sábado, 14 de abril de 2012

Vendo cama, motivo Alberto

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, Abril 2012
Qué papel debe jugar una red virtual LGTBI, es la pregunta detrás de un debate que se sucede en una de las redes colombianas, luego de que una participante anunciara que desea vender su nevera. Un debate que no es nada nuevo, ni mucho menos exclusivo de las minorías sexuales o de Colombia.
En esa violencia tan macha que hay en Colombia, en una red en la que hay pocos nodos y si muchos satélites, en un país lleno de líderes que no cuentan con el reconocimiento público que los asume como tales, lo que más me preocupa no es que alguien quiera vender una nevera sino que a nadie le molesta que much*s de los participantes de las redes y asociaciones (much*s más fuera de ellas) se vean obligad*s a vender el cuerpo.
Nadie sabe con la sed que otro bebe, a nadie le importan las necesidades que alejan las presencias físicas  y virtuales. A dónde queda el respeto por las emocionalidades, en dónde se fundamentan conceptualmente las lógicas con las que pretendemos tachar las prácticas de algunos.
En dónde queda la capacidad para amar, ser solidario, acompañar a los otr*s en las crisis emocionales, laborales, políticas, intelectuales, económicas… El problema en la red no es la venta de una nevera, el problema real es por qué alguien necesita venderla. El conflicto surge cuando nos atrevemos  a pensar que nuestras necesidades, cualesquiera que estas sean, son superiores a las de l*s demás; cuando no vemos sino el cartel y no al ser humano que lo coloca.
¡Me importa un culo! dicen algunos colombian*s, y claro que nos importa, pero aun así nos negamos a la participación autentica y de auténticos seres human*s en las redes. Que lo que nos motive sea el amor y no la indiferencia, porque esta es la forma más violenta de desconocer al otr*, pero sobre todo de perdernos espacios para crecer. Me pregunto cómo reaccionarían algún*s ante mensajes que recibimos en otras redes en las que alguien comunica abiertamente El pene de mi novio es de alrededor unos 17 cm de largo y unos 15 de ancho, también esto me da miedo ya que es un poco grueso y siento que puede lastimarme. En verdad el intestino, o más bien el recto es tan delicado como para perforarse con una penetración no muy vigorosa por un pene?  Por favor, estoy desesperado y necesito respuestas de personas que saben del tema. Me he cansado de buscar. También me gustaría saber si piensas que deba visitar a un experto, ya sea un sexólogo, psicólogo o  proctólogo que pueda disipar mis miedos”.
Que interesante que en una red alguien entienda que puede contar conmigo, que asuma que yo puedo ayudarle a resolver una situación que le genera crisis. Qué bueno sería que cuando alguien venda su cama, como mínimo nos preguntemos cómo pesa el vacío que dejó en ella la muerte de su amado “Alberto”.

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