ser”, y en consecuencia nos asumimos los guardianes de la moral y las buenas costumbres heterosexuales.
Pero lo mas preocupante de esta situación social-cultural es que el closet no está terminado aún, sino que se sigue construyendo día a día y cada uno(a) de nosotras(os) apoya dicha construcción; somos parte de la cultura y desde ella construimos nuestras relaciones sociales, por eso no es de extrañar que como defensores del orden preestablecido pretendamos no dejar salir del closet a aquellos(as) transgresores(as) del genero y del cuerpo transexuales, transgéneros y transvestis), quienes se nos antojan tan distintos(as) a nosotros(as) que nuestra propia percepción limitada y sesgada del mundo no logra darles cabida ni siquiera para compartir nuestro propio armario.
Saliendo del closet
Antes de salir del closet para otros es conveniente salir del encierro para sí mismos. Romper el closet, salir de él se imposibilita si no logramos deconstruir el fortín al que hemos sido relegados y en el que muchos(as) de nosotros(as) nos sentimos tan a gusto.
Como todo proceso de emancipación, salir del closet produce dolor, en este caso dolor emocional, porque el miedo está tan metido dentro de nosotros(as) mismos(as) que nos lacera a cada momento, en especial cuando se nos hace imposible considerar y mucho más asumir que somos ciudadanos en ejercicio y por tanto sujetos de derechos, y que por tanto, podemos y debemos estar siendo nosotros(as) mismos(as) en cada uno de los espacios cotidianos en los que se nos ha restringido la posibilidad de Ser.
La vida es más difícil si se es gay, lesbiana, bisexual o transgénero, porque la historia de nuestra propia negación nos requerirá desarrollar la valentía necesaria para honrarnos y reconocernos a nosotros(as) mismos(as) por medio de nuestra propia experiencia de amor y autoconciencia de nuestra identidad y para comprender que a pesar de los juicios de cualquier otra persona en nuestra familia, escuela, barrio, lugar de trabajo, deben ser nuestros propios juicios los que determinen el sentido y valor que demos a nuestra vida.
Por supuesto, que salir del closet puede ser un proceso doloroso no sólo para nosotros(as) mismos(as) sino en especial para aquellos(as) quienes dicen amarnos, Porque al igual que nosotros(as) ellos prefieren que estemos en el closet, ya que nuestra salida los obliga a plantearse sus propios temores y a considerar el rechazo para nosotros(as) como una posibilidad en la existencia común como familiares o amigos.
En algunas oportunidades tememos salir porque nos preocupa el dolor que podamos causar olvidando que el dolor que ellos y nosotros(as) mismos(as) hemos causado por años de existencia y negación es superior a cualquier dolor propio o externo que se cause en beneficio de nuestro bienestar. Por supuesto que es difícil asumirse el eje de la propia existencia y toma de decisiones, pero también es cierto que bien vale la pena descentrarse para reacomodarse en una nueva existencia en la que ya no tendremos que ocultarnos y en cambio gozaremos del beneficio de ser plenos y auténticos(as).
Al salir del closet recordemos que lo nuestro no es un “estilo de vida”, no permitamos que una frase elegida para negar nuestra unicidad nos masifique y cosifique hasta el punto de aceptar un “deber ser” que ni siquiera para quienes pretenden excluirnos es real; todos sabemos que cada gay, lesbiana, bisexual y transgénero posee un mundo tan único y particular como lo es el de cualquier heterosexual y que dicha orientación sexual no es la panacea de la felicidad sino tan solo una de las múltiples posibilidades que los seres humanos tenemos al construir nuestra identidad.
Para quien no lo recuerde y para que lo tenga en cuenta, El once de octubre ha sido determinado por la fundación Human Rights Campaign (Campaña de Derechos Humanos) como el “Día mundial para salir del closet”.
Lo que dicen que es y no es
No deja de sorprenderme el insulto semanal aun cuando es una prueba de que el blog se lee. Por supuesto no siempre hay insultos también hay opiniones muy profundas aun cuando bastante divergentes. Algunas aseveraciones de las escritas por los lectores me asombran por lo radicales y agresivas. Creo que es necesario retomar esas ideas y condensar en un escrito ese otro punto de vista que explica el mundo de forma agresiva, homofóbica y excluyente, a la vez que reflexiona sobre la vida, la sexualidad y la cotidianidad, ya que ese "otro punto de vista" es frecuente en toda discusión en torno a las libertades y los derechos humanos.
Veamos un ejemplo de esa mirada desde lo biológico, lo social y lo psicológico. Muchas veces nos preguntamos qué es la homosexualidad o qué es la homofobia, para conocer qué dirían esos comentaristas simplemente he tomado nota de frases textuales puestas por algunos(as) lectoras(es) del blog; igualmente, para organizar las ideas y como subtítulos, las he utilizado para encabezar los diferentes temas. Tras la lectura tome usted su propia opinión.
Explicar la homosexualidad
Hay suficientes explicaciones "científicas" para justificar la homosexualidad. Esta siempre ha existido y siempre va a existir. El lesbianismo y el homosexualismo se adquieren por insinuación o inducción, siendo por naturaleza lo contrario, es solo una justificación de depravados. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse, hasta las personas que se equivocan en su orientación sexual. Por suerte no todo el mundo se equivoca, o sino pronto quedaría este mundo vació, ya que hombre con hombre y mujer con mujer no da cría. La hembra debe ser penetrada y sodomizada.
Los homosexuales no han contado con la palabra de Dios
La Biblia, en el libro de Levítico, capitulo 18, versículo 22 dice: "No te acostarás con un hombre como uno se acuesta con una mujer. Eso es una abominación". La palabra de Dios, para los homosexuales es retrograda, anticuada, no respeta los derechos del individuo. Dios da libre decisión. Ser Homosexual es una decisión libre. La palabra de Dios es clara, no hay lugar para alternativas que el hombre en su desenfreno terrenal quiera darle a su condición; fuimos creados con libre albedrío por causa del pecado. Dios perdona y restaura, adelante, no teman acercarse a él, hoy es día de salvación.
¿Es más fácil ser homosexual o ser hombre o mujer de verdad?
