Manuel Velandia
España, Gai Press 17.06.08
Reflexión sobre el papel que cumbre el cerebro en las relaciones que establecen homosexuales y lesbianas.
Profundamente desconocido el cerebro es la caja negra que guarda la información de lo que somos como seres humanos y como personas. Por supuesto la información sobre nuestra orientación sexual igualmente está en el cerebro, sin embargo el cerebro, aún cuando biológico, también se desarrolla en al interacción social. De esto ultimo no hablan las investigaciones del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia).
Por supuesto los científicos también están viciados por las construcciones sociales y desde esta objetividad entre paréntesis, se leen y explican los descubrimientos de Ivanka Savic y Per Lindström.
Según el estudio publicado en la revista “Proceedings of the Nacional Academy of Sciences”, estudiaron ciertas características físicas y funcionales que diferencian el cerebro de hombres y mujeres, comparándolas en homosexuales, lesbianas y heterosexuales de ambos sexos, aplicando técnicas de resonancia magnética y de tomografía PET a una muestra de 90 hombres y mujeres, se centraron en la asimetría de los hemisferios cerebrales y en la conectividad entre regiones, dos parámetros en los que previamente se había detectado un dimorfismo sexual –diferencia entre sexos– en los humanos.
Los resultados indican que el cerebro de los homosexuales guarda ciertas semejanzas con el de las heterosexuales y tiende a un mayor equilibrio hemisférico. Considerando que dichas similitudes “no pueden ser atribuidas a efectos de aprendizaje, y sugieren vínculos con base neurobiológica”.
En los hombres heterosexuales y las lesbianas, el hemisferio cerebral derecho es de mayor tamaño que el izquierdo, una observación que se ha relacionado previamente con un mejor desempeño de este grupo en tareas de visión espacial, frente a un peor rendimiento en test de capacidad verbal. El patrón de conexión de la amígdala que posibilita el aprendizaje emocional, en este segundo grupo podría indicar que la amígdala está programada para primar la respuesta de ataque o huida, una reacción a las amenazas que prepara el sistema nervioso del animal para luchar o escapar y que, según los biólogos del comportamiento, es más fuerte en los machos de muchas especies.
Las lesbianas responden ante determinados olores de forma diferente a las que se sienten atraídas por los hombres y con alguna similitud respecto a los varones heterosexuales.
Los patrones de respuesta no resultaron tan parecidos como las hipótesis suponían, sin embargo Savic afirmó que “Nuestras observaciones refuerzan la hipótesis de que la homosexualidad masculina y femenina son diferentes”, quien además explicó que “Ambos estudios indican que la respuesta fisiológica de las regiones del cerebro asociadas a la reproducción es diferente en las personas homo y heterosexuales”, y que "probablemente las lesbianas representan un grupo más heterogéneo con mecanismos más diversos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario