Manuel Antonio Velandia Mora
España, noviembre de 2013
La Identidad, orientación sexual y nuevas definiciones de
las homosexualidades
La vivencia personal de la temporalidad y espacialidad
determinan una forma particular de asumir el mundo a la cual llamamos
identidad.
El mundo es relacional y los seres humanos (sistemas) que lo
componen tienen identidad en virtud del tipo de relaciones que establecen y en
las cuales están inmersos, como también de las propias e inherentes
particularidades que nos permiten distinguirnos y diferenciar a los/as demás.
La identidad es ilusión porque si comprendemos que la
realidad se construye desde una manera de explicar el mundo, y sabemos que esta
no necesariamente tiene que ser objetiva sino que es constitutiva (cada uno lo
explica desde su propio uni-verso), entonces, comprendemos que el criterio de
validez de la realidad del otro o la otra se da a partir de la efectividad que
pueda tener para el/la observador(a) y de las condiciones en que dicho
observador ve o escucha.
Se identifica a los otros o las otras no por lo que son sino
por lo que quien los está identificando asume que ell*s son.
Reconocer-se en la posibilidad del cambio, de la movilidad
generada a partir de las relaciones que establecemos, los territorios de los
que hacemos parte, del paso del tiempo en nuestra existencia, de la cultura y
la sociedad de la que hacemos parte. De ahí la importancia de reconocer-se
persona única, irrepetible, trascendente, evolutiva, dinámica e histórica que
construye futuro en su cotidianidad, y por tanto con una sexualidad única.
La identidad puede considerarse como la emergencia de una
construcción, no siempre consciente, que afecta los procesos de socialización
del sujeto; la identidad emerge de la vida cotidiana, más específicamente de la
educación (formal y no formal) que provee a la personas los referentes del
"deber ser" de la identidad. Dichos referentes están basados en la
cultura, son propios de una sociedad y tiempo determinados, y están afectados
por los procesos de interrelación e interdependencia del individuo.
Las identidades sexuales
La identidad además de móvil, es múltiple: particular,
social, de socialización. El proceso por el cual la sociedad identifica
sexualmente al individuo se llama Identidad Social Sexual.
La sociedad ha creado un patrón «ideal» de identidad sexual:
el heterosexual, macho, masculino y falocrático; desde éste modelo, quien asuma
una identidad diferente a la preestablecida socialmente, se convierte
necesariamente en un ser «diferente», y por tanto marginal.
Ello ha «justificado» que para algunos individuos la
identidad sexual particular y la identidad sexual social no estén
«sintonizadas» por ello se construye una identidad de socialización que se
acopla a las exigencias propias del intercambio social, del contexto
ecosistémico y cultural relacional.
La orientación sexual
Es una manifestación de origen genético, pero no heredado,
por tanto no es innata, por el gran peso que en su definición tiene la cultura.
La herencia genética es la manera en que se transmiten, de
generación en generación, las características fisiológicas: morfológicas y
bioquímicas de los seres vivos. No es innata la homosexualidad porque No ha
nacido con el sujeto, sino se ha construido culturalmente y a partir de la
experiencia y la educación.
La homosexualidad es una construcción social que se suma a
la estructura biológica; la homosexualidad es además ecosistémica, es decir
propia de cada tiempo, espacio y cultura.
La homosexualidad y la lesbianidad se producen cuando la
persona hace conciencia identitaria. Quienes follan con otros hombres o con
otras mujeres y no le dan el nombre de práctica homosexual o lésbica a su
disfrute no son homosexuales o no son lesbianas, son hombres que follan con
otros hombres o mujeres que tienes relaciones genitales con otras mujeres.
Así haya una predisposición biológica si no le dan rienda a
su deseo, erotismo, genitalidad, afectividad y tienen conciencia de ello, no
son homosexuales.
La homosexualidad es solo un nombre que explica vivencias
diversas, si se les pide a muchos homosexuales que definan qué es su
homosexualidad, se observará que cada uno vive la propia y desde su vivencia
define su identidad; igual sucede con la lesbianidad.