Se es varón o mujer, y si se combina es porque hay alguna aberración sexual. El Génesis 1:27, nos enseña que Dios creó al ser humano "macho y hembra", o sea hombre y mujer, no homosexual o lesbiano; estas alteraciones en el sexo se deben a situaciones a las cuales estas personas en su infancia se vieron expuestas como abuso sexual, crianza aberrante, o sencillamente cuando se es adulto y se probó algo que va en contra de la naturaleza del ser humano y le gustó: tener sexo con alguien de su mismo sexo, sexo con menores de edad, sexo con animales, probar drogas, el ser promiscuo, y otros. Esto último habla de una sociedad en decadencia, donde nada la satisface, una sociedad de doble moral o sin moral. Definitivamente creo que se hacen y no nacen, por la tanto, dejémonos de tantas maricadas y pongámosle más atención a la salud mental de las familias y la infancia sin hipocresías posmodernas...
La iglesia necesita de los homosexuales y las lesbianas
Las/los necesita para que Dios se glorifique en esas personas y los sane de su enfermedad, aunque esta pobre gente alegue que no están enfermos y busquen justificar su enfermedad de todas las formas posibles. Cristo amo mucho a los homosexuales y las lesbianas y también murió por ellos/ellas. Lo que no ama Cristo es la enfermedad de ser homosexual o lesbiana; el diablo si le agrada esta enfermedad y de los que insisten en no querer sanarse y salvarse y se alegra de recibir a esta gente en el infierno.Los que hablan de homosexualidad no son sino un instrumento del diablo.
Lo que hay que combatir es esa enfermedad y eliminar las raíces
Lo que si demuestran es un grito desesperado pidiendo ayuda para salir de esa enfermedad, aunque paradójicamente no sean lo suficientemente capaces de reconocerlo (Oiga Manuel, verdaderamente estoy confundido! Su papá era un señor muy honorable, su hermano Crisanto un excelente profesional, que le dieron a usted que se volvió tan corrompido?). No están interesados en curarse, ya que seguramente se avergonzarían de ir a buscar ayuda de un psicólogo. No saben para qué es el ano en el cuerpo humano. La lógica común dice que el ano tiene músculos para expulsar algo del cuerpo, y no para permitir el ingreso de algo...
Gracias a Dios uno puede decidir NO ser homosexual
¿Prevalecerá una sociedad con este tipo de conductas? pero sobre todo hasta cuando… que la venida de Cristo no nos tome por sorpresa. El abuso sexual a menores es una práctica muy común entre los copartidarios de sexualidad indefinida; si algún familiar o amigo mió es sometido por un gay, juro por lo más sagrado que le doy una golpiza hasta dejarlo paralítico.
No conozco al primer padre que esté feliz de tener un hijo gay
A fuerza de hacerlo llamar derecho quiere la prensa hacer ver como normal un comportamiento abiertamente patológico, o que alguien me cuente si hay uno solo tan solo uno de los que hoy aparentemente se enorgullece de llamarse homosexual, que de niño haya sido amado por un papá y una mamá, compartido un ambiente cálido de hogar, con respeto, con amor de hogar, fraternalmente acompañado, valorado, educado con principios? la respuesta es no! todos ellos crecieron en hogares atípicos o muy típicamente violentos, con papás excesivamente o autoritarios o excesivamente irresponsables en sus labores de padres, por no hablar de otros comportamientos....Este tipo de personas lo que necesita es ayuda, y no que el estado se vuelque a fuerza de presión de la prensa y de otros enfermos a legalizar conductas enfermizas y hacerlas posar de normales. Lastima que tengan su sexualidad enferma.
Esperar hasta los 18 años
No quiero atacar ¿pero cómo cree que un padre de familia, que trabaja desde las 8 de la mañana hasta la noche va a reaccionar al ver a su hijo en posición de "mujer" con otro tipo? El tema es muy complejo, es tremendo. Si una persona es homosexual, debe esperar hasta los 18 años, emanciparse de sus padres y asumir su responsabilidad social y sexual. Si los cuchos no lo aceptan pues hermanit@, su vida es su vida. Pero cuando se es mayor de edad ya el hombre o mujer camina solito. Los padres hicieron a su alcance para educarlo, si le gusta que le den por el.... o darle al novio por el...., pues que sea cuando ya sea mayor de edad y se pueda sostener solito. Lo mismo a la mujer si le gusta otra de su tipo, pues mija... llegue a los 18, salga del closet y si no la aceptan pues emancípese. Si yo viviera ese caso el de un hijo o hija con esa tendencia y me dijera siendo menor de edad que es su "vida privada" le diría: Hijo o hija le doy una dote mensual para que se sostenga (manutención-vivienda-educacion) hasta los 18 años, luego ¡adiós! Si es mayor de edad le diría que se buscara una vida plena con su forma de ser pero que no me buscara más...
Cada quien tendrá su carga...su Karma
Veamos un ejemplo de esa mirada desde lo biológico, lo social y lo psicológico. Muchas veces nos preguntamos qué es la homosexualidad o qué es la homofobia, para conocer qué dirían esos comentaristas simplemente he tomado nota de frases textuales puestas por algunos(as) lectoras(es) del blog; igualmente, para organizar las ideas y como subtítulos, las he utilizado para encabezar los diferentes temas. Tras la lectura tome usted su propia opinión.
Explicar la homosexualidad
Hay suficientes explicaciones "científicas" para justificar la homosexualidad. Esta siempre ha existido y siempre va a existir. El lesbianismo y el homosexualismo se adquieren por insinuación o inducción, siendo por naturaleza lo contrario, es solo una justificación de depravados. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse, hasta las personas que se equivocan en su orientación sexual. Por suerte no todo el mundo se equivoca, o sino pronto quedaría este mundo vació, ya que hombre con hombre y mujer con mujer no da cría. La hembra debe ser penetrada y sodomizada.
Los homosexuales no han contado con la palabra de Dios
La Biblia, en el libro de Levítico, capitulo 18, versículo 22 dice: "No te acostarás con un hombre como uno se acuesta con una mujer. Eso es una abominación". La palabra de Dios, para los homosexuales es retrograda, anticuada, no respeta los derechos del individuo. Dios da libre decisión. Ser Homosexual es una decisión libre. La palabra de Dios es clara, no hay lugar para alternativas que el hombre en su desenfreno terrenal quiera darle a su condición; fuimos creados con libre albedrío por causa del pecado. Dios perdona y restaura, adelante, no teman acercarse a él, hoy es día de salvación.
¿Es más fácil ser homosexual o ser hombre o mujer de verdad?
