jueves, 11 de diciembre de 2008

Religioso para la mayor gloria de Dios, homosexual para la mayor dicha de los hombres.

Manuel Velandia Mora
9 de diciembre de 2008. España

Ante la disyuntiva de sentirnos negados como seres humanos sujetos de derechos y ser felices, muchos homosexuales optamos por abandonar la vida religiosa y asumir plenamente nuestra identidad homosexual.

Frente a la actual discusión dijo Velandia, me pregunto si la iglesia católica requiere de un amplio grupo de mártires homosexuales y sobre cuáles son las razones éticas y morales detrás de las afirmaciones del arzobispo Celestino Migliore, observador permanente del Vaticano en las Naciones Unidas, quien dijo que el Vaticano está en contra de la resolución porque “agregaría nuevas categorías a aquellos protegidos de la discriminación”.

De cuáles protegidos de la discriminación nos habla la jerarquía católica, si la iglesia no ha hecho nada para protegernos, aun cuando si se ha negado reiteradamente a apoyarnos en la lucha por nuestros derechos, lo ha hecho a pesar de que en muchos países del mundo a los homosexuales, se les condena a la pena de muerte, a la cadena perpetua o se les tortura, se les excluye, se les discrimina, se nos obliga al desplazamiento forzado o no gozamos plenamente de los derechos civiles.

La situación de estigma y discriminación a la que permanentemente nos vemos sometidos los gay no parece ser suficiente motivo para que los jerarcas de la iglesia católica modifiquen su posición. La iglesia desde una falsa moral lejana del pensamiento de Jesús de Nazaret, teme que los derechos humanos y sexuales sean una realidad; de otra manera no se entiende que no apoyen la resolución francesa o “Declaración sobre la orientación sexual y la identidad de género” que cuenta con el apoyo de los 27 miembros de la Unión Europea.

La iglesia prefiere ignorar que la declaración tiene que ver con crear una dinámica en favor de la despenalización, con evitar la cárcel y la pena de muerte a los homosexuales. El Vaticano usa una vez más un distractor y crear una cortina de humo mediática, como ya es tradicional en este tipo de debates; la declaración no tiene nada que ver con el casamiento de las parejas del mismo sexo, es más, los movimientos LGTB en el mundo no buscamos el matrimonio sino el reconocimiento de los derechos civiles de las parejas del mismo sexo.

No logro entender cómo el matrimonio de parejas del mismo sexo “podría llevar la discriminación hacia el tradicional matrimonio heterosexual”. Creo que precisamente el matrimonio entre gays le concede demasiada importancia al matrimonio como institución, a pesar de que todos sabemos que este ha perdido fuerza y sentido entre los mismos heterosexuales.

No puede ser verdad la afirmación del portavoz del Vaticano, reverendo Federico Lombardi, quien dijo que “nadie quiere la pena de muerte o la cárcel para los homosexuales”, si callar ya es una manera de apoyar la vulneración. La iglesia prefiere callar por temor a que se entienda que ha aceptado lo que en sus propias filas oculta.

1 comentario:

Pablo Salvador dijo...

que buenos tus textos me encanta pasar por tu blog.