Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, Octubre de 2012
No me refiero a la lactancia materna, que
(por desgracia) muchas mujeres la abandonan olvidando que la leche de la madre
tiene todos los nutrientes que un bebé necesita, ayuda a que las mujeres
pierdan más rápidamente peso luego del parto y mejora los vínculos afectivos
madre/hijo, sino al sexo oral -que no es lo mismo que hablar de sexo-, que
parece estar de moda y no precisamente por eso de los vínculos.
Algunas
publicaciones femeninas recomiendan ingenuamente mirar a los ojos al hombre
felado.... es un error de principiantes, es como ir a una heladería de
moda, comer helado y mirar para el techo... me sorprenden por su
ingenuidad. Bueno, lo primero sería decirle a los lectores que no apaguen la luz, de lo contrario no se ve ni
m… así te
mates por mirarlo a los ojos; lo segundo, a quien le hacen felación, como dicen
en España, no tiene por qué intentar ahogar a la pareja con su pene, esto de
estar a punto de vomitar no es de “buen recibo”; tercero, estando de rodillas
en el piso no intentes chupar y mirar al mismo tiempo, evítate un dolor de nuca
insoportable.
Luego
presento instrucciones con más detalle y sobre todo basadas en la experiencia;
no me siento mal de decirlo: me encanta ¡Esto no es un promo!
De la oralidad y otros placeres
La
oralidad –no hago referencia a aprender a hablar bien en público- no es una
práctica frecuente o no por lo menos una práctica muy frecuente en las
relaciones genitales entre miembros de parejas heterosexuales, aun cuando sí
mucho más frecuente entre parejas del mismo sexo, ya
sea entre chicas o entre chicos.
Las
mujeres suelen catalogarla como algo “sucio” y algunas además las relacionan
con las trabajadoras sexuales; en esto tienen razón las chicas suelen ofrecer a sus clientes “tres
platos” como
parte de la negociación para una “comida completa”, pero usualmente los hombres
con poco tiempo o que desean obtener lo que en casa no incluye su dieta suelen
dirimirse por la fellatio, que no es un plato de la gastronomía italiana sino a
eso que en el lenguaje castizo y cotidiano se denomina mamada.
Sexo oral de película
El
porno video y el cine X, tanto en su versión heterosexual como lésbica y
homosexual le han dado un gran énfasis al sexo oral, desde los inicios de la
industria pornográfica. Para los buenos amantes del cine hay escenas memorables
de mamadas heterosexuales como las de Boogie Nights, de trabajos grupales u
orgías que llaman como en Calígula (1979); ligadas a la homosexualidad mal
asumida como sucede en Phillip Morris ¡Te quiero!; centradas en el cunnilingus
lésbico tal y como se ve en el Cisne negro (2011); o en el cunnilingus
heterosexual de Jade (1995). Tanto en el cine como en la vida real hay
que tener cuidado con los piercings tal y como se pudo ver en La cosa más dulce
(2002).
Ahora bien si de hacerlo muy bien se trata (incluyendo otros platos y postres) hay que leer y ver al más clásico de los clásicos: Historia de O -Histoire d'O- todo un betseller de la literatura (1954) y el cine erótico (1975). Y si lo que se quiere es solo aprender muy bien la técnica de la fellatio, no se puede dejar de ver Garganta Profunda -Deep Throat- (1972), la más clásica de todas las clásicas películas pornográficas, que además fue exhibida en todo tipo de salas cinematográficas y protagonizada por Linda Lovelace. Para aprender a hacerlo como estrella de cine con amplia experiencia van aquí algunos consejitos.
Sobre cómo mamarlo bien
Muchas
mujeres no aprecian lo divertido que puede ser, pero para quienes lo han/lo
hemos hecho, chupar el pene a un hombre o recibir una buena lamida es uno de
los más grandes placeres a experimentar, tanto que algunos hombres intentan hacérselo ellos mismo ¡y lo logran! Bueno, algunas mujeres también se
auto-estimulan oralmente.
Somos
muchas las personas a las que nos da asco el olor del pene, una buena manera de
neutralizarlo es jugando en la ducha. De ser posible nunca limpies el pene
¡lávalo! o envíalo a que lo haga. El agua y el jabón siempre serán buenos
aliados, enjabónalo bien y utiliza las bondades del jabón como un lubricante
para masturbarlo. Explora a fondo su miembro, enjuágalo y chúpalo mientras
estás atenta a sus reacciones.
Ten en
cuenta que una buena higiene es importante para volver excitante la situación,
no hay nada más molesto que sentir el olor fuerte del esmegma (secreción de las
glándulas prepuciales). Una buena afeitada es igualmente importante si eres un
hombre que gusta de realizar el sexo oral a otro hombre, porque la fricción de
la barba con el glande es supremamente desagradable para la mayoría de los
hombres, aun cuando sé que a algunos les excita.
Es triste pensar que siendo algo tan
placentero no sepamos hacerlo bien, así que luego de mucha
«investigación de campo», les cuento algunos secretitos.
Antes
que nada, nunca vuelvas a comenzar por el final, no te lances de una a meter el
glande en la boca ¡ese es el último paso!
Lo
primero que debes lograr es producir una muy buena erección. Si aún está puesta
la ropa, desliza las manos suavemente sobre el paquete, abre lentamente su bragueta
y sigue acariciándolo; es mejor si estás de rodillas y entre sus piernas.
Si la
persona se excita con facilidad en pocos segundos estará lista, si él es
nervioso, su pene puede estar aún doblado dentro de sus calzoncillos. Mantén
agarrado su pene y sube a su cara y bésale. Observa si puedes sentir una
respuesta; todo movimiento ascendente en su pene es un buen signo.
Ahora
sácale el miembro y mira cómo está. Si está tieso, lo estás haciendo bien; en
otro caso acaricia suavemente los testículos (a algunos les gusta algo fuerte,
no te excedas sin consultar previamente). Sujétalos con tu mano menos diestra y
con la más hábil toma su pene. Apriétala poco a poco, con presión moderada como
si estuvieras masturbándole y prepárate para chupar.
Humedece
con la lengua tus labios; es excitante ver hacer este movimiento de lengua, así
que déjalo ver mientras lo haces.
¿Quién
no se ha comido un helado en cono, barquillo o cucurucho? Si tú lo has hecho,
ya tienes algunos puntos ganados...
No lo
lleves aun a la boca: un poco de espera produce una agradable
tensión. Acércate al glande, respira fuerte sobre él, sóplale con tu
aliento tibio. Saca tu lengua de nuevo y tócale con ella, cambiando la
velocidad del movimiento que puede ser de un lado a otro o haciendo círculos.
Combínalos.
Gira tu
cabeza de lado y simula morderle suavemente colocando tus dientes en su balano
(la parte larga del pene), como si estuvieras comiéndote una mazorca. Mientras
haces lo anterior no olvides estimular los testículos.
Detrás
de los testículos hay un lugar muy sensible: el «ni es», que está justo antes
del ano partiendo de la base del pene. Puedes tocarle allí con la lengua o
estimular con la yema de los dedos. En ese lugar queda justo el origen del
músculo que causa la erección.
No olvides tocar con la lengua el contorno del glande, ésta es la parte más sensible del pene.En el frenillo igualmente se debe acariciar con la lengua, incluso algunos hombres son más sensibles allí. Insiste además en poner la punta de la lengua en el orificio del centro, de la parte más saliente del glande; pero no chupes su «cabeza» aún.
Después
de jugar un buen tiempo tocando, mordiendo, lamiendo el balano, toqueteando su
glande ya es hora de poner su glande en tu boca.
Mira si
brota un líquido claro del orificio. Si esto sucede es el momento de aplicar tu
decisión sobre qué tipo de riesgos deseas asumir, pues el líquido
pre-eyaculatorio tiene una baja presencia del virus que causa el sida (VIH). Si
no quieres correr riesgos, es hora de poner el condón con la boca o con la
mano. De lo contrario continua con el juego, tal y como vas.
Ya es hora de ponerte ese delicioso «helado»
dentro de tu boca. Mete
toda su «cabecita» en tu boca caliente. Mantenla allí. Estimula su glande con
el roce de tus dientes, mientras su pene entra y sale de tu boca.
Ahora
trata de poner todo su pene dentro de tu boca. No te excedas, hazlo lentamente.
Él querrá profundizar más en tu garganta. No le dejes imponerse, pues si no
estás mentalmente preparada/o sentirás «horcadas» y ganas de trasbocar.
Si
doblas tu cuello apropiadamente, haciendo que desde tu boca hasta la faringe
haya un conducto recto, el pene puede entrar completamente, tal y como lo hacía
su protagonista en el film «Garganta profunda». No intentes respirar por la
boca mientras haces esto, sentirás que te ahogas, debes respirar por la nariz.
Moviéndote
tan rápido como tu pareja pueda resistir sin eyacular, desliza tu boca sobre su
pene de arriba hasta abajo como si estuvieras «Tirándotelo». Recuerda que hay técnicas sobre cómo retardar la eyaculación que puedes aprender en este artículo
sobre masturbación, este es un buen momento para aplicarlas.
No es
recomendable la práctica oral durante mucho tiempo; es mejor parar un poco,
jugar eróticamente de otras formas y luego continuar, pues hay un momento en
que se siente en el pene un «adormecimiento», se pierde un poco de sensibilidad
y por tanto, ya no se disfruta igual.
Tragar o no tragar el se-men es una decisión
particular, de ahí que previamente hayamos hablado del condón… ah, es
mejor hacerlo con uno que tenga saborizante. Los estudios demuestran que el
sabor de éste cambia con la dieta alimentaria, así que comidas muy
condimentadas producen un sabor fuerte y comidas dulces y frutas producen un
sabor y fragancia más agradable, para la mayoría de personas.
Ten
cuidado de retroceder un poco cuando sea el momento de la eyaculación, un
hombre excitado incrementa el movimiento y la fuerza de su movimiento
«penetrativo». Si lo prefieres ten una toallita a mano para que la eyaculación
se produzca en este elemento.
Si no
te gusta chuparlo, recuerda que es tu decisión y no la de tu pareja; pero él
estará, muy seguramente, interesado no sólo en que lo hagas, sino en que lo
hagas bien. De todas formas recuerda que es tu derecho no hacer lo que no
deseas, así sea del gusto de tu pareja.
Para
concluir: si eres el dueño del pene, debes saber que para muchas personas es
supremamente molesto sentir unas manos sobre la cabeza, ejerciendo presión. Es necesario tener muchos acercamientos a la
práctica para volverse experto/a, así que ten paciencia y disfruta los avances
logrados.
Séxitos en tus prácticas… y recuerda:
la práctica hace al maestro, o a la maestra!!
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