Se es varón o mujer, y si se combina es porque hay alguna aberración sexual. El Génesis 1:27, nos enseña que Dios creó al ser humano "macho y hembra", o sea hombre y mujer, no homosexual o lesbiano; estas alteraciones en el sexo se deben a situaciones a las cuales estas personas en su infancia se vieron expuestas como abuso sexual, crianza aberrante, o sencillamente cuando se es adulto y se probó algo que va en contra de la naturaleza del ser humano y le gustó: tener sexo con alguien de su mismo sexo, sexo con menores de edad, sexo con animales, probar drogas, el ser promiscuo, y otros. Esto último habla de una sociedad en decadencia, donde nada la satisface, una sociedad de doble moral o sin moral. Definitivamente creo que se hacen y no nacen, por la tanto, dejémonos de tantas maricadas y pongámosle más atención a la salud mental de las familias y la infancia sin hipocresías posmodernas...
La iglesia necesita de los homosexuales y las lesbianas
Las/los necesita para que Dios se glorifique en esas personas y los sane de su enfermedad, aunque esta pobre gente alegue que no están enfermos y busquen justificar su enfermedad de todas las formas posibles. Cristo amo mucho a los homosexuales y las lesbianas y también murió por ellos/ellas. Lo que no ama Cristo es la enfermedad de ser homosexual o lesbiana; el diablo si le agrada esta enfermedad y de los que insisten en no querer sanarse y salvarse y se alegra de recibir a esta gente en el infierno.Los que hablan de homosexualidad no son sino un instrumento del diablo.
Lo que hay que combatir es esa enfermedad y eliminar las raíces
Lo que si demuestran es un grito desesperado pidiendo ayuda para salir de esa enfermedad, aunque paradójicamente no sean lo suficientemente capaces de reconocerlo (Oiga Manuel, verdaderamente estoy confundido! Su papá era un señor muy honorable, su hermano Crisanto un excelente profesional, que le dieron a usted que se volvió tan corrompido?). No están interesados en curarse, ya que seguramente se avergonzarían de ir a buscar ayuda de un psicólogo. No saben para qué es el ano en el cuerpo humano. La lógica común dice que el ano tiene músculos para expulsar algo del cuerpo, y no para permitir el ingreso de algo...
Gracias a Dios uno puede decidir NO ser homosexual
¿Prevalecerá una sociedad con este tipo de conductas? pero sobre todo hasta cuando… que la venida de Cristo no nos tome por sorpresa. El abuso sexual a menores es una práctica muy común entre los copartidarios de sexualidad indefinida; si algún familiar o amigo mió es sometido por un gay, juro por lo más sagrado que le doy una golpiza hasta dejarlo paralítico.
No conozco al primer padre que esté feliz de tener un hijo gay
A fuerza de hacerlo llamar derecho quiere la prensa hacer ver como normal un comportamiento abiertamente patológico, o que alguien me cuente si hay uno solo tan solo uno de los que hoy aparentemente se enorgullece de llamarse homosexual, que de niño haya sido amado por un papá y una mamá, compartido un ambiente cálido de hogar, con respeto, con amor de hogar, fraternalmente acompañado, valorado, educado con principios? la respuesta es no! todos ellos crecieron en hogares atípicos o muy típicamente violentos, con papás excesivamente o autoritarios o excesivamente irresponsables en sus labores de padres, por no hablar de otros comportamientos....Este tipo de personas lo que necesita es ayuda, y no que el estado se vuelque a fuerza de presión de la prensa y de otros enfermos a legalizar conductas enfermizas y hacerlas posar de normales. Lastima que tengan su sexualidad enferma.
Esperar hasta los 18 años
No quiero atacar ¿pero cómo cree que un padre de familia, que trabaja desde las 8 de la mañana hasta la noche va a reaccionar al ver a su hijo en posición de "mujer" con otro tipo? El tema es muy complejo, es tremendo. Si una persona es homosexual, debe esperar hasta los 18 años, emanciparse de sus padres y asumir su responsabilidad social y sexual. Si los cuchos no lo aceptan pues hermanit@, su vida es su vida. Pero cuando se es mayor de edad ya el hombre o mujer camina solito. Los padres hicieron a su alcance para educarlo, si le gusta que le den por el.... o darle al novio por el...., pues que sea cuando ya sea mayor de edad y se pueda sostener solito. Lo mismo a la mujer si le gusta otra de su tipo, pues mija... llegue a los 18, salga del closet y si no la aceptan pues emancípese. Si yo viviera ese caso el de un hijo o hija con esa tendencia y me dijera siendo menor de edad que es su "vida privada" le diría: Hijo o hija le doy una dote mensual para que se sostenga (manutención-vivienda-educacion) hasta los 18 años, luego ¡adiós! Si es mayor de edad le diría que se buscara una vida plena con su forma de ser pero que no me buscara más...
Cada quien tendrá su carga...su Karma
jueves, 19 de julio de 2007
El horror de nacer mujer
Christine Ockrent presenta en la TV, desde hace nueve años, un programa semanal de política llamado "France-Europe-Express". Ella se ha visto envuelta en una reciente discusión política relacionada con las mujeres periodistas y sus maridos influyentes en el nuevo gobierno francés. Discusión que nunca se da cuando las mujeres son quienes detectan cargos importantes y sus maridos trabajan en los medios, y que es una demostración de la iniquidad y exclusión social a las mujeres.
Esto ultimo lo ha hecho notar Christine en sus respuestas a la revista “Yo Dona”, a la que ha dicho "Mi identidad profesional y personal existe independientemente de la de mi pareja, y soy ya mayorcita para tomar mis propias decisiones".
Para Ockrent la "increíble hipocresía" aparece si sólo hablan de ética profesional y deontología cuando se trata de las mujeres. Según ella, "Esto revela un sexismo completamente anacrónico. Me indigna, porque lo que esto implica es que se considera a la mujer como un ser débil, influenciable, incapaz de pensar por sí mismo. Los hombres son igualmente influenciables y yo todavía estoy esperando a que un hombre sacrifique su carrera porque perjudica a la de su mujer. ¡Eso no ocurre, nunca, siempre son ellas las que tienen que desaparecer o difuminar su personalidad!".
Ockrent hace hincapié sobre su posición afirmando "Mi generación ha luchado mucho por conquistar su independencia y no vamos a abdicar ahora. ¿Qué pretenden que hagamos, que regresemos a casa a hacer punto o que presente yo un programa de cocina? Porque eso sí sería verdaderamente peligroso, porque de cocina sí que no sé nada".
Su visión sobre el horror de nacer mujer se evidencia en “El libro negro de la condición de la mujer: Panorama de la situación de la mujer en el mundo actual”, dirigido por ella, coordinado por Sandrine Treiner y traducido al castellano por Manuel Monge (distribuido por Aguilar, 2007).
