jueves, 19 de julio de 2007

El horror de nacer mujer

Christine Ockrent presenta en la TV, desde hace nueve años, un programa semanal de política llamado "France-Europe-Express". Ella se ha visto envuelta en una reciente discusión política relacionada con las mujeres periodistas y sus maridos influyentes en el nuevo gobierno francés. Discusión que nunca se da cuando las mujeres son quienes detectan cargos importantes y sus maridos trabajan en los medios, y que es una demostración de la iniquidad y exclusión social a las mujeres.

Esto ultimo lo ha hecho notar Christine en sus respuestas a la revista “Yo Dona”, a la que ha dicho "Mi identidad profesional y personal existe independientemente de la de mi pareja, y soy ya mayorcita para tomar mis propias decisiones".

Para Ockrent la "increíble hipocresía" aparece si sólo hablan de ética profesional y deontología cuando se trata de las mujeres. Según ella, "Esto revela un sexismo completamente anacrónico. Me indigna, porque lo que esto implica es que se considera a la mujer como un ser débil, influenciable, incapaz de pensar por sí mismo. Los hombres son igualmente influenciables y yo todavía estoy esperando a que un hombre sacrifique su carrera porque perjudica a la de su mujer. ¡Eso no ocurre, nunca, siempre son ellas las que tienen que desaparecer o difuminar su personalidad!".

Ockrent hace hincapié sobre su posición afirmando "Mi generación ha luchado mucho por conquistar su independencia y no vamos a abdicar ahora. ¿Qué pretenden que hagamos, que regresemos a casa a hacer punto o que presente yo un programa de cocina? Porque eso sí sería verdaderamente peligroso, porque de cocina sí que no sé nada".

Su visión sobre el horror de nacer mujer se evidencia en “El libro negro de la condición de la mujer: Panorama de la situación de la mujer en el mundo actual”, dirigido por ella, coordinado por Sandrine Treiner y traducido al castellano por Manuel Monge (distribuido por Aguilar, 2007).

Este libro, que ya se consigue en América Latina y España, está constituido por artículos, retratos, testimonios, estudios internacionales y es un profundo análisis sobre la condición de la mujer hoy en día.

El libro debiera ser de lectura obligatoria para hombres y mujeres, pero en especial para todo(a) aquel/la cuya acción política, educativa, mediática o social esté ligada a la comprensión de las relaciones sociales, porque como puede leerse en el libro, toda relación entre seres humanos está afectada por la visión, experiencia, explicación y emoción que nos produce ser mujer, pensar a la mujer o actual junto o al lado de ellas.

El texto nos muestra con infinidad de argumentos que no es verdad que exista la igualdad entre las mujeres y los hombres, porque las mujeres siempre serán las primeras víctimas.

El libro nos deja una interesante y profunda reflexión: Ya sea en el primero, segundo o tercer mundo, no importa, la vida de las mujeres sigue siendo insoportable e inhumana. No hay excusa para el asesinato, incineración, lapidación, tortura, mutilación, violación o cualquier otra forma de vulneración física, emocional, social o política a las mujeres. No puede justificarse una vulneración a los derechos fundamentales excusándose en que hacerlo es una cuestión cultural, religiosa o una costumbre.

1 comentario:

Angie Simonis dijo...

Los hombres deben cambiar YA!!
Es anacrónico e inaguantable que después de un siglo de luchas y reivindicaciones de las mujeres, de profundos cambios sociopolíticos, de modernización de la cultura, todavía sean las mujeres las que se levanten primero para recoger los platos de la mesa, todavía haya machotes que asesinen a sus parejas cuando les abandonan hartas de sus malos tratos, todavía regalen barbies a las niñas y cochecitos a los niños, mujeres con velo, mujeres con el clítoris mutilado, mujeres contagiadas del sida por violación... la lista es tan larga que no acabaría nunca.
Así que hago un llamamiento a los hombres para que cambien su percepción del mundo y dejen de pensar que ser fuerte es ser mejor que ser humano, luchar es mejor que dialogar, competir mejor que cooperar.
Es es pensamiento masculino lo que tiene que cambiar para que logremos entre tod@s una sociedad más justa.