Por Manuel Velandia
Junio de 2009, España
Los miembros de la “bancada de Dios” pertenecen a diferentes partidos políticos y hacen parte de distintas Iglesias cristianas, pero en el momento de chantajear al Ministro del Interior y al Presidente Uribe son una sola voz; una voz que no duda en discriminar cuando se trata de expresar el odio contra los homosexuales.
La historia es la siguiente: el senador Armando Benedetti ha presentado un Proyecto de Ley con el que se busca que las minorías reciban más garantías para acceder a la política, dando incentivos económicos a los partidos políticos que faciliten el acceso político a -por lo menos- la comunidad de homosexuales del país. Esta es la versión amanerada (tergiversada) de la “bancada de Dios”, porque realmente el proyecto daría incentivos para que los partidos incluyan en sus listas a mujeres, jóvenes, negros, indígenas y población LGBT.
Uribe ha sido presionado por el Senador cristiano Víctor Velásquez Reyes, quien se opone al proyecto porque incluye a la comunidad gay; igual presión ha recibido el Ministro Valencia Cossio, por parte de la senadora cristiana Claudia Rodríguez de Castellanos, en consecuencia el presidente y su ministro han aceptado quitarle el apoyo al inciso aprobado por la Comisión Primera del Senado y la bancada uribista está concertando varios cambios en la iniciativa inicial. En su chantaje la “bancada de Dios” les ha dicho que si no aceptan, no acompañarían ni el referendo ni la reforma política.
Según la página Web de CM&, Valencia Cossio ha tratado de presionar infructuosamente al autor del proyecto, a quien incluso le ha pedido que lo retire, porque pone en peligro la aprobación del referendo y la reforma política. “Benedetti se negó. El ministro Valencia tendrá que anunciar públicamente la oposición del Gobierno a esa iniciativa, claro está, con el repudio de cuatro millones de homosexuales que hay en Colombia”.
Claudia de Castellanos es el equivalente en versión colombiana y “sucia” de Anita Bryant, la mala mujer que se dedicaba a atacar a los gay desde la iglesia cristiana y que era archi enemiga de Harvey Milk (el de la película, primer líder visible del movimiento gay elegido para un cargo público en los años 70, en Estados Unidos). Según la Revista Cambio, “la senadora y su esposo rindieron versión libre en la Fiscalía el 18 de abril de 2006 para explicar el origen de sus bienes. Siete meses después, el 17 de noviembre, un fiscal de la Unidad Antinarcóticos redactó el informe 311556 en el que dejó constancia de que los esposos Castellanos presentaban un incremento injustificado de su patrimonio: 82 millones de pesos”; conseguidos, probablemente, por obra y gracia de la mano poderosa de Dios o del narcotráfico, porque la unidad que investiga el enriquecimiento ilícito de estos “pastores” fue la que los investigó.
Nuestra “Anita Bryant” es especialista en proyectos chimbos, de esos que se presentan por presentar, pero que son tan faltos de seriedad que sólo logran desgastar al sistema legislativo en vez de ser un aporte para la sociedad". Según CM&, la senadora cristiana “presentó un proyecto que obliga a trasladar a una estación de policía a todo ciudadano que sea hallado en estado de «euforia o excitación». El diccionario define un estado de euforia como de «satisfacción». No se sabe si contagiados o no por la ola de conservadurismo de los gobiernos europeos o del colombiano, pero estalló una inundación de presentación de proyectos que envidiaría el mismísimo monseñor Escrivá de Balaguer”.
Debe ser que esta es otra forma cristiana de atacar a quienes disfrutan plenamente de su vida sexual, pero la euforia no sólo la gozamos los homosexuales, o será una ayudita para aplazar el gustico del que habla Uribe.Típica maniobra sucia de los políticos cristianos, que de dientes para afuera promueven el amor al prójimo, bajo las sábanas lo practican, y en el Congreso lo niegan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario