jueves, 7 de noviembre de 2013

Redefiniendo la homosexualidad

Manuel Antonio Velandia Mora
España, noviembre de 2013

La Identidad, orientación sexual y nuevas definiciones de las homosexualidades

La vivencia personal de la temporalidad y espacialidad determinan una forma particular de asumir el mundo a la cual llamamos identidad.
El mundo es relacional y los seres humanos (sistemas) que lo componen tienen identidad en virtud del tipo de relaciones que establecen y en las cuales están inmersos, como también de las propias e inherentes particularidades que nos permiten distinguirnos y diferenciar a los/as demás.
La identidad es ilusión porque si comprendemos que la realidad se construye desde una manera de explicar el mundo, y sabemos que esta no necesariamente tiene que ser objetiva sino que es constitutiva (cada uno lo explica desde su propio uni-verso), entonces, comprendemos que el criterio de validez de la realidad del otro o la otra se da a partir de la efectividad que pueda tener para el/la observador(a) y de las condiciones en que dicho observador ve o escucha.
Se identifica a los otros o las otras no por lo que son sino por lo que quien los está identificando asume que ell*s son.
Reconocer-se en la posibilidad del cambio, de la movilidad generada a partir de las relaciones que establecemos, los territorios de los que hacemos parte, del paso del tiempo en nuestra existencia, de la cultura y la sociedad de la que hacemos parte. De ahí la importancia de reconocer-se persona única, irrepetible, trascendente, evolutiva, dinámica e histórica que construye futuro en su cotidianidad, y por tanto con una sexualidad única.
La identidad puede considerarse como la emergencia de una construcción, no siempre consciente, que afecta los procesos de socialización del sujeto; la identidad emerge de la vida cotidiana, más específicamente de la educación (formal y no formal) que provee a la personas los referentes del "deber ser" de la identidad. Dichos referentes están basados en la cultura, son propios de una sociedad y tiempo determinados, y están afectados por los procesos de interrelación e interdependencia del individuo.

Las identidades sexuales

La identidad además de móvil, es múltiple: particular, social, de socialización. El proceso por el cual la sociedad identifica sexualmente al individuo se llama Identidad Social Sexual.
La sociedad ha creado un patrón «ideal» de identidad sexual: el heterosexual, macho, masculino y falocrático; desde éste modelo, quien asuma una identidad diferente a la preestablecida socialmente, se convierte necesariamente en un ser «diferente», y por tanto marginal.
Ello ha «justificado» que para algunos individuos la identidad sexual particular y la identidad sexual social no estén «sintonizadas» por ello se construye una identidad de socialización que se acopla a las exigencias propias del intercambio social, del contexto ecosistémico y cultural relacional.

La orientación sexual

Es una manifestación de origen genético, pero no heredado, por tanto no es innata, por el gran peso que en su definición tiene la cultura.
La herencia genética es la manera en que se transmiten, de generación en generación, las características fisiológicas: morfológicas y bioquímicas de los seres vivos. No es innata la homosexualidad porque No ha nacido con el sujeto, sino se ha construido culturalmente y a partir de la experiencia y la educación.
La homosexualidad es una construcción social que se suma a la estructura biológica; la homosexualidad es además ecosistémica, es decir propia de cada tiempo, espacio y cultura.
La homosexualidad y la lesbianidad se producen cuando la persona hace conciencia identitaria. Quienes follan con otros hombres o con otras mujeres y no le dan el nombre de práctica homosexual o lésbica a su disfrute no son homosexuales o no son lesbianas, son hombres que follan con otros hombres o mujeres que tienes relaciones genitales con otras mujeres.
Así haya una predisposición biológica si no le dan rienda a su deseo, erotismo, genitalidad, afectividad y tienen conciencia de ello, no son homosexuales.
La homosexualidad es solo un nombre que explica vivencias diversas, si se les pide a muchos homosexuales que definan qué es su homosexualidad, se observará que cada uno vive la propia y desde su vivencia define su identidad; igual sucede con la lesbianidad.