Nuevas definiciones para las orientaciones sexuales
Se denomina orientación sexual homosexual a la de un hombre
(biológico, optado o transformado) que orienta sus deseos, afectos, genitalidad
y eroticidad, a partir de manifestaciones homodeseantes, homoeróticas,
homoafectivas y homogenitales, hacia otro hombre biológico, optado o
transformado; fundamentándose para ello en su deseo, erotismo, afectividad,
genitalidad y/o la conciencia que tiene de dicha orientación.
Se denomina orientación sexual lésbica a la de una mujer
(biológica, optada o transformada) que orienta sus deseos, afectos, genitalidad
y eroticidad, a partir de manifestaciones lesbicodeseantes, lesbicoeróticas,
lesbicoafectivas y lesbicogenitales, hacia otra mujer biológica, optada o
transformada; fundamentándose para ello en su deseo, erotismo, afectividad,
genitalidad y/o la conciencia que tiene de dicha orientación.
El erotismo hace referencia a la capacidad que tienen
determinadas partes del cuerpo de convertirse en zonas de placer y señala
igualmente la excitación que produce un estímulo. Rebasa la esfera de lo
genital y se amplía hasta las esferas de socialización y la cultura. La
eroticidad lleva inmersos unos referentes relacionados con los sentidos, o más
concretamente con lo que se ha visto, oído, tocado, degustado u olfateado. Se
puede recibir estímulo de diferentes situaciones y cosas que pueden atraer la
atención, como por ejemplo, del cine, la literatura, las fragancias, las
texturas, las situaciones, los objetos.
Lo erótico es una elaboración superior del deseo, no
solamente es imaginado sino que puede ser practicado; implica un proceso que
tiene relación directa con el disfrute o displacer que produce satisfacerlo o
no. Lo erótico posee una carga, al deseo no siempre se le pone un cuerpo, a lo
erótico sí. Se desea ser acariciado por una mano, sin que necesariamente
importe el hombre o la mujer de la que cuelga la mano.
Según Camilo José Cela, el erotismo es "...el apetito
sexual contemplado en sí mismo o en función de los signos, las zonas erógenas,
situaciones y objetos capaces de fijar su atención o despertarlo de su sueño.
Es la exaltación -y aún la sublimación- del instinto sexual, no siempre ligada
a la función tenida por sexual (genital)...".
El erotismo implica el reconocimiento propio y de la pareja
en toda su extensión y no únicamente en su función genital. El erotismo no
siempre está mediado por el amor, lo está por la necesidad del disfrute.
Incluso en muchas ocasiones se vivencia como una experiencia ajena al otro o a
la otra.
Para la Real Academia Española de la lengua “... el amor
hace alusión a la atracción de un sexo hacia otro”. Hacer el amor, según la
misma academia, hace referencia al acto “sexual”, es decir a la cópula; es un
eufemismo de antigua utilización. Como el concepto de amor suele vincularse a
contenidos genitales (algunas personas se refieren a las relaciones genitales
como “hacer el amor”), sin embargo se prefiere hacer referencia al concepto de
afectividad para hablar de la vinculación emocional entre dos personas,
cualquiera que sea su sexo u orientación sexual.
Afectividad es el conjunto de sentimientos y emociones de
una persona. Sentir afecto por alguien no conlleva una reciprocidad ni se
fundamenta en la posibilidad del intercambio genital, aun cuando puede estar
acompañado de este.
La genitalidad es un componente fundamental de las
sexualidades. Se refiere a la posibilidad del intercambio genital entre dos
personas. Inicialmente el concepto de genitalidad -del latín genitalis; apto
para la generación- hacía referencia a la posibilidad de la cópula
hombre-mujer. Sin embargo, la acepción
actual abarca en su definición lo relativo a ella o a los órganos que la posibilitan,
y no implica necesariamente la penetración.
Al hablar de genitalidad se hace referencia a cualquier
expresión comportamental sexual en la que hay contacto con los genitales de
otra persona, en pareja o grupalmente. Tocar los senos o el pecho, acariciar el
cuerpo en lugares extragenitales no es una práctica genital sino una práctica
erótica. Una de los fines de la genitalidad además de la obtención de placer es
la reproductividad.
Cabe aclarar que no es correcto hablar de homosexualismo o
lesbianismo, ismo es doctrina, sistema, escuela o movimiento y las
homosexualidades y las lesbianidades no lo son.
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