Este libro, que ya se consigue en América Latina y España, está constituido por artículos, retratos, testimonios, estudios internacionales y es un profundo análisis sobre la condición de la mujer hoy en día.
El libro debiera ser de lectura obligatoria para hombres y mujeres, pero en especial para todo(a) aquel/la cuya acción política, educativa, mediática o social esté ligada a la comprensión de las relaciones sociales, porque como puede leerse en el libro, toda relación entre seres humanos está afectada por la visión, experiencia, explicación y emoción que nos produce ser mujer, pensar a la mujer o actual junto o al lado de ellas.
El texto nos muestra con infinidad de argumentos que no es verdad que exista la igualdad entre las mujeres y los hombres, porque las mujeres siempre serán las primeras víctimas.
El libro nos deja una interesante y profunda reflexión: Ya sea en el primero, segundo o tercer mundo, no importa, la vida de las mujeres sigue siendo insoportable e inhumana. No hay excusa para el asesinato, incineración, lapidación, tortura, mutilación, violación o cualquier otra forma de vulneración física, emocional, social o política a las mujeres. No puede justificarse una vulneración a los derechos fundamentales excusándose en que hacerlo es una cuestión cultural, religiosa o una costumbre.
Esto ultimo lo ha hecho notar Christine en sus respuestas a la revista “Yo Dona”, a la que ha dicho "Mi identidad profesional y personal existe independientemente de la de mi pareja, y soy ya mayorcita para tomar mis propias decisiones".
Para Ockrent la "increíble hipocresía" aparece si sólo hablan de ética profesional y deontología cuando se trata de las mujeres. Según ella, "Esto revela un sexismo completamente anacrónico. Me indigna, porque lo que esto implica es que se considera a la mujer como un ser débil, influenciable, incapaz de pensar por sí mismo. Los hombres son igualmente influenciables y yo todavía estoy esperando a que un hombre sacrifique su carrera porque perjudica a la de su mujer. ¡Eso no ocurre, nunca, siempre son ellas las que tienen que desaparecer o difuminar su personalidad!".
Ockrent hace hincapié sobre su posición afirmando "Mi generación ha luchado mucho por conquistar su independencia y no vamos a abdicar ahora. ¿Qué pretenden que hagamos, que regresemos a casa a hacer punto o que presente yo un programa de cocina? Porque eso sí sería verdaderamente peligroso, porque de cocina sí que no sé nada".
Su visión sobre el horror de nacer mujer se evidencia en “El libro negro de la condición de la mujer: Panorama de la situación de la mujer en el mundo actual”, dirigido por ella, coordinado por Sandrine Treiner y traducido al castellano por Manuel Monge (distribuido por Aguilar, 2007).
Este libro, que ya se consigue en América Latina y España, está constituido por artículos, retratos, testimonios, estudios internacionales y es un profundo análisis sobre la condición de la mujer hoy en día.
El libro debiera ser de lectura obligatoria para hombres y mujeres, pero en especial para todo(a) aquel/la cuya acción política, educativa, mediática o social esté ligada a la comprensión de las relaciones sociales, porque como puede leerse en el libro, toda relación entre seres humanos está afectada por la visión, experiencia, explicación y emoción que nos produce ser mujer, pensar a la mujer o actual junto o al lado de ellas.
El texto nos muestra con infinidad de argumentos que no es verdad que exista la igualdad entre las mujeres y los hombres, porque las mujeres siempre serán las primeras víctimas.
El libro nos deja una interesante y profunda reflexión: Ya sea en el primero, segundo o tercer mundo, no importa, la vida de las mujeres sigue siendo insoportable e inhumana. No hay excusa para el asesinato, incineración, lapidación, tortura, mutilación, violación o cualquier otra forma de vulneración física, emocional, social o política a las mujeres. No puede justificarse una vulneración a los derechos fundamentales excusándose en que hacerlo es una cuestión cultural, religiosa o una costumbre.
miércoles, 18 de julio de 2007
Protagonizando la película
Tengo un amigo quien me contó hace años que su gran fantasía era encontrar placer jugando eróticamente con un hombre de quien lo único que deseaba conocer era su pene. Él no estaba interesado en ser penetrado, tampoco en que le dijeran “mi amor”, menos aún que le preguntaran su nombre, dirección o teléfono. Recientemente me lo encontré y me contó que su fantasía es ahora su realidad cotidiana.
Por lo que me dijo, sé que a él le encanta mamarlo y sabe que a los otros hombres –inclusive muchos heterosexuales- les encanta que se lo hagan. Poco a poco fue adentrándose en lo que él mismo denomina su “mundo de placer” en el cual ahora parece ser experto.
Este hombre que tiene unos 35 años y que, según él mismo afirma, posee la “boca más calientica del reino”. No se preocupa por buscar a quien hacérselo, pues es ya tradición que en todas las grandes ciudades haya ciertas salas de cine, de video y centros comerciales en los que en los baños suceden muchas cosas. Afirma que la situación se viene dificultando un poco ya que ahora no es tan fácil lograrlo como hace un tiempo, pues suelen poner en ciertos lugares “respetables”, vigilantes que “protegen la moral pública”.
El dice que aún los hombres que no son homosexuales les encanta mostrar su “juguete” y que son pocos los que realmente se molestan. Según parece, quien no quiere dejarse ver tiene una manera particular de taparse con la mano su “cosito”, actitud que denota cierto pudor y timidez. Así que su consejo es que a esos no hay que insistirles.
En las salas de cine “X” y en los “video porno” luego de mirar los “clásicos del cine” que allí se proyectan o inclusive durante la misma proyección, el pene de los amantes del cine se va entumeciendo hasta llegar a parecerse a las pilas de un traje de luces. Si el hombre se está tocando su juguete, mira con sonrisa picaresca al vecino de asiento, se para, y al dirigirse al baño sin darse cuenta rosa la pierna, es justo en ese momento cuando “hay que caerles” ya que todo está asegurado. Si en cambio la persona se queda sentadita en su silla debe esperarse un poco. Para probar si realmente hay interés, se desplaza lentamente la pierna y se permite cierto roce. No se puede obrar muy rápido si la persona responde. Hay que esperar la respuesta al juego ya que puede darse un toque involuntario, así que según él, para no pasar “chascos” hay que estar muy seguro, es decir, sentir que la persona empuja con su rodilla la pierna de la otra persona.
En algunos lugares se juega ahí mismo e inclusive, alrededor de la silla se forma un comité de ciudadanos que se entretienen más con la acción en vivo que con lo que sucede en la película. Según dice, es ahí cuando hay que desplegar toda la grandeza, porque, según él, lo que más excita a la audiencia es ver cómo un “súper juguete” se pierde como por arte de magia entre su boca. En ese momento el coro de masturbantes alcanza su mayor frenesí y se oyen los “aplausos”. Realmente esta es una manera de llamar al golpeteo que se produce al roce de las manos con la ropa durante la masturbación. Esta misma situación parece ser aún más excitante para el dueño del pene, pues según me cuenta, en ese momento se le suben el ego y la erección a tamaños insospechados.
No sé si “mamoncito”, como cariñosamente le llamó un “cliente”, realmente realiza su fantasía o lo que me cuenta lo vio en una película, pero sí puedo asegurar que aún en los baños de los lugares más distinguidos de algunas ciudades, y no precisamente en las salas de cine, me he encontrado de vez en cuando a personas cuyos ojos parecen desorbitarse mientras orinan y observan al vecino. “Mamoncito” me mostró una botellita de agua oxigenada con la que según él, se enjuaga la boca luego de su actuación; inclusive me ofreció su boquita caliente para que yo me diera cuenta por qué muchos quieren repetir. Yo le respondí que probablemente no sería tan agradable para él, porque le estaría faltando su “comité de aplausos”.
No puedo negar que algunas investigaciones suelen dejarme con ciertas “dudas” que prefiero no resolver. En este caso una información subjetiva de temperatura, nivel de humedad o profundidad sería compremetedora, no tanto por mi capacidad de análisis sino por la que tienen otros de encontrar disfrute en el anonimato.
Por lo que me dijo, sé que a él le encanta mamarlo y sabe que a los otros hombres –inclusive muchos heterosexuales- les encanta que se lo hagan. Poco a poco fue adentrándose en lo que él mismo denomina su “mundo de placer” en el cual ahora parece ser experto.
Este hombre que tiene unos 35 años y que, según él mismo afirma, posee la “boca más calientica del reino”. No se preocupa por buscar a quien hacérselo, pues es ya tradición que en todas las grandes ciudades haya ciertas salas de cine, de video y centros comerciales en los que en los baños suceden muchas cosas. Afirma que la situación se viene dificultando un poco ya que ahora no es tan fácil lograrlo como hace un tiempo, pues suelen poner en ciertos lugares “respetables”, vigilantes que “protegen la moral pública”.
El dice que aún los hombres que no son homosexuales les encanta mostrar su “juguete” y que son pocos los que realmente se molestan. Según parece, quien no quiere dejarse ver tiene una manera particular de taparse con la mano su “cosito”, actitud que denota cierto pudor y timidez. Así que su consejo es que a esos no hay que insistirles.
En las salas de cine “X” y en los “video porno” luego de mirar los “clásicos del cine” que allí se proyectan o inclusive durante la misma proyección, el pene de los amantes del cine se va entumeciendo hasta llegar a parecerse a las pilas de un traje de luces. Si el hombre se está tocando su juguete, mira con sonrisa picaresca al vecino de asiento, se para, y al dirigirse al baño sin darse cuenta rosa la pierna, es justo en ese momento cuando “hay que caerles” ya que todo está asegurado. Si en cambio la persona se queda sentadita en su silla debe esperarse un poco. Para probar si realmente hay interés, se desplaza lentamente la pierna y se permite cierto roce. No se puede obrar muy rápido si la persona responde. Hay que esperar la respuesta al juego ya que puede darse un toque involuntario, así que según él, para no pasar “chascos” hay que estar muy seguro, es decir, sentir que la persona empuja con su rodilla la pierna de la otra persona.
En algunos lugares se juega ahí mismo e inclusive, alrededor de la silla se forma un comité de ciudadanos que se entretienen más con la acción en vivo que con lo que sucede en la película. Según dice, es ahí cuando hay que desplegar toda la grandeza, porque, según él, lo que más excita a la audiencia es ver cómo un “súper juguete” se pierde como por arte de magia entre su boca. En ese momento el coro de masturbantes alcanza su mayor frenesí y se oyen los “aplausos”. Realmente esta es una manera de llamar al golpeteo que se produce al roce de las manos con la ropa durante la masturbación. Esta misma situación parece ser aún más excitante para el dueño del pene, pues según me cuenta, en ese momento se le suben el ego y la erección a tamaños insospechados.
No sé si “mamoncito”, como cariñosamente le llamó un “cliente”, realmente realiza su fantasía o lo que me cuenta lo vio en una película, pero sí puedo asegurar que aún en los baños de los lugares más distinguidos de algunas ciudades, y no precisamente en las salas de cine, me he encontrado de vez en cuando a personas cuyos ojos parecen desorbitarse mientras orinan y observan al vecino. “Mamoncito” me mostró una botellita de agua oxigenada con la que según él, se enjuaga la boca luego de su actuación; inclusive me ofreció su boquita caliente para que yo me diera cuenta por qué muchos quieren repetir. Yo le respondí que probablemente no sería tan agradable para él, porque le estaría faltando su “comité de aplausos”.
No puedo negar que algunas investigaciones suelen dejarme con ciertas “dudas” que prefiero no resolver. En este caso una información subjetiva de temperatura, nivel de humedad o profundidad sería compremetedora, no tanto por mi capacidad de análisis sino por la que tienen otros de encontrar disfrute en el anonimato.
miércoles, 11 de julio de 2007
Vedettes gay ¿pretensiones de poder?
Ha pasado de ser la celebración del día del Orgullo Gay a convertirse en la del Orgullo LGBTQ, sigla tan de moda en estos tiempos en todo el mundo (exceptuando en nuestro medio la “Q de Queers), que ya ningún medio de comunicación considera que debe ser aclarada y recibe tal importancia porque aúna las reivindicaciones de sectores muy diversos, así en los comienzos organizativos de estas poblaciones cada una fuera por su lado e inclusive se les dificultara encontrarse en un mismo espacio y lucha.
La marcha LGBT, en otros tiempos carnaval, es la expresión simbólica de la causa común de las minorías sexuales en torno a sus derechos sociales, culturales, económicos y por supuesto políticos. En países como Colombia, en donde la vulneración a los derechos humanos es mayor, la marcha adquiere un cariz diferente a acciones como las del Europride en la que el tema era la “igualdad para todos” y que reunió en Madrid a casi dos y medio millones de participantes de todo el mundo.
Tanto en Europa como en América las actividades al rededor del 28 de junio son una apoteosis al trabajo sexual político que celebra los éxitos alcanzados pero también, en este año, la historia del movimiento LGBT; por ejemplo, en Madrid se abrió una exposición en la que se conmemoran los 30 años del movimiento homosexual en España, conmemoración que en Colombia deberá celebrarse el próximo año.
Sin embargo, las celebraciones no están exentas de sombras; por ejemplo, en España se recordaba como a las transvestis y las transexuales nadie las quería tener en las primeras marchas. Por supuesto a las trans siempre las han y se les sigue discriminando con diferentes excusas como su “extravagancia en el vestido”, la libertad en la expresión de su cuerpo re-construido, viven plenamente la feminidad que otros maricones temen tener o simplemente porque son la trasgresión máxima al “deber ser” macho, masculino, falocrático y heterosexual.
Tanto en Europa como en Colombia las trans fueron la carne de cañón de la violencia policial en todos estos años de lucha, son quienes mas muertos han puesto en los procesos de “limpieza social” y hasta las menos favorecidas en las reorganizaciones territoriales de los espacios en los que laboran aquellas personas a quienes la misma violencia y pobreza han llevado al trabajo sexual.
De las trans poco se ha reconocido la importancia que tuvieron y siguen teniendo en la construcción de la igualdad y el reconocimiento de la diferencia y la unicidad, pero detrás de la marcha también aparecen otras sombras. Feministas solidarias con la causa, personas que salieron del closet públicamente, cientos de asesinados y líderes gay que, por el peso de sus acciones y sus críticas, apoyaron de manera significativa a la normalización de la homosexualidad en nuestras sociedades, se descartan e ignoran.
Sobre estos otros excluidos y excluidas llama la atención Juan Brasas en El Mundo de Madrid, quien afirmó el pasado 30 de junio “significados activistas que se entregaron por completo a la lucha por la igualdad de gays y lesbianas han sido marginados, e incluso objeto de conspiración, por parte de aquellos compañeros de lucha que han acumulado provecho personal y poder como resultado de la enorme proyección social y política que ha adquirido la cuestión gay en los últimos años”.
Por supuesto que no puede negarse su aporte positivo al movimiento LGBT y en la construcción de sus derechos pero como considera Brasas -quien es profesor de Ética social en la Universidad de California-, “ciertas organizaciones adquieren un papel hegemónico y un importante rol de liderazgo debido a sus estrategias de marketing, relegando a un segundo plano a otras organizaciones y personas, siendo estas ultimas sistemáticamente marginadas por los medios de comunicación”.
De un modo ciertamente injusto, dice Brasas, las organizaciones de provincia, con sus múltiples actividades, algunas de ramificaciones internacionales, permanecen invisibles a esos mismos medios y vedettes (organizaciones y personas). Afortunadamente y a pesar de esa dificultad para aparecer sigue dándose un activismo de base movido por personas idealistas y sin pretensión de ganancia personal.
Los partidos políticos también sacan ganancia de los LGBT y han descubierto en ellos un filón del cual extraer votos, pero fuera de exclusiones y partidismos se mantienen luchas comunes aun cuando pareciera que la lucha por los derechos civiles de las parejas del mismo sexo pertenece a un partido olvidando que sin importar el sector social, al organización o el partido al que pertenecen son las acciones de muchos y muchas las que han posibilitado lo poco que hasta ahora se ha logrado.
Este es un momento adecuado para recapacitar luego de la apoteosis de las marchas; la fuerza obtenida de esta presencia pública debe ser el impulso que permita eliminar toda forma de discriminación a la población de transexuales, transgéneros y demás transgresores/as sexuales, así como para reforzar lo que Brasas denomina un “activismo ético” cuyo objetivo sea la lucha por la justicia y no la ambición de poder.
Tanto en Europa como en América las actividades al rededor del 28 de junio son una apoteosis al trabajo sexual político que celebra los éxitos alcanzados pero también, en este año, la historia del movimiento LGBT; por ejemplo, en Madrid se abrió una exposición en la que se conmemoran los 30 años del movimiento homosexual en España, conmemoración que en Colombia deberá celebrarse el próximo año.
Sin embargo, las celebraciones no están exentas de sombras; por ejemplo, en España se recordaba como a las transvestis y las transexuales nadie las quería tener en las primeras marchas. Por supuesto a las trans siempre las han y se les sigue discriminando con diferentes excusas como su “extravagancia en el vestido”, la libertad en la expresión de su cuerpo re-construido, viven plenamente la feminidad que otros maricones temen tener o simplemente porque son la trasgresión máxima al “deber ser” macho, masculino, falocrático y heterosexual.
Tanto en Europa como en Colombia las trans fueron la carne de cañón de la violencia policial en todos estos años de lucha, son quienes mas muertos han puesto en los procesos de “limpieza social” y hasta las menos favorecidas en las reorganizaciones territoriales de los espacios en los que laboran aquellas personas a quienes la misma violencia y pobreza han llevado al trabajo sexual.
De las trans poco se ha reconocido la importancia que tuvieron y siguen teniendo en la construcción de la igualdad y el reconocimiento de la diferencia y la unicidad, pero detrás de la marcha también aparecen otras sombras. Feministas solidarias con la causa, personas que salieron del closet públicamente, cientos de asesinados y líderes gay que, por el peso de sus acciones y sus críticas, apoyaron de manera significativa a la normalización de la homosexualidad en nuestras sociedades, se descartan e ignoran.
Sobre estos otros excluidos y excluidas llama la atención Juan Brasas en El Mundo de Madrid, quien afirmó el pasado 30 de junio “significados activistas que se entregaron por completo a la lucha por la igualdad de gays y lesbianas han sido marginados, e incluso objeto de conspiración, por parte de aquellos compañeros de lucha que han acumulado provecho personal y poder como resultado de la enorme proyección social y política que ha adquirido la cuestión gay en los últimos años”.
Por supuesto que no puede negarse su aporte positivo al movimiento LGBT y en la construcción de sus derechos pero como considera Brasas -quien es profesor de Ética social en la Universidad de California-, “ciertas organizaciones adquieren un papel hegemónico y un importante rol de liderazgo debido a sus estrategias de marketing, relegando a un segundo plano a otras organizaciones y personas, siendo estas ultimas sistemáticamente marginadas por los medios de comunicación”.
De un modo ciertamente injusto, dice Brasas, las organizaciones de provincia, con sus múltiples actividades, algunas de ramificaciones internacionales, permanecen invisibles a esos mismos medios y vedettes (organizaciones y personas). Afortunadamente y a pesar de esa dificultad para aparecer sigue dándose un activismo de base movido por personas idealistas y sin pretensión de ganancia personal.
Los partidos políticos también sacan ganancia de los LGBT y han descubierto en ellos un filón del cual extraer votos, pero fuera de exclusiones y partidismos se mantienen luchas comunes aun cuando pareciera que la lucha por los derechos civiles de las parejas del mismo sexo pertenece a un partido olvidando que sin importar el sector social, al organización o el partido al que pertenecen son las acciones de muchos y muchas las que han posibilitado lo poco que hasta ahora se ha logrado.
Este es un momento adecuado para recapacitar luego de la apoteosis de las marchas; la fuerza obtenida de esta presencia pública debe ser el impulso que permita eliminar toda forma de discriminación a la población de transexuales, transgéneros y demás transgresores/as sexuales, así como para reforzar lo que Brasas denomina un “activismo ético” cuyo objetivo sea la lucha por la justicia y no la ambición de poder.
Luto Homosexual sí, carnaval no
Muy cerca de mi se llevó a cabo una conversación entre un rumano y un colombiano asilado político, bueno realmente en España hay bastantes de los unos y los otros, éste como la gran mayoría de los rumanos trabaja en la construcción, actividad muy frecuente en quienes ingresaron ilegalmente a este país.
Le preguntó a mi amigo por qué llevaba el arco iris en una manilla en su mano izquierda y le respondió que era la bandera gay. El otro interpeló que todos los terremotos y cambios es el clima eran culpa de los homosexuales, porque dios estaba enojado ya que “el culo no es para eso”.
Él es ortodoxo, va a sus ritos y lee la Biblia; hábilmente mi amigo supuso que al igual que él consideraba a su interlocutor un pecador también él debería serlo. Le dijo que golpear a su mujer era pecado y aquel le respondió que eso no era verdad porque no estaba escrito en la Biblia. Le expuso que gastarse el dinero de sus hijos en licor era causa de “terremotos” y aceptó que así era. Le argumentó que ser infiel también era causa de “los cambios en el clima” y comprendió que él no era muy diferente de nosotros; era evidente que hablaba para ambos ya que yo también lucía con orgullo la manilla entregada por el grupo LGBT del PSOE a sus simpatizantes, en la marcha gay de Valencia, solo que junto a la mía estaba una cinta negra con la bandera gay.
Considerando que ciertas posiciones no nos permiten ver claramente la viga en el ojo propio y sí escandalizarnos y condenar a quienes tienen una paja en el suyo, me puse a pensar en qué se diferencia y encuentran las posiciones de los miembros y líderes espirituales de ciertas iglesias y de los líderes políticos en nuestro país con la de los LGBT en cuanto a sus derechos.
En este momento no me centro en saber si estos líderes son pecadores, ya que cada cual, sin importar la iglesia a la que pertenece tiene su propia conciencia y moral, así estas sea dobles o triples, y desde ella se juzga a sí mismo; lo que me preocupa es que desde esa moral se haga publica una ética, igualmente excluyente y segregadora de aquellos(as) a quienes consideramos la “causa de todos los males de nuestra sociedad”.
Hay una ética y una moral paramilitar, las hay tanto en las derechas como en los partidos y organizaciones políticas de centro y de las izquierdas, pero lo “acojonante” es que su “visión farisaica” de la sexualidad influye en las decisiones éticas y políticas que nuestros líderes toman a nombre del pueblo que los ha elegido o simplemente gracias a que han usurpado dicho poder.
Las excusas para no otorgar los derechos civiles en iguales condiciones a homosexuales y heterosexuales no se basan en la economía ni en la política exterior del país, para votar positivamente desde ambas posiciones hay suficientes argumentaciones a favor. Las decisiones de nuestros “padres y madres de la patria” son eminentemente emocionales, nada racionales y por ello las discusiones de dicho orden poco prosperan.
Emocionalmente algunos se hallan impedidos para votar no porque sean homosexuales o lesbianas, ya que algunos votaron en contra de sí mismos, de sus hijos e hijas y familiares, sino porque al hacerlo están aceptando la diversidad de criterio y de vida, puesto que votar a favor es hacerse aliado de un “enemigo político”, y muy especialmente, es reconocerse libre de pensamiento, palabra y omisión, y dicha libertad no la permiten ciertos jefes políticos, religiosos y económicos a quienes se les deben prebendas y favores.
No hay derechos civiles para las minorías sexuales en Colombia por desconocimiento, por ignorancia, porque el pensamiento judeocristiano moralista y excluyente está en la base de las emociones y son el motor de aquellas posiciones con las que nos negamos a aceptar al otro como un auténtico otro y por tanto libre de optar y de vivir, porque aceptar que ellos y ellas tienen derechos es reconocer que nuestra propia moralidad es endeble y nuestra propia ética se cae por el propio peso de sus razonamientos.
No hay que llorar sobre la leche derramada, pero también debo decir que los homosexuales y lesbianas no tenemos derechos porque no nos interesa tenerlos. Considero que si fuera así, en los días de las discusiones se hubieran abarrotado con nuestra presencia las barras del congreso, habido un caos en las oficinas de correos en todo el país por los millones de carta que hubiéramos escrito a los congresistas, congestionado las líneas telefónicas de todos los programas de opinión por los miles de llamadas que hubiéramos hecho, y la Internet no hubiera podido dar cabida a tanto correo circulante orientado a los senadores y representantes a la cámara de nuestro país.
Duelo LGBT
Los homosexuales y lesbianas no hemos centrado en nuestro propio ombligo, somos igualmente fariseos e hipócritas que esos otros lideres sociales, políticos y espirituales que votan en contra de nuestros derechos; si es no fuera así, no estaríamos preparando un carnaval sino el más contundente acto político jamás visto en nuestro país ya que este 28 de junio no podríamos celebrar en todas las ciudades, pueblos y veredas de Colombia y con la frente en alto el orgullo de ser gay dado que para estar orgulloso de ello hay que vivirlo plenamente y crear las condiciones para que así sea.
Esta celebración del día gay internacional no debe ser en Colombia un día de fiesta sino un día de duelo porque han muerto las ilusiones de unos cuantos, seguimos dando muerte a nuestros derechos, porque henos asesinado la libertad y la libre expresión de nuestros congéneres y en especial porque con nuestros actos estamos alentando la imposibilidad de la equidad y de la igualdad de derechos no solo para nosotros sino para todos los/las/les ciudadanos y ciudadanas.
Este día gay internacional a la bandera gay llevada con orgullo en nuestro pecho se debe agregar una cinta negra que demuestre que no estamos de fiesta sino que el luto que llevamos dentro y en un tardío acto político demuestra que seguimos vivos y que aun cuando tarde reconocemos que si no luchamos nosotros(as) mismos por nuestros derechos y acompañamos plenamente a quienes lo hacen, entonces ya nadie podrá hacerlo.
