Manuel Velandia Mora
España
La utilización sexual de las mujeres por los hombres en los grupos armados en Colombia es una de las formas frecuentes de violencia en su interior.
La guerrilla lo hace con sus “miembros”, si es que así puede llamarse a las niñas en sus filas, quienes son entre las mujeres unas de sus principales victimas. Igual sucede en el interior de las filas paramilitares e incluso cuando hay presencia del ejército y de la policía en algunas localidades del país, con lo que se incrementa la violencia sexual por parte de algunos de los uniformados a las niñas y adolescentes y en menor escala a los niños.
La vulneración sexual parece ser propia de la guerra en la que en Colombia y otros lugares del mundo, se vive. En una investigación realizada por mí en Mogotes, San Joaquín y El Playón, tres municipios de Santander (Colombia), concluí que las menores ven en el abordaje sexual por parte de un miembro de las fuerzas militares una “alternativa para salir del pueblo”, situación que se concreta cuando culmina en embarazo. Para ninguna de las menores en la investigación ésta utilización sexual es considerada una forma de violencia.
Algunas de las niñas y adolescentes igualmente informaron que si es un guerrillero quien lo hace “no está mal visto” porque termina siendo una ayuda para la familia; soporte en protección y económico que la familia también recibe de parte de las fuerzas militares cuando se comprueba que uno de sus miembros es el padre de una criatura.
Las niñas que son reclutadas por la guerrilla y los grupos paramilitares deben tener relaciones sexuales con los comandantes u otros miembros de los grupos armados a cambio de ciertos beneficios tales como tener menos horas de trabajo físico, la posibilidad de no ir al frente de combate o mantener con vida a sus familiares.
Es frecuente que estas niñas, con 12 años o incluso menos, ya hayan tenido abortos o se les obligue a dejarse implantar el dispositivo intrauterino. La utilización sexual de las niñas y adolescentes se presenta también cuando éstas deben cumplir labores de inteligencia en poblaciones ubicadas en las zonas de conflicto, ellas se ven obligadas a establecer relaciones pseudo- afectivas y sexuales con hombres, generalmente mayores, para obtener información necesaria para el grupo.
Otra forma de violencia sexual se da cuando proxenetas (dueños de negocios de prostitución o bares) de algunos pueblos y ciudades, en las inmediaciones de las zonas en conflicto, organizan redes conjuntamente con comandantes u otros miembros de los grupos armados para llevar a niñas y adolescentes a los campamentos militares, en donde son sometidas a tener relaciones con grupos de hombres del destacamento, durante días o semanas.
También se da el caso de menores mujeres que son utilizadas sexualmente por miembros de las filas del ejercito y la policía cuando éstos se encuentran internados en la montaña; a esa practica masiva sexual hacia una sola persona los militares incluso le tienen nombre: "redoblón".
La violencia sexual en el interior de la guerra parece ser un tema que sólo interesa a las mujeres y en tal sentido, ni los medios de comunicación ni los políticos ven en este área un campo de acción; algunas organizaciones de mujeres en Colombia han hecho ésta denuncia, pero no han encontrado eco en las organizaciones de derechos humanos, tal vez porque éstas se siguen negando a aceptar que los derechos sexuales también son derechos humanos.
La violencia policial es muy diversa; de este tema se hablará esta semana en Colombia con ocasión de la marcha que en contra de ella se realizará el 11 de octubre en Bogotá; aun cuando no conozco sobre el sentido que pretende dársele a la manifestación, creo que igualmente se debería protestar contra la violencia sexual policial no solo contra las mujeres y niñas, y aprovechar también el momento para denunciar otras formas de violencia como la ejercida contra las minorías sexuales. Además de lo ya expuesto, es sabido que algunos miembros de la policía, en la Zona de la Terraza Pasteur de Bogotá, utilizan sexualmente a los menores que allí contactan a sus clientes. Estos policías y clientes son explotadores sexuales.
Un resumen de mi investigación “Estudio comparativo de tres caracterizaciones sobre los comportamientos sexuales de los y las jóvenes de los municipios de Mogotes, San Joaquín y El Playón, en el Departamento de Santander [Velandia, 2005]”, a la que hice referencia puede encontrarse en la página 152 del libro “Infección por VIH/SIDA en Colombia. Estado del Arte 2000-2005” publicado por ONUSIDA Colombia y puede bajarse gratuitamente en versión PDF de la pagina http://www.onusida.org.co/
Igualmente puede buscar en las paginas 35 y 36 del informe “Las mujeres frente a la violencia y la discriminación derivadas del conflicto armado en Colombia” puede bajarse en versión PDF de la pagina http://www.crin.org/docs/inter_am_com_colombia_06_sp.pdf "
Las niñas son víctimas de acoso y abuso sexual, uso forzado de dispositivos intrauterinos, inyecciones anticonceptivas, aborto forzado y violación. El Defensor del Pueblo ha informado que aproximadamente el 70 % de las jóvenes que eran miembros de la guerrilla en el departamento de Santander, tenían enfermedades de transmisión sexual." Se lee en la Pagina 30 del informe “Colombia:la guerra en los niños y las niñas”. http://www.watchlist.org/reports/pdf/colombia.report.es.pdf
1 comentario:
yo soy Marxista y en el caso particular de los derechos humanos en colombia me es complejo dar una "opinion imparcial" a diferencia del fascismo que dice ser el portador de ella.
Particularmente en el caso de la violación de los derechos sexuales de niñas y mujeres jóvenes en Colombia, creo que estos no seran protejidos, y seran invisibilizados debido a que este es un tema que no genera dividendos politicos que el gobierno esperaria tener con sus acciones y con lo que se muestra de el en los mass media de alcance mundial y regional (como la CNN, BBC, los diarios de america, etc.); tamopco es un tema que le genere dividentos a los otros actores la guerra.
En Colombia hablar de este tema seria como "verse la suerte entre gitanos"
Publicar un comentario