Nuevas definiciones para las orientaciones sexuales

Se denomina orientación sexual homosexual a la de un hombre (biológico, optado o transformado) que orienta sus deseos, afectos, genitalidad y eroticidad, a partir de manifestaciones homodeseantes, homoeróticas, homoafectivas y homogenitales, hacia otro hombre biológico, optado o transformado; fundamentándose para ello en su deseo, erotismo, afectividad, genitalidad y/o la conciencia que tiene de dicha orientación.
Se denomina orientación sexual lésbica a la de una mujer (biológica, optada o transformada) que orienta sus deseos, afectos, genitalidad y eroticidad, a partir de manifestaciones lesbicodeseantes, lesbicoeróticas, lesbicoafectivas y lesbicogenitales, hacia otra mujer biológica, optada o transformada; fundamentándose para ello en su deseo, erotismo, afectividad, genitalidad y/o la conciencia que tiene de dicha orientación.
El erotismo hace referencia a la capacidad que tienen determinadas partes del cuerpo de convertirse en zonas de placer y señala igualmente la excitación que produce un estímulo. Rebasa la esfera de lo genital y se amplía hasta las esferas de socialización y la cultura. La eroticidad lleva inmersos unos referentes relacionados con los sentidos, o más concretamente con lo que se ha visto, oído, tocado, degustado u olfateado. Se puede recibir estímulo de diferentes situaciones y cosas que pueden atraer la atención, como por ejemplo, del cine, la literatura, las fragancias, las texturas, las situaciones, los objetos.
Lo erótico es una elaboración superior del deseo, no solamente es imaginado sino que puede ser practicado; implica un proceso que tiene relación directa con el disfrute o displacer que produce satisfacerlo o no. Lo erótico posee una carga, al deseo no siempre se le pone un cuerpo, a lo erótico sí. Se desea ser acariciado por una mano, sin que necesariamente importe el hombre o la mujer de la que cuelga la mano.
Según Camilo José Cela, el erotismo es "...el apetito sexual contemplado en sí mismo o en función de los signos, las zonas erógenas, situaciones y objetos capaces de fijar su atención o despertarlo de su sueño. Es la exaltación -y aún la sublimación- del instinto sexual, no siempre ligada a la función tenida por sexual (genital)...". 
El erotismo implica el reconocimiento propio y de la pareja en toda su extensión y no únicamente en su función genital. El erotismo no siempre está mediado por el amor, lo está por la necesidad del disfrute. Incluso en muchas ocasiones se vivencia como una experiencia ajena al otro o a la otra.
Para la Real Academia Española de la lengua “... el amor hace alusión a la atracción de un sexo hacia otro”. Hacer el amor, según la misma academia, hace referencia al acto “sexual”, es decir a la cópula; es un eufemismo de antigua utilización. Como el concepto de amor suele vincularse a contenidos genitales (algunas personas se refieren a las relaciones genitales como “hacer el amor”), sin embargo se prefiere hacer referencia al concepto de afectividad para hablar de la vinculación emocional entre dos personas, cualquiera que sea su sexo u orientación sexual.
Afectividad es el conjunto de sentimientos y emociones de una persona. Sentir afecto por alguien no conlleva una reciprocidad ni se fundamenta en la posibilidad del intercambio genital, aun cuando puede estar acompañado de este.
La genitalidad es un componente fundamental de las sexualidades. Se refiere a la posibilidad del intercambio genital entre dos personas. Inicialmente el concepto de genitalidad -del latín genitalis; apto para la generación- hacía referencia a la posibilidad de la cópula hombre-mujer.  Sin embargo, la acepción actual abarca en su definición lo relativo a ella o a los órganos que la posibilitan, y no implica necesariamente la penetración.
Al hablar de genitalidad se hace referencia a cualquier expresión comportamental sexual en la que hay contacto con los genitales de otra persona, en pareja o grupalmente. Tocar los senos o el pecho, acariciar el cuerpo en lugares extragenitales no es una práctica genital sino una práctica erótica. Una de los fines de la genitalidad además de la obtención de placer es la reproductividad.

Cabe aclarar que no es correcto hablar de homosexualismo o lesbianismo, ismo es doctrina, sistema, escuela o movimiento y las homosexualidades y las lesbianidades no lo son. 

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