Este sábado 30 de junio estaré en Madrid acompañando la marcha que concentra a homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgeneristas provenientes de todo el continente “por la igualdad de toda Europa”, estaré de luto y acompañando en su tristeza a todos los líderes y todas las liderezas colombianos que han sufrido en su corazón el más profundo dolor al ver desgarradas sus ilusiones por la igualdad en toda Colombia.
Le preguntó a mi amigo por qué llevaba el arco iris en una manilla en su mano izquierda y le respondió que era la bandera gay. El otro interpeló que todos los terremotos y cambios es el clima eran culpa de los homosexuales, porque dios estaba enojado ya que “el culo no es para eso”.
Él es ortodoxo, va a sus ritos y lee la Biblia; hábilmente mi amigo supuso que al igual que él consideraba a su interlocutor un pecador también él debería serlo. Le dijo que golpear a su mujer era pecado y aquel le respondió que eso no era verdad porque no estaba escrito en la Biblia. Le expuso que gastarse el dinero de sus hijos en licor era causa de “terremotos” y aceptó que así era. Le argumentó que ser infiel también era causa de “los cambios en el clima” y comprendió que él no era muy diferente de nosotros; era evidente que hablaba para ambos ya que yo también lucía con orgullo la manilla entregada por el grupo LGBT del PSOE a sus simpatizantes, en la marcha gay de Valencia, solo que junto a la mía estaba una cinta negra con la bandera gay.
Considerando que ciertas posiciones no nos permiten ver claramente la viga en el ojo propio y sí escandalizarnos y condenar a quienes tienen una paja en el suyo, me puse a pensar en qué se diferencia y encuentran las posiciones de los miembros y líderes espirituales de ciertas iglesias y de los líderes políticos en nuestro país con la de los LGBT en cuanto a sus derechos.
En este momento no me centro en saber si estos líderes son pecadores, ya que cada cual, sin importar la iglesia a la que pertenece tiene su propia conciencia y moral, así estas sea dobles o triples, y desde ella se juzga a sí mismo; lo que me preocupa es que desde esa moral se haga publica una ética, igualmente excluyente y segregadora de aquellos(as) a quienes consideramos la “causa de todos los males de nuestra sociedad”.
Hay una ética y una moral paramilitar, las hay tanto en las derechas como en los partidos y organizaciones políticas de centro y de las izquierdas, pero lo “acojonante” es que su “visión farisaica” de la sexualidad influye en las decisiones éticas y políticas que nuestros líderes toman a nombre del pueblo que los ha elegido o simplemente gracias a que han usurpado dicho poder.
Las excusas para no otorgar los derechos civiles en iguales condiciones a homosexuales y heterosexuales no se basan en la economía ni en la política exterior del país, para votar positivamente desde ambas posiciones hay suficientes argumentaciones a favor. Las decisiones de nuestros “padres y madres de la patria” son eminentemente emocionales, nada racionales y por ello las discusiones de dicho orden poco prosperan.
Emocionalmente algunos se hallan impedidos para votar no porque sean homosexuales o lesbianas, ya que algunos votaron en contra de sí mismos, de sus hijos e hijas y familiares, sino porque al hacerlo están aceptando la diversidad de criterio y de vida, puesto que votar a favor es hacerse aliado de un “enemigo político”, y muy especialmente, es reconocerse libre de pensamiento, palabra y omisión, y dicha libertad no la permiten ciertos jefes políticos, religiosos y económicos a quienes se les deben prebendas y favores.
No hay derechos civiles para las minorías sexuales en Colombia por desconocimiento, por ignorancia, porque el pensamiento judeocristiano moralista y excluyente está en la base de las emociones y son el motor de aquellas posiciones con las que nos negamos a aceptar al otro como un auténtico otro y por tanto libre de optar y de vivir, porque aceptar que ellos y ellas tienen derechos es reconocer que nuestra propia moralidad es endeble y nuestra propia ética se cae por el propio peso de sus razonamientos.
No hay que llorar sobre la leche derramada, pero también debo decir que los homosexuales y lesbianas no tenemos derechos porque no nos interesa tenerlos. Considero que si fuera así, en los días de las discusiones se hubieran abarrotado con nuestra presencia las barras del congreso, habido un caos en las oficinas de correos en todo el país por los millones de carta que hubiéramos escrito a los congresistas, congestionado las líneas telefónicas de todos los programas de opinión por los miles de llamadas que hubiéramos hecho, y la Internet no hubiera podido dar cabida a tanto correo circulante orientado a los senadores y representantes a la cámara de nuestro país.
Duelo LGBT
Los homosexuales y lesbianas no hemos centrado en nuestro propio ombligo, somos igualmente fariseos e hipócritas que esos otros lideres sociales, políticos y espirituales que votan en contra de nuestros derechos; si es no fuera así, no estaríamos preparando un carnaval sino el más contundente acto político jamás visto en nuestro país ya que este 28 de junio no podríamos celebrar en todas las ciudades, pueblos y veredas de Colombia y con la frente en alto el orgullo de ser gay dado que para estar orgulloso de ello hay que vivirlo plenamente y crear las condiciones para que así sea.
Esta celebración del día gay internacional no debe ser en Colombia un día de fiesta sino un día de duelo porque han muerto las ilusiones de unos cuantos, seguimos dando muerte a nuestros derechos, porque henos asesinado la libertad y la libre expresión de nuestros congéneres y en especial porque con nuestros actos estamos alentando la imposibilidad de la equidad y de la igualdad de derechos no solo para nosotros sino para todos los/las/les ciudadanos y ciudadanas.
Este día gay internacional a la bandera gay llevada con orgullo en nuestro pecho se debe agregar una cinta negra que demuestre que no estamos de fiesta sino que el luto que llevamos dentro y en un tardío acto político demuestra que seguimos vivos y que aun cuando tarde reconocemos que si no luchamos nosotros(as) mismos por nuestros derechos y acompañamos plenamente a quienes lo hacen, entonces ya nadie podrá hacerlo.
Este sábado 30 de junio estaré en Madrid acompañando la marcha que concentra a homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgeneristas provenientes de todo el continente “por la igualdad de toda Europa”, estaré de luto y acompañando en su tristeza a todos los líderes y todas las liderezas colombianos que han sufrido en su corazón el más profundo dolor al ver desgarradas sus ilusiones por la igualdad en toda Colombia.
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