Una noticia puede ser enfocada de muchas maneras, ésta en particular ha servido para hablar de la homofobia en el futbol, de la posible homosexualidad de Óscar Julián Ruiz, del acoso sexual y de la supuesta revancha del El ex-árbitro Germán Mauricio Sánchez.
Para algunos llama la atención el hecho de que Germán Mauricio Sánchez denuncie el hecho dos años después de ocurrido. También se divaga sobre si lo que realmente motivó la denuncia fue haber sido excluido de un curso a realizarse en Pereira y no precisamente el acoso sexual presumiblemente ocurrido el 5 de diciembre del 2010 en Villavicencio, vulneración que terminó siendo la excusa para expresar la molestia.
Sánchez aclara en su defensa que duró “prácticamente un año denunciando estos hechos sobre la comisión arbitral y la Federación colombiana de futbol”. http://www.youtube.com/watch?v=NRidxjHSUaQ
No existe una definición de acoso sexual mundialmente asumida. La UGT en España ha trabajado al respecto. Puede darse una definición genérica: ofensas verbales o físicas de carácter sexual. A nivel internacional, el precedente mediato lo constituye el Convenio nº 111 de la OIT, del 25 de junio de 1958, relativo a la discriminación en materia de empleo. Las normas o medidas internacionales sobre el acoso sexual se limitan a considerar éste como una discriminación por razón de sexo.
Es la Jurisprudencia Estadounidense se considera acoso sexual a “...toda conducta de naturaleza sexual desarrollada en el ámbito de organización y dirección de una empresa o en relación, o como consecuencia de una relación de trabajo, realizado por un sujeto que sabe o debe saber que es ofensiva y no deseada por la víctima, determinando una situación que afecta al empleo y a las condiciones de trabajo y/o creando un entorno laboral ofensivo, hostil, intimidatorio o humillante”. La Resolución de 29 de mayo de
1990 del Consejo de Comunidades Europeas lo definen como “la conducta de naturaleza sexual u otros comportamientos basados en el sexo que afectan a la dignidad de la mujer y el hombre en el trabajo”. En caso en cuestión, según lo relatado hubo acoso sexual porque se intentó meter la mano entre la ropa interior de un subalterno.
Que las directivas del futbol colombiano se hayan negado a estudiar el caso es una muestra del temor que se tiene a hablar del tema, y mucho más cuando se trata de una relación entre hombres. Ya el antecedente de violencia de género del director técnico de la selección Colombia, Hernán Darío 'Bolillo' Gómez debió dejarlos con mucho temor hacia los temas relacionados con la sexualidad.
Recordemos que el problema parece ser mayor, aun cuando no se sabe si es de carácter sexual, pues Sánchez ha dicho que en el mundo de los árbitros a nivel profesional se ven muchas anomalías. “Lo que quiero es que la opinión pública conozca el manejo que se le da al arbitraje nacional y para que esas situaciones no se presenten con otros compañeros jóvenes”.
Aun cuando muchos han preferido hablar de la supuesta homosexualidad de Óscar Julián Ruiz, esto es lo de menos, pues el eje central de asunto es el acoso sexual. Creo que a nadie le importa si este árbitro es homosexual sino si es un bueno en su trabajo y de esto parece que no quedan muchas dudas.
Ahora bien si para ser arbitro e Colombia es necesario entrar por la puerta de atrás, entonces si tenemos un grave problema en el futbol colombiano.
Y no porque ser homosexual sea una enfermedad, como lo afirmó Álvaro González presidente de la Difútbol en declaraciones a la prensa, quien haciendo gala de su ignorancia y machismo afirmó: “Yo puedo decir que no hay nada con más posibilidades de contagiarse, no hay peor enfermedad, si se puede llamar así, con el respeto del que la sufra, que el homosexualismo". Lo que es realmente contagioso y grave es que para crecer en cualquier profesión haya que consentir la explotación sexual de cualquier ser humano. Menos mal que la ignorancia no es contagiosa.
Recuerda Antonio Mejía Correa que Álvaro González es el mismo que promovió la violencia de género contra las mujeres cuando dijo que el país entero aplaudiría si un hombre le pegara a la exsenadora Piedad Córdoba, es el mismo que dijo que el Bolillo debió haber ocultado la golpiza que le dio a la mujer y no aceptar la responsabilidad de sus actos, es el mismo que llamó "sicario del micrófono" al periodista Alejandro Pino Calad, jefe de redacción del Diario Deportivo, por criticar a la FIFA que no condenó en principio la violencia física sobre la mujer y defendió al Bolillo.
Dirigentes que olvidan que en Colombia la Ley antidiscriminación castiga con penas de 1 a 3 años a quien promueva o instigue actos de discriminación por sexo u orientación sexual, y un año más si lo hace a través de los medios de comunicación, si ocurre en público o si es un funcionario público.
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