sábado, 11 de julio de 2009

El condón: tan seguro y efectivo como tú mismo

Manuel Velandia de GaiPress
España

Como parte del grupo de artículos para la vida sexual placentera denominado Kamasutra, escribe sobre algunos mitos con relación al uso del condón que se presentan como desventajas, mostrando qué es lo que realmente sucede y como ello ayuda a la duración del acto penetrativo.

Mitos sobre el uso del condón
Es frecuente pensar que el condón es un impedimento para el disfrute sexual; se dice que para usarlo es necesario frenar el juego sexual y romper el encanto de la situación, que es una barrera entre las dos personas y que se pierde la sensibilidad.

Quienes esto afirman tendrían que reflexionar sobre si la ignorancia puede ser una excusa para atentar contra nuestra vida o la de otras personas.

Por supuesto el condón es una barrera, pero no una barrera contra el amor, sino contra los microorganismos que son los agentes causales de diversas infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH, el virus que causa el sida.

Las paredes de un condón son supremamente delgadas, el espesor de una pared simple debe estar en el rango de 0,04 a 0,09 milímetros, así que si alguien se pone algo tal delgado y no siente, muy seguramente se lo quita y tampoco sentirá nada.

Al usar el condón no sólo no se pierde la sensibilidad, sino que además por sus propias condiciones de uso hace que la erección dure por más tiempo, pues la argolla que luego de su postura queda en la base del pene, actúa como un cook ring evitando que la sangre que enerva el pene se devuelva con facilidad.

Por otro lado un condón puesto sobre el pene retarda la eyaculación, debido a la permanente presión que el preservativo ejerce abajo del frenillo en el conducto seminal, justo debajo del surco balano prepucial (la parte más hendida del pene). Estas dos cualidades para quien no las conoce le hacen pensar a muchos hombres que pierde sensibilidad por incrementarse el tiempo de la penetración y el de la eyaculación.

Antes de usar un condón fíjate que el empaque no presente imperfecciones, que tenga una cámara de aire en su interior, que no presente variaciones en su color y que no haya pasado su fecha de vencimiento o caducidad.

Nunca abras el empaque del condón con los dientes ni con las uñas, es mejor hacerlo con la yema de los dedos y por los ángulos o ranuras que el empaque posee en la parte superior o inferior.

El condón se debe guardar en un lugar fresco y con poca luz solar, ya que las altas temperaturas dañan el látex del que están fabricados. El mejor lugar para guardarlo por su temperatura ideal, es la mantequillera en la nevera; pero igual, puedes llevarlo en una condonera o en un lugar en el que no se corra el riesgo de pinchar el empaque y romper en preservativo. Nunca los lleves en la guantera del auto, tampoco en la billetera, porque al sentarse sobre él, sacas el aire de empaque y esto reseca el látex, haciendo que se craquéele fácilmente.

Nunca uses para la penetración en la que usas un condón de látex, lubricantes con base de aceite mineral, derivados del petróleo, vaselinas o cremas de manos. Usa únicamente lubricantes solubles en agua, tienen la ventaja adicional de que si se seca un poco la lubricación, al adicionar unas dos o tres gotas de agua, recobra su utilidad como lubricante.

Se recomienda que al penetrar analmente con condón, nunca lo hagas sin lubricante. En una penetración vaginal, la lubricación natural es suficiente si previamente ha habido el juego erótico necesario.

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