sábado, 12 de mayo de 2012

Ser lesbiana y ser madre

Por Manuel Antonio Velandia Mora
España, mayo 12 de 2012

Esperanza, una amiga con una unión registrada en Notaría, quien ha vivido con su compañera por más de cuatro años, me ha comentado sobre el interés que tienen en ser madres, su duda está en si lo hacen por inseminación artificial o si se buscan un chico de confianza que les done su semen, ya que su interés no es tener relaciones genitales con un hombre. Le solicité que me autorizara a responderle por medio de un post al respecto y ella, encantada, me expresó su acuerdo diciendo que pensaba que esto era lo correcto y una necesidad porque conoce a varias mujeres en una situación similar. He aquí mis comentarios.

Ser madre no tiene que ver con la orientación sexual sino con el profundo deseo de maternar. Por supuesto este aspecto ellas lo tiene resuelto. Me preocupa que muchas mujeres no se preñan sino que tienen embarazos. Se cree que es lo mismo, pero no, es bien diferente.

Preñar es el acto por el que se fecundar o hace concebir a la hembra, así que se habla aquí genéricamente de las hembras de cualquier especie. A diferencia de los animales no humanos, que no tienen conciencia de sus actos, las mujeres en principio pueden autodeterminarse, estar plenamente informadas y tienen el derecho sobre su  cuerpo.

Preñarse debiera ser un acto consentido, pero por desgracia no es así. Muchas mujeres tienen relaciones genitales fruto de la presión de la pareja de turno, incluso como resultado del exceso de alcohol, del uso de substancias psicoactivas; otras son vulneradas sexualmente, incluso por su pareja. Algunas más tienen actos genitales consentidos peno no por ello protegidos o desprotegidos a conciencia: olvidan tomar sus anticonceptivos, no son conscientes de su periodo menstrual, no tienen condones a mano, no saben decir que no, e inclusive confían en prácticas inapropiadas como la marcha atrás u otros métodos llamados “naturales”.

Cuando una mujer se preña y no lo desea, además tiene un embarazo. El diccionario de la RAE lo define como: “Impedimento, dificultad, obstáculo”. Con ello digo que cuando una mujer está embarazada es porque preñarse se ha con vertido en una carga difícil de asumir. En general una mujer que aborta, lo hace porque está embarazada y busca dar respuesta radical a su problema.

Algunas mujeres se preñan o embarazan como una manera de amarrar a un hombre, pero me preocuparía que una mujer lo hiciera para amarrar a otra mujer. Esto sería copiar una de las cosas más absurdas del modelo heterosexual de “construir una relación”.

El Derecho a Co-maternar o a Co-partenar es un acto en que las dos personas que deciden hacerlo, lo hacen con consentimiento informado, es decir son plenamente conscientes de las consecuencias de la toma de la decisión. No se es madre por unos días, se es para toda la vida; es una responsabilidad que tiene que ver especialmente con el futuro, con la necesidad de responder positivamente y con solvencia  a todos los satisfactores que significan calidad de vida para los hijos.

Cuando un bebé viene al mundo como resultado de un engañó, se vuelve víctima de un acto del cual no es responsable. Una situación que deriva en una relación cuyos cimientos tambalean y que bien en una situación de incertidumbre que termina afectando a los miembros de la pareja y especialmente a los hijos.


Los hijos deberían ser fruto del amor, no de la incongruencia afectiva y emocional. El amor debe ser la emoción que prime al momento de decidir maternar, porque cuando se ama no hay sacrificio, hay altruismo, benignidad, honestidad, respeto, solidaridad, cordura, prudencia. Cuando se ama el hijo es un auténtico otro.

Maternar exige responsabilidad y ésta está signada por la ética, la economía y el desarrollo intelectual necesarios para poder guiar de forma aceptada la educación de los hijos.

No es cierto que los hijos vengan con un pan debajo del brazo, mucho menos debemos confiar en que Dios proveerá, porque tantos menores viviendo en la calle lo que nos dicen es por un lado son el fruto de una absurda situación sexual, afectiva y emocional y por otra que Dios parece andar tan ocupado que no tiene tiempo para siquiera responder a las necesidades básicas de los millones de niños que mueren de hambre en el mundo.

No puedo decirte qué decidir sobre el método para preñarte, porque entiendo que esta debe ser tu decisión.

Si decides la inseminación probablemente tendrás dudas sobre quién es la fuente de los espermatozoides, y seguramente solo sabrás cosas generales como etnia, estatura, color de ojos; esto depende de la información que posea la institución a la que recurras. Si optas porque un chico te done el semen debes ser alguien en quien puedas confiar plenamente. Antes de hacer acuerdos o contratos, debes averiguar claramente cuáles serías los derechos de la otra persona y los tuyos, y si de esos derechos se desprenden responsabilidades, cuáles son estas.

En conclusión, querida amiga, creo que tú posees lo que yo llamaría excelentes requisitos para ser madre porque encuentro en ti muchas buenas razones para serlo: no quieres embarazarte sino maternar; no lo haces para amarrar a tu mujer sino que preñarse es para ambas una acto consciente, libre y voluntario en el que juntas deciden co-maternar; veo en ti el amor a borbotones y el deseo de darlo todo por ese ser que aun sin haberse engendrado, ya amas; sé que tienes las condiciones económicas, la fundamentación académica y al experiencia de una relación de pareja que ha tenido que sobrellevar con orgullo las dificultades cotidianas del rechazo y la comprensión y que por ello, enseñarás a tu estirpe a ser respetuosa, solidaria y digna de sí misma.

Tal vez el único escollo que veo en este asunto es que tus hijos, por ahora, no tendrán los mismos derechos de los hijos e hijas de las parejas heterosexuales y que si la situación no cambia, tu bebé nacerá en una sociedad en la que será un marginal, un ciudadano de segunda clase al igual que tú.

Sé que tú has sido otra víctima de la iglesia, de la familia y de una parte de la sociedad, pero igualmente sé, que a pesar de ello eres una mujer que ha logrado estar en el rango alto de las mujeres de nuestro país porque autorizarse a ser lo que se desea estar siendo, a construir el amor en un ámbito de odio, a ser respetuosa y solidaria en un país en el que el conflicto interno y la “guerra mediática religiosa” incitan a la fobia, inquina, rabia y a la separación social, haberlo logrado es una demostración de tu fuerza interna y de tu capacidad de lucha.

¡Animo, se madre! que si todos los hijos nacieran en las condiciones en que una mujer lesbiana como tú, desea traer sus hijos al mundo, el futuro de nuestro país y el futuro del mundo estarán resueltos.
Con amor, tu amigo de siempre.

P.D.: Lloro mientras escribo este post porque se la importancia del amor y doy gracias a la vida por el padre, la madre, los hermanos, las hermanas y la familia que tengo, porque ellos me han colmado de felicidad. 

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